2022 parece ser el año de la resurrección de Sissi emperatriz en ficción. A finales de septiembre, Netflix estrenó 'La emperatriz', miniserie de producción germana que narraba desde un punto de vista moderno el apasionado romance de Isabel de Baviera y Francisco José I de Austria. Ahora, llega lo que parece ser la respuesta a la visión idílica de la relación del matrimonio con 'La emperatriz rebelde', de Marie Kreutzer, que reimagina la vida de Sissi desde una perspectiva mucho menos amable. Premio a la mejor actriz en la sección Una Cierta Mirada del 75 Festival de Cannes, nominada a tres galardones en los Premios de Cine Europeo (incluyendo mejor película) y elegida por Austria para representante en la categoría de mejor film internacional en los 95 Premios Oscar.
Ante tantos avales, tocaba ver con máxima expectación la vida de una emperatriz icónica, especialmente en la gran pantalla, con Romy Schneider en el imaginario colectivo por su famosa trilogía de Ernst Marischka y por el retrato que encarnó en 'Ludwig' de Luchino Visconti. Sí, Vicky Krieps logra estar a la altura de un auténtico reto interpretativo, su presencia logra que se la vea como esa Sissi contemporánea que el cine no tenía hasta el momento. La intérprete luxemburguesa, además, cuenta con la habilidad innata (propia de su nacionalidad, todo hay que decirlo) para los idiomas, hablando con suma naturalidad alemán, inglés y francés frente a la pantalla, reflejando también así el alma políglota de la emperatriz real.
Ahora bien, a pesar del esmerado retrato de Krieps, en uno de los mejores papeles de su filmografía (en la que están títulos como 'El hilo invisible', 'La isla de Bergman' o 'Abrázame fuerte', esta última recientemente estrenada en España), Kreutzer juega con el espectador en su interpretación de la vida de la esposa del emperador Francisco José I de Austria. Inicialmente, la cinta parece ser una reproducción fidedigna de época, cuidada hasta el milímetro, con un vestuario fabuloso, confeccionado por Monika Buttinger; una fotografía apagada que aumenta la sensación de hastío de Sissi, obra de Judith Kaufmann; y un diseño de producción cuidado casi hasta el milímetro, creado por Martin Reiter y con Victoria Lilgenau como directora de arte.
Sin embargo, poco a poco, Kreutzer muestra que su intención está más cerca de la 'María Antonieta' de Sofia Coppola que de 'La reina Margot' de Patrice Chéreau. Prueba de ello es la introducción de elementos pop y una serie de tramas, con claras licencias históricas, que la emparentan más con el polémico film de Coppola. Ahora bien, la directora de 'Lost in Translation' supo tener una personalidad muy fuerte a la hora de retratar a María Antonieta. Es más, diríase que su propuesta está muy cerca de la sátira, con la que lograba crear un personaje tremendamente humano, en el que se veían las costuras de una mujer atrapada.
Vicky Krieps logra estar a la altura de la Sissi de Romy Schneider
Caso similar es el de la Sissi de Kreutzer, quien también firma el guion. Krieps logra que se sienta la opresión que vive la emperatriz, la cual vive para estar hermosa y dar imagen al Imperio Austrohúngaro. La cinta opta por no ahondar en el vínculo que tuvo Isabel de Baviera con el conde húngaro Gyula Andrássy; como tampoco muestra la influencia que ejerció la madre del emperador, Sofía de Baviera, la cual murió un lustro antes de los hechos acontecidos en el film y a la que ni se le nombra, pese que deja un fuerte peso en la corte; optando por centrarse en el día a día de una monarca consorte que se sentía atrapada e infeliz. Esas licencias ayudan a conectar más con Sissi y aquí se ve la buena mano tanto de Kreutzer como de Krieps.
Ahora bien, a diferencia de Coppola, Kreutzer opta por ir más allá en sus licencias históricas, que son más que cambios cosméticos, en lo referido al destino de Sissi, muy conocido y documentado. Precisamente es esa licencia la que provoca que lo que apuntaba a ser una contundente respuesta contemporánea a la trilogía de Marischka, en la que se idealizaba el papel de esposa de la emperatriz, se convierta solo en un retrato con espíritu rebelde pero que no va a más allá. No era necesario un film que busque la rigurosidad histórica, pero sí que supiera reinterpretar sabiamente el verdadero destino de la emperatriz, quien no solo sufrió una crisis al cumplir 40 años, sino que tuvo que sufrir otras dos al llegar a los 50 y a los 60, cosa que Kreutzer ignora deliberadamente.
Tampoco ayuda que cargue toda la opresión en la figura de Francisco José, obviando el poder y la influencia que tuvo su progenitora, que bien podrían haber emparentado la cinta de Kreutzer con el mentado film de Chéreau. Aun así, gracias al empeño de Krieps en su papel, como de su cuidado aspecto técnico, 'La emperatriz rebelde' logra ser un notable ejercicio que busca aproximarse a la vida de Sissi desde una perspectiva contemporánea. Sí, consigue, finalmente, poder responder a la trilogía de Marischka y la actriz luxemburguesa logra estar a la altura de Romy Schneider en dicha saga. Sin embargo, dada la importancia histórica que tenía el largometraje, quizás se pedía algo más.
Nota: 7
Lo mejor: La interpretación de Vicky Krieps.
Lo peor: Las licencias histórico terminan siendo tan grandes que provocan que se desconecte de la película (más en su parte final).