Gustave Flaubert en su novela 'Madame Bovary' escribió: "La denigración de las personas a quienes amamos siempre nos aleja de ellas un poco". La actriz Nicole Garcia tiene una dilatada experiencia como directora que apenas se ha podido ver en España. Afortunadamente ha podido llegar 'El sueño de Gabrielle', basada en la novela 'Mal de piedras' de Milena Agus y que compitió en la Selección Oficial del 69º Festival de Cannes. Protagonizada por Marion Cotillard, Àlex Brendemühl y Louis Garrel.
Años 50 en la Provenza francesa, Gabrielle es una mujer apasionado, un espíritu libre y enamorada de un hombre casado que no le corresponde. Dolida, la mujer entre en una espiral de delirio y autodestrucción, a lo que se añade un fuerte dolor en la parte de los riñones. Cansada, su madre convence a José, un jornalero español de buen corazón, a casarse con su hija. Él, que busca tranquilidad después de haber huido hace ya varios años de su país tras la Guerra Civil, acepta la proposición. Gabrielle, que aceptó casarse para huir de su casa, acabará en un balneario tras descubrirse que tiene piedras en los riñones. Mientras se cura de su mal de piedras, conocerá a André, un militar de la guerra de Indochina que está gravemente enfermo. Entre ellos surgirá una pasión que le hará a Gabrielle recuperar la ilusión por vivir.
El amor apasionado de una mujer
Garcia, junto con el guionista Jacques Fieschi, escribe un guion alejado del concepto de realismo mágico de la novela de la italiana Milena Agus. Sobre todo, por cambiar el escenario, la época y eliminar ciertos deseos y pasiones, así como también varios personajes secundarios, que se quedan en lo anecdótico en la cinta.
El cambio es regular, puesto que no se logra comprender, en ningún momento, los motivos de Gabrielle a caer en esa espiral de destrucción y dolor, es más, ese supuesto amor y devoción por hombres que no le corresponden se muestra de una forma que está más cercana a la obsesión o erotomanía que la de la pasión amorosa.
Un ramito de violetas convertido en miradas al mar
Se percibe ciertos deseos que en la época no estaban bien vistos y eso es gracias a la profesionalidad de Marion Cotillard. Sin embargo, la actriz de 'Dos días, una noche' no logra transmitirlo del todo, mostrando una mujer que vive al borde del delirio y fuertemente egoísta, algo que no era lo que pretendía mostrar la novela original y se intuye que tampoco en la película, que mostraba los deseos de una mujer que quería ser libre en una época en la que era imposible.
Funciona menos su amor con Louis Garrel, que vuelve a hacer de hombre atormentado por enésima vez, con el que la actriz no tiene nada de química. Aunque el que salva la cinta no es la diva francesa, sino Àlex Brendemühl, con un personaje complejo e introspectivo, cuyo amor y lealtad a su esposa recuerdan a aquella canción de Cecilia, 'Un ramito de violetas'.
Se percibe en el esqueleto de la película ese deseo de libertad y de apasionamiento, gracias a la interpretación del dúo Cotillard-Brendemühl. Sin embargo, dista mucho de estar a la altura de sus propias ambiciones, lo que hace de la película una propuesta con un tormento y dolor excesivos para lo que, finalmente, es, algo semejante a lo que sucedió a 'La luz entre los océanos' o 'Mi amor'. El amor delirante y fantasioso hubiera podido dar más juego en un melodrama con un escrito mucho mejor.
Nota: 6
Lo mejor: Àlex Brendemühl, uno de sus personajes más complejos y entrañables.
Lo peor: El guion no se mete en el personaje, lo que hace que no se empatice con la protagonista.