Joel Edgerton nos presenta 'El regalo', su primera película como director, que lejos de pasar desapercibida se convirtió en una de las grandes sorpresas del Festival de Sitges 2015. Con una muy buena crítica generalizada, este thriller con tintes dramáticos que también protagoniza Edgerton, le supuso el premio al mejor actor, un premio más que merecido por cómo consigue transmitir con su personaje grandes dosis de suspense, que en ocasiones provocará algún que otro sobresalto.
La historia comienza cuando Simon y Robyn (Jason Bateman y Rebecca Hall) una pareja que acaba de mudarse a su nueva casa tras contraer matrimonio y siguiendo la brillante carrera de Simon, comprando algunos accesorios para el hogar se encuentran por casualidad con un antiguo compañero de instituto, Gordo (Edgerton), que a priori ya parece ser algo extraño y bastante siniestro (y un poco friki), que poco a poco intentará acercarse más al día a día de la pareja. Con su amabilidad consigue ganarse el afecto de Robyn y aprovechando las horas en las que está sola en casa, empieza a hacerle visitas que se irán volviendo cada vez más molestas.
Además obsequia a la pareja con varios regalos que lejos de agradar, no paran de incomodar a Simon. Quizás porque el comportamiento de "su amigo", a quien la vida no le ha ido demasiado bien, no sea el más adecuado, o quizás porque entre ellos no todo acabó de la manera que Robyn imagina. Una subtrama de la que solo somos conscientes nosotros, ya que ella queda un poco apartada y que iremos descubriendo de una manera bastante bien planteada y dosificada. Una doble cara tanto de Simon como de Gordo que nos hará entender muchas cosas.
Cabe destacar la capacidad del director para con apenas cuatro o cinco escenarios lograr transmitir y plasmar la historia de una manera tan limpia, con una realización y un montaje bastante correctos. En este sentido, se nota también la mano del productor Jason Blum responsable de títulos como 'Insidious', 'Sinister' y 'The Purge: la noche de las bestias', entre otros muchos, que sin duda sabe cómo tratar el género, y que salvando las distancias con las películas antes mencionadas, puede estar bastante orgulloso del resultado obtenido con 'El regalo'.
Si bien el guión puede resultar algo pesado para los espectadores que descubran antes de tiempo los giros, a ratos un tanto previsibles, la puesta en escena conseguida es clave para el desarrollo de la historia. Una casa moderna, con gran exposición al exterior y que deja poca cabida para la privacidad y la imaginación, con paredes en su mayoría de cristal, consiguen romper la cuarta pared y sumergir al espectador en una especie de pecera, en la que los protagonistas están totalmente expuestos, casi tanto como el propio estanque de peces que tienen en la puerta. Consiguiendo contraponer el efecto de jugar con la visión de Gordo desde el exterior pero también la de Robyn desde el otro punto de vista.
Un buen pulso entre tensión y sorpresa
En definitiva, Joel Edgerton con 'El regalo' consigue sumarse a la lista de buenos actores que también saben escribir y dirigir, porque no es nada fácil obtener con tu primera película tan buenas críticas de los medios y ser nominado a varios premios, como el del Sindicato de Actores de 2016, a mejor dirección nobel o el ya antes mencionado premio de Sitges. Y eso es sin duda por la suma de las buenas actuaciones protagonistas pero también por su buen hacer en la dirección. Un buen pulso entre tensión y sorpresa.