'Los Muppets', comúnmente conocidos en España como 'Los Teleñecos', se dieron a conocer a finales de los años setenta gracias a un programa de televisión de variedades en el que un grupo de marionetas, de vistosa apariencia, realizaban una serie de gags cómicos alternados con apariciones estelares de personalidades del mundo del espectáculo y números musicales. La fórmula del éxito les ha durado hasta nuestros días, donde personajes como la rana Gustavo, la cerdita Piggy o Gonzo, siguen siendo un elemento clave de la cultura popular.
A lo largo de los años han dado el salto también a otros medios, entre ellos el cinematográfico. Ya sea reinterpretando relatos clásicos o con historias originales, las marionetas creadas por Jim Henson han protagonizado una serie de producciones cuyo objetivo último era reencontrarse con ellas en una historia de mayor duración que mantenía a rajatabla las características que los hizo triunfar en 'El show de los Teleñecos'.
Esta fórmula se fue desgastando, pero tras la compra de la franquicia por parte de la todopoderosa Disney, el estudio del ratón decidió rentabilizar la adquisición con una nueva oportunidad cinematográfica que se saldó con un aceptable éxito de crítica y público. En 2011, 'Los Muppets' aterrizó en las salas con una historia en la que aunque se mantenían los tics del pasado, aportaba algún matiz que la hacía alejarse de todo lo visto hasta ahora.
Tres años después nos llega 'El tour de los Muppets', secuela que lejos de explotar esa nueva vertiente se queda anclada en la trillada fórmula del pasado. La trama es excesivamente simple en su concepción; efectiva pero muy repetitiva. El malvado Constantine, batracio que es la viva imagen de la rana Gustavo, suplantará la identidad de ésta para, con la ayuda del espectáculo que protagonizan los Muppets, acudir a las principales capitales europeas y cometer una serie de robos a gran escala. O lo que es lo mismo, los teleñecos de aquí para allá sacando de nuevo sus lentejuelas y realizando un buen número de gags, algunos bastante conseguidos.
James Bobin parece dejar caer todo el peso en la agradable mezcla de nostalgia y simpatía que el espectador pueda sentir por estos personajes. No hay una voluntad verdadera de construir una narración, sino de volver a mostrar lo que ya hemos visto infinidad de veces. Los números musicales son bastante aceptables, pero sin llegar a tener temas de la talla de 'Man or Muppet' o 'Me Party', que sí incluía su predecesora.
La trama se presenta de una forma ágil y atractiva. Sin embargo, a partir del intercambio de identidades entre Gustavo y Constantine, se vislumbrará que no era más que un mero espejismo y que este 'El tour de los Muppets' no tiene mucho que aportar al universo creado por Henson.
Tina Fey, Ricky Gervais y Ty Burrell son los actores escogidos para interactuar con los muñecos de trapo e interpretar los personajes de carne y hueso con algo de relevancia. Mientras que la presentadora de la última gala de los Globos de Oro y el integrante de 'Modern Family' ponen toda la carne en el asador y parecen estar pasándoselo bomba, no pasa lo mismo con el aclamado cómico británico protagonista de la serie 'Extras'. Gervais se limita a poner caras de circunstancia y no se muestra en ningún momento cómodo con sus partenaires de felpa, lo que puede llevar a que éste desapego se transmita también a los espectadores.
Tirando de agenda
Los Teleñecos son los personajes inanimados con mayor número de contactos en el star system y no tienen intención de dejar de aprovecharse de esa gran baza. De esta manera, por la gran pantalla veremos desfilar un número descomunal de rostros conocidos en una serie de cameos, que más que aportar algo están más bien como juego para que el espectador contabilice cuántos es capaz de reconocer. Otro de los fallos es el de haber dado un excesivo protagonismo a la rana Gustavo, relegando a sus también carismáticos y queridos compañeros a un plano muy secundario.
La película comienza con 'We're Doing a Sequel', tema que ironiza con la obsesión de Hollywood de realizar continuaciones de todos sus grandes éxitos. Lástima que la moraleja de esta canción no se haya aplicado en esta simpática pero innecesario secuela.