¿Por qué no jugar con la existencia de Dios? La religión es un tema complicado, se vive en una época repleta de sensibilidades sobre el tema, surge una comedia a caballo entre lo incorrecto, lo gamberro, lo extraño, lo cómico, lo amable y el cine de autor. Se trata de 'El nuevo nuevo testamento', del belga Jaco Van Dormael, que se ha podido ver en la Quincena de Realizadores de Cannes, en el Festival de Sitges y que es la representante de Bélgica para los premios Oscar de 2016.
¡Dios existe! Pero no es cómo todo el mundo piensa. Nadie adivinaría que realmente es un ser despreciable y egoísta que vive en Bruselas y que, además, es padre de familia. Su esposa lo soporta como buenamente puede, con su hijo Jesús no se habla, algo que también le sucederá con Ea, su hija. Tras varios desencuentros, la niña decide enviar las fechas de sus muertes a todas las personas, provocando un auténtico caos que rompe el equilibrio. Ahora que todos saben cuánto tiempo de vida les quedan, harán lo posible para disfrutar de ese tiempo que les queda. Este desajuste irá a más cuando la pequeña salga al mundo real.
Lo extravagante y lo valiente
Esta propuesta sigue la tendencia y estilo que anteriores filmes de Van Dormael como 'Totó, el héroe' o 'El octavo día'. Para su cuarto largometraje, el cineasta selecciona un tema espinoso, la religión, pero lo trata de manera satírica y desenfadada pero no irrespetuoso, mostrando una singular cara amable para este tema que parece de trinchera. El director firma el guión junto con Thomas Gunzig, con el que ya trabajó en su anterior película, 'Kiss & Cry'.
El resultado, una extravagante cinta que podría tener el apelativo de bizarra, con el estricto significado en castellano, pero que prefiere mostrar un lado más conciliador. Con lo cual, tiene una mejor vena que el cine de Jean-Pierre Jeunet pero menos arriesgado que el de los Monty Python (imposible no acordarse de 'La vida de Brian'), acercándola más a un estilo semejante al de Albert Dupontel. Lo malo de la religión, el odio y el egoísmo, es mostrado, pero también hay un tono conciliador que invita al público a no caer en absurdos maniqueísmos sobre creencias espirituales.
Para conseguir el correcto equilibrio entre sátira y ligera comedia feel-good recluta a un nutrido grupo de actores de prestigio y a una casi debutante. Un reparto que trae a tres cómicos consagrados del cine en francés, con una veterana que demuestra ser la reinvención en una época en la que podría vivir de glorias pasadas y un interesante descubrimiento.
Excelente reparto
Benoît Poelvoorde es uno de los cómicos belgas más reconocidos internacionalmente, recientemente estrenó en España 'El precio de la fama', una comedia dramática sobre el robo del cadáver de Charles Chaplin. Este actor sabe equilibrar sus personajes para que rocen lo patético pero evitando que pierdan la dignidad. Una sabia elección para este dios tiránico. Le acompañan Yolande Moreau, una de las musas de Jeunet, y François Damiens, ambos con curtidas carreras tanto en drama como en comedias.
Y luego está la gran Catherine Deneuve, una actriz que ya en plena etapa dorada se atreve con papeles alejados de esa nívea belleza de la que hizo gala en su juventud con títulos como 'Belle de jour' o 'Tristana'. La actriz ya se atrevió con la comedia con el enfant terrible François Ozon en '8 mujeres' y 'Potiche', este personaje es una vuelta de tuerca más a lo ya visto. Bravo por la Deneuve.
Y cómo no, ese descubrimiento que es Pili Groyne, que viene espléndidamente apadrinada por cuatro pesos fuertes. Esta joven actriz ya viene bien recomendada por los Dardenne en 'Dos días, una noche', donde fue la hija de Marion Cotillard.
'El nuevo nuevo testamento' es una comedia ligera que tiene sus momentos atrevidos, ácidos y con un humor muy satírico, especialmente en sus primeros actos. Sin embargo, finalmente decide encontrarse con la cara más amable del tema que trata, provocando que la cinta se torne más amable y conciliadora. Una jugada que puede no gustará a todo el mundo pero que funciona. Divertida y reflexiva, ideal para pasar un buen momento y tener un tema de discusión, ¿qué más se le puede pedir?