Emmanuelle Arsan, autora de la mítica novela 'Emmanuelle', considerado que "el erotismo es el triunfo de los sueños sobre la naturaleza", que es "el prominente refugio del espíritu de la poesía, dado que niega lo imposible". Publicada en 1959 bajo autoría anónima, hay mucho misticismo sobre la figura de la célebre autora (cuyo nombre real era Marayat Bibidh), dado que se ha llegado a decir que el auténtico escritor de la novela fue su marido, Louis-Jacques Rollet-Andriane.
Sin embargo, la fama tanto de Arsan como de su novela fue elevada a otro nivel cuando, en 1974, se estrenó la película de Just Jaeckin, que revolucionó el concepto de erotismo en el cine. La cinta trajo elegancia, sofisticación y perfume a un cine que se percibía como sórdido y oscuro.
El filme original narraba las aventuras pasionales de una jovencita de 19 años, que estaba casada con un diplomático francés de misión en Bangkok. El matrimonio era abierto, lo que le permitía a ambos cónyuges disfrutar de los placeres del sexo. A su llegada a Tailandia, Emmanuelle exploraba un nuevo país dejándose llevar por sus deseos más lascivos, viviendo fogosas historias llenas de sensualidad.
El mito erótico busca llegar al público millennial
Tal y como sucedió previamente con 'El último tango en París', cuya polémica resurgió tras una serie de manipulaciones y desinformaciones producidas en 2016, la cinta de 1974 fue ampliamente criticada y vilipendiada por la prensa especializada en ese momento. La cinta buscaba alejarse de lo inhóspito de la producción de Bernardo Bertolucci o de otros títulos emblemáticos del cine erótico (y producidos en la misma época) como fueron 'El portero de noche' o 'El imperio de los sentidos'.
Más de 300 millones de espectadores vieron en todo el mundo las aventuras sexuales de esta joven cuasi veinteañera. 11 años estuvo en las salas de cine francesas, llegando a ser vista por casi 9 millones de personas en la capital gala, cuando París tenía en ese momento apenas más de 2 millones de habitantes. Obviar ese éxito, sería absurdo.
Sin embargo, ya en los propios años 70, 'Emmanuelle' fue una película que parecía difícil de encajar dentro de los circuitos intelectuales y culturales. De ahí, que desde que Audrey Diwan, ganadora del León de Oro en 2021 por 'El acontecimiento', anunciase que su siguiente proyecto era una revisión de este clásico del erotismo, se viese como un reto complicado de realizar.
Frialdad frente a lo tórrido del erotismo
Más allá de las teorías sobre la autoría de Arsan, lo cierto es que 'Emmanuelle' se ha visto como el ejemplo más evidente del erotismo bajo la mirada masculina, cuya protagonista era más objetivo de deseo ajeno que dueña de sus propios anhelos. Diwan ha querido revertir esa imagen del erotismo. No obstante, busca ir más allá, la cineasta busca reconvertir a Emmanuelle, a esta joven lasciva, bajo una mirada feminista y política.
Con un guion coescrito con Rebecca Zlotowski (realizadora de la aplaudida 'Los hijos de otros'), Diwan ha reconvertido a la protagonista en una mujer treintañera, que trabaja analizando hoteles de lujo y cuya vacua vida provoca que busque sensaciones a partir de los límites del sexo. Sí, es dueña de sí misma y la mirada erótica es femenina. Sin embargo, la cineasta lo ambienta en una escenografía fría, limpia y austera, cuyas sensaciones se alejan del perfume y el satén de la cinta de Jaeckin, al que Diwan busca ignorar completamente.
En cierta forma, es un craso error, dado que la Emmanuelle de Diwan recuerda que, en el fondo, el erotismo no es un valor al alza en una sociedad tan cínica y más obsesionada con retratar el placer que degustarlo. En ese sentido, es complicado traer a la actualidad el erotismo, el puro gozo por lo carnal a la actualidad, más que mostrar bajo una perspectiva femenina (dado que casos como 'Un amor de verano' o 'La seducción' supieron plasmar el deseo sexual femenino).
Diwan busca complacer a una mirada intelectual que siempre ha despreciado la cinta original y, en cierta manera, también a la novela de Arsan. Por ello, busca obviar la imagen que hay sobre la protagonista en el imaginario colectivo. ¿El resultado? Una cinta que se queda en tierra de nadie. Una crítica sobre la superficialidad y la búsqueda del placer resulta demasiado hierática. También, el cambiar Bangkok (escenario de la primera cinta y claro guiño a las raíces tailandesas de Arsan) por Hong Kong (ciudad más económica que exótica) remarca esa frialdad.
Diwan se queda en tierra de nadie
La fotografía de Laurent Tangy reproduce ese conflicto en las intenciones de Diwan. Demasiado frío, llegando a momentos en los que parece un anuncio de perfumes actuales (y no aquellos de los 70, llenos de seda). A pesar de ello, Noémie Merlant ofrece una interpretación sólida. Tal y como afirmaba la cineasta a la hora de anuncia su fichaje, la intérprete es una de las mejores representaciones de la mujer francesa actual, digna heredera de Léa Seydoux (quien iba a ser originalmente esta Emmanuelle).
Mención especial para Will Sharpe y Chacha Huang. El primero sabe ser un objeto de deseo bajo mirada femenina y la segunda deja la sensación de que hubiera sido una buena protagonista y la auténtica reinterpretación del lascivo personaje original de Arsan.
Quizás hubiese ayudado que Diwan hubiera visto 'Viajo sola', de Maria Sole Tognazzi, cuya protagonista también era una analista de hoteles de lujo y vivía con un vacío existencialista y de sensaciones similar al de esta Emmanuelle, que termina siendo una versión demasiado light de lo que hizo Steve McQueen en 'Shame'. A pesar de ello, la realizadora deja en evidencia que, a pesar de haber pasado 50 años, 'Emmanuelle' sigue siendo una obra incomprendida por un público que sigue siendo igual de hipócrita.