Pese que la industria cinematográfica está, cada vez, más fragmentada, de tanto en tanto llegan propuestas europeas que recuerdan que ese cine de "clase media", que tiene una parte de mirada autoral sin renunciar a un enfoque comercial, sigue vivo y ofreciendo pequeñas sorpresas que esconden grandes historias. Es el caso de 'En busca de Summerland' (2020), ópera prima de la dramaturga, escritora y guionista Jessica Swale, que trae un fascinante relato de época con espíritu feminista y con mirada LGBT.
Swale va revelando poco a poco la historia, provocando que el público sienta curiosidad por el pasado de una mujer que, aparentemente, vive sola, aislada y por y para sus libros. La historia se maneja en tres tiempos diferentes, los años 70, los años 40 y finales de la década de los 20. Esto permite a la directora, que también firma el guion, dosificar la información para que, poco a poco, vaya descubriéndose, a placer de la protagonista, Alice Lamb, que está escribiendo, precisamente, sobre su propio pasado.
Y en esa revelación de datos, Swale crea un delicado drama de época, en el que retrata el duro camino de Alice por vivir sola, de ser independiente y de ignorar los comentarios de los ciudadanos del pueblo en el que vive. Aquí, la cineasta muestra, de manera certera, el machismo imperante de la época, que veía en Alice una especie de "bruja" por dedicarse a su tesis sobre la base real de las mitologías y, sobre todo, por vivir sola y no haberse casado con nadie. Pero Swale da un paso más allá, explicando los motivos por los que Alice se encerró en sí misma.
Un debut sólido, con una espléndida Gemma Artenton
A la hora de enfocarse, todavía más, en el pasado de la protagonista, Swale sigue jugando a dos tiempos, mostrando, por un lado, cómo la mujer va abriendo su corazón al pequeño que tiene que cuidar (debido a los bombardeos del Blitz en Londres durante la Segunda Guerra Mundial), y, por otro, narrando los motivos por los que se encerró en sí misma. Surge así una historia de amor entre mujeres, hecha con delicadeza y, sobre todo, con mucho cariño por sus protagonistas. Esa pasión, Swale la retrata de forma espontánea y consecuente, mostrando la realidad lésbica de los años 20, de cómo esas "dos amigas" debían vivir ocultas de cara al mundo o de cómo este, a través de presiones familiares, provocaba que, incluso los más sólidos sentimientos, cedan.
El resultado es una película que, de forma notable, va descubriendo sus diferentes capas, Swale teje una historia que evoca a la elegancia de las novelas de Sarah Waters. Gracias a una buena ambientación pero, sobre todo, a la estupenda interpretación de Gemma Artenton, experta en defender personajes complejos, como ya demostró en 'La búsqueda de la felicidad' (2017), 'Su mejor historia' (2016) o 'La historia del amor' (2016). A su lado, una joven promesa, Lucas Bond, que muestra una fuerza dramática excepcional pese a su corta edad. Con 'En busca de Summerland', Swale trae esa voz propia que ya demostró como dramaturga, con un fascinante relato femenino. Un estupenda ópera prima.
Nota: 7
Lo mejor: Cómo va descubriéndose cada detalle de la historia, la interpretación de Gemma Artenton.
Lo peor: Le falta, quizás, algo más de misterio, su resolución es un poco precipitada.
