La obra de Stephen King sigue siendo una inagotable fuente para llevar a cabo adaptaciones, algo que la pequeña pantalla ha sabido utilizar a su favor gracias a la propia naturaleza de la serialidad. Solo dos años después de su publicación, 'El visitante' cobra vida para HBO en formato de miniserie de 10 episodios, los cuales llegan de la mano de Richard Price y Jason Bateman como productores ejecutivos.
El primero lo hace también como guionista en la gran mayoría de sus episodios y el segundo se reserva un papel protagonista clave para la trama y ejerce como director de algunos capítulos. Han pasado tres años desde el estreno de 'The Mist', la que hasta ahora había sido la última adaptación en serie de un trabajo del novelista de Maine. Mientras, su universo ha seguido estando absolutamente presente entre nosotros, pues en 2019 eran cuatro las películas basadas en sus obras que se estrenaban: 'It - Capítulo 2', 'Cementerio de animales', 'En la hierba alta' y 'Doctor Sueño'. También lo hacía la segunda temporada de 'Castle Rock', que tomaba de forma libre a diferentes personajes y espacios del imaginario de Stephen King para ponerlos al servicio de una historia solo apta para expertos en la bibliografía del escritor.
Publicada en 2018, 'El visitante' fusionaba terror y policíaco, recuperando a uno de los personajes que King había presentado en la trilogía iniciada por 'Mr. Mercedes': la investigadora Holly Gibney, encarnada en la serie por Cynthia Erivo, quien irá tomando las riendas de la historia a medida que esta vaya tornándose cada vez más oscura, siendo sus derivas hacia el terror sobrenatural lo que convierten a la ficción en una de las propuestas más firmes con las que HBO empieza 2020.
Horror en la América profunda
En su piloto descubriremos el estremecedor hallazgo al que debe enfrentarse la policía de Flint City, una localidad ficticia situada en una inhóspita Oklahoma en la que se desatará el horror. Allí empezarán a hacerse reconocibles los códigos del American Gothic, y es aquí donde la ficción muta en lo que podríamos comprender como la versión sobrenatural de 'True Detective'.
Si en la primera temporada de aquella hacía acto de presencia la figura del Rey de Amarillo de R.W. Chambers, el cual acabaría influyendo al mismísimo Lovecraft, en 'El visitante' convergerán el thriller de investigación con un elemento sobrenatural. Este irá desvelándose con cuentagotas para acabar fusionándose a la perfección con el tono realista con el que está dotada la serie.
Desvelar cuál será elemento al que se deberán enfrentar Gibney y el resto de investigadores sería acabar con el factor sorpresa (que ya conocerán quienes hayan leído la novela), pues habrá que esperar hasta el ecuador de la serie para que empiece a construirse la verdadera idea de la naturaleza del misterio que gira en torno al brutal crimen que desencadenará los hechos: el hallazgo del cadáver mutilado de un niño convertirá en principal sospechoso a Terry Maitland (Bateman), un querido profesor y entrenador del equipo de béisbol de la ciudad, acusado de haber violado y asesinado a sangre fría a un alumno, todo ello apoyado de irrefutables rastros de su ADN en el cuerpo.
El terrible caso irá enrareciéndose cuando entre en juego lo que parece ser la figura de un dopplegänger. A partir de entonces, la redención, y el drama personal que vivirán los familiares de la víctima y del incriminado, formarán el poso que siente las bases argumentales de un thriller policíaco en el que Mulder y Scully lo pasarían en grande, y donde el imaginario terrorífico englobará desde la iconografía tenebrosa creada por Goya, a males de tintes primigenios venidos al mundo para sembrar el caos en la América profunda.
Nota: 7
Lo mejor: La forma en la que va dosificando el terror, el cual va filtrándose en las vidas de los protagonistas y acabará forzando la maquinaria, poniéndolos ante un abismo de desconcierto y temor.
Lo peor: Como pasa en la mayoría de productos del estilo, el aspecto puramente procedimental de la investigación acaba siendo una visita a lugares comunes, algo que puede hacer que el interés acabe diluyéndose hasta que aparezca el elemento sobrenatural.
