En vísperas de la llegada de 'Your Name' a cines españoles, llega por fin la ópera prima del celebrado Makoto Shinkai. Ha tardado 13 años pero, por fin, se puede disfrutar en España, por primera vez, de 'El lugar que nos prometimos', la primera película del aclamado realizador en la que ya se puede ver su sello autoral que lo convertiría en uno de los directores más alabados de la animación japonesa del momento.
En 1974, en una realidad alternativa, Japón fue invadido por la Unión Soviética y Estados Unidos, quedando el país dividido en dos partes, mientras que los estadounidenses se quedaron con la parte sur, Honshu y Kyushu; los soviéticos se hicieron con la isla de Hokkaido, llamada Ezo ahora por los habitantes del territorio sur. Los rusos, en el límite de la isla, construyen una torre gigante que va más allá de las nubes. Años después, en 1996, Hiroki y Takuya son dos estudiantes de instituto cuyo máximo interés es reconstruir una avioneta y ver qué hay en esa torre. Un día, los dos conocen a otra compañera de clase, Sayuri, una joven que también está interesada en saber qué hay en esa torre. Los tres se prometen llegar hasta allí. Sin embargo, a la llegada del estío, Sayuri desaparece, provocando una fractura en la amistad de los dos chicos.
Más allá de las nubes, más allá de un compromiso
Para su primera película, Shinkai apuesta por una película en la que el romance, los sentimientos y las sensaciones son los principales protagonistas, teniendo como telón de fondo una historia que entremezcla ciencia ficción, realismo mágico y drama social. Un combinado satisfactorio, intenso y tremendamente sentido con el que Shinkai ya muestra su estilo al remarcar la trama en lo que sienten sus protagonistas más que en el contexto. Eso sí, llama la atención la elección de un Japón alternativo que ha sido invadido por las dos grandes potencias mundiales de la Guerra Fría, acercando el filme a un mensaje antibelicista y que pone en evidencia la debilidad del país ante una época de incertidumbre.
Con un potente mensaje antibelicista, presente durante toda la trama, la película se centra en su trío protagonista que queda dividido en dos partes, una más cercana al triángulo amoroso que hace que se vengan a la mente producciones como 'Puedo escuchar el mar' o 'La colina de las amapolas' de Studio Ghibli, incluso 'El himno del corazón', al tener una protagonista femenina con un fuerte dolor sentimental. No obstante, en su segundo acto, el filme se aleja de ese concepto para desarrollar dos tipos de afecto, el de la amistad y el del amor, haciendo que se venga a la mente producciones como 'The Sky Crawlers', por estar dentro de un momento bélico.
Un delicado y exquisito debut del director de 'Your Name'
Y es en ese segundo acto cuando se puede apreciar, desde una perspectiva sentimental, las consecuencias de la separación de un país en contra de su voluntad, los deseos de las nuevas generaciones de romper barreras, también los errores que desembocan en una inevitable guerra, en cómo el amor entregado es capaz de ir más allá de un momento histórico difícil. Todo ello convierte a 'El lugar que nos prometimos' en un prometedor debut que demostró, con filmes posteriores, que se estaba ante un nuevo narrador de sentimientos dentro un mundo fantástico, cercano al realismo mágico.
De hecho, '5 centímetros por segundo' y 'El jardín de las palabras' perfeccionaron ese mensaje que ha convertido a Shinkai en uno de los nuevos cineastas que han devuelto a la animación japonesa a la línea del prestigio, estando a la altura de otros grandes narradores contemporáneos como Mamoru Hosoda, Keiichi Hara y Naoko Yamada. Su estética lírica, los tonos que eligen de los colores hace que se venga a la mente la genialidad artística del hongkonés Wong Kar Wai.
'El lugar que nos prometimos' es un magnífico debut, ideal para servir de antesala a esa pieza extraordinaria que es 'Your Name'. Sencillo y lírico, el espectador se deleitará con los sentimientos de sus protagonistas, como también de una animación exquisita y una música elegante. Una película con pedigrí que demostró que se estaba ante un director fascinante. Una preciosa poesía de una promesa convertida en largometraje, magnífica.
Nota: 8
Lo mejor: Su animación, sus solos de violín y sus tres protagonistas.
Lo peor: Puede ser demasiado sentimental para cierto tipo de público.