Todos sabemos que el fandom de 'Star Wars' es el más exigente que hay, pero el de 'El señor de los anillos' lleva años subiendo puestos en este peculiar ranking. Por un lado tenemos al hater clásico, también presente en 'Star Wars', que piensa (y no sin su parte de razón, todo sea dicho) que no hay ni habrá nada en la saga como la primera trilogía de películas dirigida por Peter Jackson. Por otro, más autóctono de 'ESDLA', tenemos al defensor de la palabra de Tolkien, pendiente de que no se cambie un ápice del lore del escritor.
Este último sector ya se posicionó contra el romance entre enanos y elfos en 'El Hobbit', y se ha mostrado especialmente crítico con 'Los anillos de poder' y su forma de tratar el legado de Tolkien, creando personajes y modificando historias. Y por qué no decirlo, últimamente es una corriente que se mueve en la fina línea entre ser el guardián del novelista británico y rechazar aquello que les pueda oler ligeramente a la tan manida palabra 'woke'.
Con 'Los anillos de poder' se podía caminar sobre el alambre, pues objetivamente la serie tiene fallos de ritmo y problemas de guion con algunas de sus historias. Pero con 'El señor de los anillos: La guerra de los Rohirrim' va a ser más difícil: la película cumple con todo lo que le podemos pedir a una producción de 'El señor de los anillos', pero, como ya se vio en los tráilers, el lore se modifica para dar mayor importancia a un personaje femenino. Será interesante ver cómo reaccionan.
La historia no contada de Hèra
La trama de 'La guerra de los Rohirrim' está basada en un apartado del Apéndice A, 'La casa de Eorl'. Sacar una película de unos pocos párrafos en los que apenas hay diálogo tiene mérito, aunque aquí no se siente tan forzado como crear una trilogía de las 300 páginas de 'El Hobbit'. 'La casa de Eorl' cuenta la historia del linaje de Rohan, incluida la vez en la que casi pierde la guerra contra su archienemigo, la región de Dunland, 200 años antes de que Bilbo Bolsón encontrará el Anillo Único.
Es esta guerra la que da nombre a la película, y ambas inician cuando Freca, señor de Dunland, llega a Rohan con una propuesta para el rey Helm Mano de Martillo: casar a Wulf, hijo de Freca, con la hija de Helm. Tolkien ni siquiera dio nombre, rostro ni presencia a la mujer, convertida meramente en un objetivo de disputa que desembocaría en una guerra sangrienta.
Por el contrario, Jeffrey Addiss, Will Matthews y Philippa Boyens (esta última guionista de la trilogía original) crean una historia en torno a ella. Le otorgan un nombre, Hèra, así como un propósito y una personalidad. Dan voz a una mujer cuya trascendencia se perdió entre tantos relatos liderados por hombres de la Tierra Media. Es simbólico que sea Éowyn (Miranda Otto) quien narre su historia, lo que refleja que Hèra es su gran fuente de inspiración para convertirse en la mujer que fue.
Gaia Wise (nosotros vimos la película en VOSE en el pase de prensa) le otorga a Hèra ese poderío que se entrelaza constantemente con la emotividad y el dolor al ser testigo de cómo ha cambiado drásticamente la vida de su familia y del pueblo de Rohan. Viendo su actuación, así como lo bien escrito que está su personaje, la incursión de Hèra en el universo 'ESDLA' está más que justificada. No es una cuestión de ser una mujer o un hombre, es cuestión de crear un buen personaje. Y este lo es.
Destacan también las interpretaciones de Luke Pasqualino y Brian Cox como Wulf y Helm, los otros dos grandes protagonistas de la película. Ellos tres llevan el peso narrativo y contienen la magia de los mejores personajes de 'El señor de los anillos', esos capaces de mantenerte pegado al libro o la pantalla, ya sea con su presencia, actitud o discurso.
Referencias
Hablando de 'El señor de los anillos', si bien en 'La guerra de los Rohirrim' hay ciertas partes no canónicas en pos del espectáculo o sobre todo para agrandar la figura olvidada de Hèra, también lo es que se nota el cuidado y el cariño por el legado de los libros y las películas originales. Se ve desde el primer momento en el que suena la inolvidable banda sonora de Howard Shore, presente a lo largo de todo el filme. A partir de ahí, se suceden una gran cantidad de guiños a personajes, personas (algún cameo especial entre los actores de doblaje) y elementos de la saga que nos harán sentir en la Tierra Media.
Pero sobre todo, 'La guerra de los Rohirrim' nos permite profundizar en Rohan, uno de los grandes reinos de los hombres. La película ahonda en sus tradiciones, relaciones y leyendas, lo que, sumado a la contienda tan específica que narra, puede ser complicado de seguir para todos aquellos que no estén muy familiarizados con el lore o que solo han visto la primera trilogía de Peter Jackson.
Eso sí, tanto el público general como el fan más específico podrá admirar por igual lo bien recreadas que están las localizaciones principales de los Rohirrim, como Edoras o Cuernavilla (futuro Abismo de Helm). Es este el gran punto fuerte del estilo de animación por el que apuesta la película y su director, Kenji Kamiyama. Todavía no hemos hablado de este aspecto fundamental, así que vamos por fin a abrir ese melón.
Una animación atrevida
Kenji Kamiyama es un prestigioso director de anime japonés conocido por la saga 'Ghost in the Shell', que en los últimos años ha buscado aportar su visión del anime oriental a productos claramente occidentalizados, dirigiendo episodios de 'Blade Runner: El loto negro' o de 'Star Wars Visions'. Sin embargo, su reto ahora es mayúsculo, al llevar [i/]https://www.ecartelera.com/peliculas/el-senor-de-los-anillos-1978/[i]El señor de los anillos al terreno de la animación por primera vez desde 1978.
Para ello, el director ha apostado por el 2D y la captura de movimiento por encima del CGI, una decisión que convierte el producto en algo más puro, pero que quizás eche para atrás a la gente acostumbrada a otro estilo de animación. Aquí nos encontramos una animación estilo 'Castlevania' versión 'El señor de los anillos', un producto más de nicho de lo que podríamos esperar dada la saga milmillonaria que tiene Kamiyama entre manos.
Es de admirar su valentía para arriesgar en un fandom que lleva regular los cambios, aunque lo cierto es que cuesta un poco acostumbrarse a ver esa forma de anime en una historia de ESDLA. Los movimientos a veces se ven un poco antinaturales en momentos más pausados, algo que notaremos sobre todo al principio de la cinta. Curiosamente, la animación mejora cuando hay más acción, dejándonos batallas muy dinámicas y entretenidas. No obstante, lo mejor es la reproducción de los lugares icónicos de Rohan, recreados con tanto detalle y realismo que a veces cuesta diferenciarlos del live-action.
En resumen, Rohan respondió a la llamada y nos trajo una historia que logra recuperar parte de la esencia que hizo tan grande a 'El señor de los anillos', con la combinación de acción, emotividad, una historia épica y personajes carismáticos. No es una película perfecta a nivel visual ni de guion, pero contiene los suficientes elementos de la idiosincrasia de la saga como para disfrutar por todo lo alto del viaje narrado por Éowyn.