Qué bien sienta un debut cinematográfico cuando aterriza avalado por premios como la Concha de Plata a Mejor Dirección en el Festival de San Sebastián. Una alegría que este 2024 se ha llevado PPedro Martín-Calero con su opera prima, 'El llanto', una cinta de terror psicológico cargada de metáforas para elevar y poner en primer plano las violencias por las que atraviesa la realidad femenina.
El vallisoletano firma el guion junto a Isabel Peña, ganadora de dos Premios Goya por su labor en 'El reino' y 'As bestas'. Juntos entretejen la historiad de tres mujeres separadas por el espacio y el tiempo pero conectadas por una maldición que las atraviesa a través de una perturbadora presencia que las atrapa en un sufrimiento cíclico que también se esconde en lo más cotidiano.
La maldición perpetua
Para estructurar el largometraje se ha seguido una composición capitular en el que cada una de sus protagonistas nos muestra su particular microcosmos y cómo esta presencia incide en ellas. Ester Expósito se queda en el presente para ser Andrea, una joven universitaria que, al descubrir parte de sus orígenes, comienza sufrir las consecuencias de este extraño ente al cual solo puede ver a través de una pantalla ante la incredulidad del resto.
Para las siguientes viajamos al pasado, veinte años antes, y hasta Argentina para conocer a la Camila de Malena Villa, una estudiante de cine que se obsesiona con una chica a la que comienza a seguir y grabar con su cámara. Esta joven es Marie, una francesa a la que encarna Mathilde Ollivier que trata de ignorar esta maldición evadiéndose de sus propios problemas hasta que entiende que no tiene escapatoria. Como todas.
'El llanto' insiste en saltar entre las metáforas para hacer de estas un elemento de terror sobre un asunto más profundo. Lo viste de maldición perpetua que en ocasiones se manifiesta en forma del llanto que da título a la obra. Una alegoría sobre la violencia machista y el pozo de horror en el que sume a las mujeres con el sufrimiento que genera el cuestionamiento, la sobreprotección tóxica, la soledad, el acoso en redes redes sociales o el abuso sexual. Una realidad que pese al daño que ocasiona no solo a las mujeres, sino también al entorno que las rodea, se asume como una metástasis que la sociedad y hasta ellas mismas han llegado a normalizar.
El patriarcado del que nacen todas esas violencias machistas también está en lo invisible, en lo inaudible, en lo cotidiano. Es en estos aspectos en los que la cinta pone el foco para hablar con sugestión y misterio de todo ello. Como consecuencia, requiere un ejercicio por parte del espectador o espectadora para captar y entender todos estos códigos, pues aunque algunos se presentan de manera más directa, en su mayoría se desarrollan con una sutileza que dejan la puerta abierta a la interpretación.
Terror elevado
Pese a sus buenas intenciones, se abusa de lo críptico y desaprovecha elementos que ofrece el género y cuando los explota es desde lugares demasiado comunes. 'El llanto' se preocupa demasiado por acercarse a ese terror elevado, como si le diese pudor abrazar el género sin complejos, y se olvida de ofrecer una mayor profundidad en sus personajes, que acaban separadas como en dos películas. La estructura limita demasiado su tiempo en pantalla y la complejidad emocional de estas mujeres no termina de pasar de la superficie.
No obstante las actrices dan el do de pecho. Expósito, amante declarada del terror, ya dejó claras sus dotes para el género en 'Venus', de Jaume Balagueró, y ahora vuelve a demostrarlo esta vez desde un punto más contenido y menos físico. Junto a sus compañeras construye un más que notable tridente con una Villa, que saca brillo al personaje más introspectivo y a la que acompañamos casi como voyeurs, y una Ollivier que sobresale en el angustioso tercer acto.
Martín-Calero firma un meritorio debut demostrando gran maestría en su juego entre lo que se ve y se adivina así como de un uso del sonido que enfatiza lo perturbador. De gran empaque visual, 'El llanto' resulta una parábola desconsolada de denuncia que se deja vencer por su irregularidad y su ambición por resultar cuasimística. Pero supone un ejercicio de valentía el colocarse en el terror feminista para provocar, desde lo incómodo, una reflexión en el público una vez salga del cine. Y eso ya es una pequeña victoria.
'El llanto' se estrena en cines el 25 de octubre.
