El terror es un género cinematográfico con grandes admiradores en todo el mundo que ha sufrido un desgaste importante en la última década debido a la gran cantidad de clichés, historias repetidas y, en muchas ocasiones falta de originalidad en el guion. A pesar de que en las cintas comerciales ha habido grandes cambios en el género, con películas como '[REC]', 'Expediente Warren' o 'Babadook', hay una gran cantidad que siguen con esa merecida carga de falta de ideas en el género del terror llevado a la gran pantalla. Este es el caso de 'El otro lado de la puerta', una película británica dirigida por Johannes Roberts e interpretada por actores no muy conocidos como Jeremy Sisto, Suchitra Pillai y Sofia Rosinsky, excepto Sarah Wayne Callies, famosa por interpretar a Lori en 'The Walking Dead' y Javier Botet, el actor español que ha interpretado a todo tipo de criaturas en diferentes películas como 'Mamá', '[REC]' o 'La cumbre escarlata'.
'El otro lado de la puerta', ambientada en la India, utiliza elementos de la mitología de este país, tan diferentes en comparación con la cultura occidental, generando una atmósfera atrayente, aunque solo sea por proceder de un lugar desconocido. Este aspecto positivo no viene acompañado por todo lo demás que acontece en la película que es previsible e insulso, excepto algunos matices que comentaremos a continuación.
La historia trata de María, una mujer que ha perdido a uno de sus hijos en un accidente de tráfico y decide realizar un ritual que une el mundo de los vivos y el de los muertos, que le permitirá despedirse de verdad de su pequeño. Por error el ritual no sale del todo bien y se abre una puerta que conecta las el mundo de los vivos con el de los muertos. El alma del hijo se corromperá hasta tal punto que influirá de una manera muy negativa a toda la familia. La misma trama de niños poseídos por algún ente repetida hasta la saciedad, pero que no por ello podría dejar de funcionar.
'El otro lado de la puerta' es previsible de principio a fin, con giros totalmente innecesarios y situaciones en las que los personajes actúan de forma absurda para generar tensión. De todas maneras, algunos sustos son efectivos y los efectos están logrados, pero toda la trama está repleta de clichés sin sentido y con una estructura bastante simple, propia de un telefilm. Las actuaciones son aceptables pero nada del otro mundo, a veces resultan algo forzadas y conectan poco con el espectador, pero destaca la interpretación de los personajes infantiles.
Un guion desperdiciado
Al comienzo la cinta parecía que podía aportar algo diferente al género, puesto que el ambiente y la esencia de la historia parecían tener algo original al abordar conceptos de la mitología Hindú y de su cultura, pero finalmente se tratan de una manera superficial sin indagar en su naturaleza. El ritual, la conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos, la extraña tribu que aparece en el bosque, y Myrtu, la criatura o dios mitológico que aparece en la película, son elementos muy poco desarrollados y que podrían haber jugado un papel más importante para dotar de mayor fundamento a la película.
Un largometraje simple, sin muchos detalles, con una estructura predecible y poco original que será una más en el género y que difícilmente va a ser recordada, excepto por algunas escenas. Una producción que quizás logre algo de éxito en taquilla debido a la escasez actual en la cartelera de cintas de terror.
Nota: 3
Lo mejor: Algunas escenas de tensión.
Lo peor: Repleta de clichés y muy predecible.