Cualquiera que haya visto 'El exótico Hotel Marigold' y haya disfrutado con la película, esperaría con ahínco la llegada de una segunda parte que se estrena justo 3 años después. Hay quien piensa que segundas partes nunca fueron buenas, pero no parece el caso en 'El nuevo éxótico Hotel Marigold', que a pesar de que no consigue mantener el altísimo nivel de la primera parte, es un producto muy digno que no defrauda.
Han pasado 8 meses desde que se abrió 'El exótico Hotel Marigold', un negocio en apariencia ruinoso pero que ha conseguido salir adelante. Las venerables damas y caballeros que acudieron a disfrutar de un retiro dorado en la ciudad india de Bangalore se han terminado quedando (casi todos) y adaptándose a la vida en tan caótico lugar y con tan caótico director del hotel, Sonny, (Dev Patel), que en esta segunda parte adquiere más protagonismo.
La cinta que dirige John Madden tiene como eje principal la boda de Sonny y Sunaina, y se estructura por capítulos relaciones con el enlace, aunque todos ellos plagados por las historias personales de cada uno de los personajes, que en ocasiones se unen o se entrecruzan. El Marigold tiene que crecer, por lo que Sonny se dispone a ampliar el negocio con la ayuda de Muriel Donnelly (Maggie Smith). Ese afán de Sonny traerá muchos disgustos y alguna que otra alegría.
Se trata de una película coral en la que cada uno de los personajes tiene una historia que contar. Así, la trama resulta más entretenida y no flojea en el nudo, como suele ocurrir en un buen número de largometrajes. El guion no es tan bueno como en la primera parte, pero no porque haya bajado la calidad, sino porque la frescura de 'El exótico Hotel Marigold' se ha perdido inevitablemente; aún así, la valoración es positiva. Además, es todo un placer contemplar en la gran pantalla las aventuras y desventuras de este grupo de jubilados que consiguen arrancar muchas sonrisas y varias carcajadas.
Vive el presente
Sublime; así se puede definir el trabajo de las dos grandes damas de la interpretación de Reino Unido: Judi Dench y Maggie Smith. Si en la primera parte daba gusto verles actuar, en esta consiguen emocionar todavía más encarnando a Evelyn Greenslade y Muriel Donnelly respectivamente, personajes con los que transmiten una perfección que provoca una empatía absoluta con el espectador, sea cual sea su edad y su momento vital.
Pero 'El nuevo exótico Hotel Marigold' no se compone solo de ellas, sino de otros grandes actores como Bill Nighy, Celia Imrie, Ronald Pickup, Penelope Wilton y Diana Hardcastle, todos ellos veteranos con mucho que contar, y que vuelven a poner su talento al servicio de John Madden una vez más. En el caso de Penelope Wilton, su papel es más pequeño, aunque como en la primera parte, igual de irritante, sobre todo para el personaje de Bill Nighy. Dev Patel consigue acaparar más protagonismo, y aunque a veces resulta cansino, no hay duda de que estamos ante una buena interpretación. Las dos nuevas incorporaciones vienen de la mano de Richard Gere y Tamsin Greig. El primero se consolida como galán maduro, mientras que la segunda es correcta, sin más.
Si el apartado artístico es acertado, el plano técnico lo es todavía más. Mientras la primera parte era un poco más sencilla, aunque igualmente adecuada, esta segunda se recrea todavía más con los colores y los sonidos de La India. En contra de la imagen que ofrecen otras películas, e incluso de la primera parte, el país asiático es retratado con mayor alegría y destacando la mejor parte del subcontinente. Sin duda, la fotografía, el sonido y el montaje son un punto a favor de una película que ha dejado su toque indie para acercarse más al estilo 'hollywoodiense'. ¿Esto es negativo? Depende de para quién, pero si se comprueba el resultado, lo cierto es que no solo es digno, sino agradable, y pese a que el final puede resultar agridulce (según se mire), deja una sonrisa plantada en el espectador. Además, 'El nuevo exótico Hotel Marigold' es un canto a la vida, a disfrutar del presente, preocupándose por el futuro y recordando el pasado pero sin que nos nuble el ahora; también una oda a las segundas oportunidades, porque lo importante es ser feliz con lo que somos y lo que tenemos en este momento, y en eso, los jubilados del Hotel Marigold son unos expertos.