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CRÍTICA

'El rey de La Habana': La Cuba de los abandonados

Llega la última cinta de Agustí Villaronga, un sórdido drama que se adentra por las calles de la decadente Cuba de los años 90.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 17 de Octubre 2015 | 12:25
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Tras el éxito de 'Pan negro (Pa negre)', se esperaba con ansia el próximo título del mallorquín Agustí Villaronga, con un intermedio que fue la miniserie 'Carta a Eva', 'El rey de La Habana' supone un reto artístico para el cineasta, puesto que se aleja de su zona de confort pero dejando patente su huella característica. La película compitió en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián y consiguió el premio a la Mejor Actriz para Yordanka Ariosa.

Es la Cuba de los años 90. Reinaldo no está pasando por un buen momento precisamente, en un solo día pierde a su madre, su hermano y su abuela. Si no fuera suficiente con eso, él es acusado de todos estos sucesos y acaba en un correccional. Tras conseguir fugarse de aquel lugar, deambula por las calles de La Habana. Sin oficio ni beneficio, el joven trata de sobrevivir como buenamente puede. En esa situación conocerá a Maga y Yunisleidi, que también tratan de sobrevivir en la ciudad, en ese sistema decadente. Reinaldo decide vivir a base del amor, la pasión, el sexo, la experiencia. Una vida salvaje en un lugar donde es difícil sobrevivir.

'El rey de La Habana': La Cuba de los abandonados

Entre lo sórdido y lo irónico

Villaronga está acostumbrado a mostrar a personajes jóvenes traumados, en un contexto de opresión política o social, sabe mostrar el lado más oscuro, perverso y sadomasoquista del ser humano. Ya lo demostró con las magníficas 'Tras el cristal' y 'El mar'. Sin embargo, la adaptación de la novela homónima de Pedro Juan Gutiérrez se antoja como un intento fallido y en la película más floja de la filmografía del realizador.

Y es que el director, que también firma el guión, no sabe calibrar los momentos dramáticos y tampoco los momentos de comedia, dejando una cinta de extremos accidentados en los que no se llega a conectar con el personaje principal. Reinaldo es un chico con el que no se consigue entrar. Todo lo opuesto al protagonista de 'Conducta', película cubana que llegó a salas españolas el pasado mes de junio, un personaje similar que mostraba la decadencia y dejadez de un estado prácticamente aislado del resto del mundo y con una revolución en fracaso.

'El rey de La Habana': La Cuba de los abandonados

Villaronga no consigue calibrar esos momentos, provocando una serie de infortunios llenos de sordidez que desdibujan la cruda realidad que pretende mostrar. En gran parte, es por el actor principal, Maykol David, y por su personaje por los que no se logra entra lo suficiente en la película. Sin motivaciones y carente de empatía, no se llega ni siquiera a intuir sus intenciones.

Los abandonados

Porque Villaronga no sabe exactamente cómo transmitir su mensaje. No se sabe si quiere crear una crítica social, hace cine realista, o simplemente mostrar los devaneos sexuales de su protagonista, que recalca su virilidad cuando puede recordando porque es "el rey de La Habana".

La falta de definición de su protagonista y la carencia de transmisión de emociones de su intérprete empañan, por otro lado, magistrales actuaciones que consiguen "salvar la película" y hacerla una experiencia llevadera. Gracias a Yordanka Ariosa y Héctor Medina, la primera es un muy bien merecido premio del Festival de San Sebastián por ser esa mirada suya que realmente sabe reflejar lo que es y ha sido vivir en una Cuba comunista cuando estaban prácticamente aislados y no había acercamientos con Estados Unidos.

'El rey de La Habana': La Cuba de los abandonados

Quizás el realizador mallorquín debía haber dirigido, antes que esta adaptación, 'El virus del miedo' en vez de Ventura Pons. Hubiera sido también algo nuevo en su filmografía y hubiera podido servir de puente para esta propuesta.

Villaronga intenta conseguir un resultado similar al que tuvo el francés Laurent Cantet con 'Regreso a Ítaca'. Si bien, mientras que el realizador de 'La clase' supo elegir grandes actores veteranos cubanos y hablar desde el desengaño del presente, el director de 'El mar' no consigue llegar al mismo nivel, dejando una película bienintencionada y llevadera. Una obra regular que gracias a su elenco de secundarios, merece la pena ser vista.