Para un director que ha triunfado con su primera entrega, el segundo asalto siempre suele ser determinante. Tu próxima película puede ganarte un hueco entre los grandes, dejarte como un director del montón o hacerte tan efímero como un caramelo suelto en un colegio. Neill Blomkamp consiguió sorprender con algo tan clásico como una historia de ciencia ficción con alienígenas, nominación al Oscar incluida. Para su segundo largometraje ha escogido la lucha de clases, pero con el envoltorio de ciencia ficción que le abrió las puertas de Hollywood.
'Elysium' sigue a Max, habitante de Los Angeles en el 2154. El protagonista trabaja construyendo los robots que controlan a una población tercermundista, que vive en una Tierra que es un vertedero mundial. Mientras, los ricos han escapado a una estación espacial de forma circular, donde viven rodeados de lujos, y cuentan con máquinas que curan desde pequeños rasguños al cáncer más complejo. Un accidente laboral condena a Max por culpa de la radiación, y tendrá que llegar rápido a Elysium para sobrevivir. Pero Elysium no abre la puerta a cualquiera.
Blomkamp ha buscado repetir el éxito de 'District 9', cogiendo un argumento que no será del todo original, pero dándole un toque personal que termina por confirmarnos que es una de las promesas más interesantes de la ciencia ficción. 'Elysium' apuesta por una estética realista sin abandonar el tono futurista, mezclar lo mejor de las corrientes utópicas y su ya conocida apuesta por los escenarios más áridos y "sucios". Este contraste tan bestial está tan lleno de detalles que parece mentira que no sean reales. El nivel de diseño de las armas, los robots, las dos sociedades... es absolutamente increíble.
El cineasta ha dicho muchas veces que tenía mucho miedo de trabajar con celebrities, no le inspiraban confianza. Ha contado con la suerte de que Matt Damon es todo un profesional, y ha sido capaz de dar a Max el porte de un héroe, manteniendo esa calidez que convierte a los personajes que interpreta en alguien con el que uno se puede identificar, no es una máquina de matar, ni un semidiós (a pesar de la forma de cruz del exoesqueleto), es un hombre con agallas. Incluso cuando lleva el exoesqueleto (sin él no podría ni andar tras la radiación) uno puede notar el peso que supone llevarlo. Su antagonista en la lejanía, la ministra de defensa de Elysium, la gran Jodie Foster, resulta tan cautivadora como una villana fría y calculadora que es una pena que no le haya dado más tiempo en pantalla.
Sin embargo, para compensar ha contado con su amigo de la infancia, Sharlto Copley, como el despiadado Kruger, mercenario al servicio de Foster. Si en 'District 9' se convirtió en toda una sorpresa, en 'Elysium' nos vuelve a evocar esa sensación, llenando la pantalla con un enemigo duro, violento, instintivo. Es el yang de Max, y mantiene esa idea de dualidad de la película, al no ser un pulcro enviado de Elysium. Es de lo mejorcito que tiene está cinta, dejándonos claro que puede despuntar en todos los frentes, y que se le da muy bien manejar las armas, y la katana.Acción y ciencia ficción con los pies en el suelo
El ritmo y la acción consiguen mantenernos atrapados durante todo el metraje de la película, y no renuncian con ello a explorar un poco este futuro lleno de desigualdad, sobre todo las desventajas que tiene un californiano en esa época. No nos cansaremos de disparos, pero también nos ofrecerá material para debatir sobre las clases sociales y la desigualdad, qué ocurriría si tuviéramos ese privilegio de poder curarnos con una máquina, el problema de la superpoblación... A Blomkamp le encanta marcar su agenda en las películas, y eso no hace más que encumbrar al cineasta como un buenísimo hacedor de historias. Le faltaría por tapar algún que otro agujero que puede llevar a incongruencias, pero va por el buen camino.
Sigue sin ser muy comprensible por qué esa manía de relacionar a la población latinoamericana con el mundo del hampa o incluso con el Tercer Mundo, como ocurre en este caso, sobre todo con Copley y Blomkamp asegurando que Sudáfrica, cuando eran pequeños, era realmente peligrosa (de hecho, el personaje de Copley es sudafricano). Quizás quiso utilizar la característica imagen de la frontera con México para jugar con las "fronteras aéreas" con Elysium, pero si se le puede sacar algún punto negativo a esta película, es este tópicazo utilizado de forma algo gratuita. Pero al contar la ciudad con una estética de favelas, visualmente no desentonará, aunque puede que moleste a alguno.
A pesar de este pequeño detalle, 'Elysium' es un derroche de acción adrenalínica, con un protagonista con alma y un escenario creado con tanto detalle y un diseño tan cuidado, que es muy probable que se convierta en la mejor cinta de ciencia ficción que veremos este año. No será una apuesta tan arriesgada como 'District 9', pero sigue siendo bastante superior a lo que se nos ha presentado este año. Está claro que Neill Blomkamp tiene la capacidad de revolucionar el género, y tras acertar de nuevo con su segunda cinta, es hora de que nos demuestre que también puede hacerlo en otros ámbitos. Las puertas siguen abiertas para él, y nosotros deberíamos recibirle con ovaciones y aplausos.