Este experimento social no te lo tomes muy en serio. Es la mentalidad a la que debe aferrarse tu cerebro, como si le fuera la vida en ello, al ver 'Enganchados a la muerte', el remake de 'Línea mortal' que protagonizaban Julia Roberts, Kiefer Sutherland, Kevin Bacon y William Baldwin en los 90. Ahora, quienes cruzan la línea que separa la vida de la muerte son Ellen Page, Nina Dobrev y Diego Luna, en una historia que es carne de entretenimiento fácil pero a la que el viaje hasta el presente no le sienta demasiado bien.
Esta vez la que lidera el proyecto científico para averiguar si hay actividad cerebral después de detener un corazón humano es Ellen Page, que interpreta a Courtney en la película. Como ya lo hiciera la cinta original, la trama se centra en unos estudiantes de medicina, interinos de un hospital, que, alentados por el deseo irrefrenable de uno de ellos por conocer qué hay en el más allá, se embarcan en un viaje que afectará más a su psique que a sus conexiones neuronales.
Así, uno a uno, querrán morir para regresar con fuerzas renovadas de la muerte y resetear su cerebro, sin saber que, al pasarse al otro lado por unos minutos, sus pecados empezarán a perseguirlos. 'Enganchados a la muerte' se sirve de esquemas parecidos a los originales en lo que a la construcción de los personajes se refiere, aunque elimina la oscuridad que había en 'Línea mortal' y ceba más el aspecto comercial de la película, que es la carta de presentación del filme empezando por las caras protagonistas que reúne.
El resultado es una trama muy adolescente que combina desfase teen y algo de ciencia ficción con elementos de las películas de terror. Es una historia de consumo efervescente enfocada a entretener y divertir. Por eso, el que la premisa intente aferrarse a un drama que intenta ser profundísimo no sintoniza bien con el tono ligero que predica la película. Esos anclajes emocionales que buscan torturar a los protagonistas no son eficientes a la hora de conmover, de forma dramática, al espectador y acaban por lastrar la historia.
Desfase hasta el fin
La fórmula funcionaría mejor si fuese hasta el final con el tono gamberro y se tomase menos en serio a sí misma sin reforzarla dramáticamente, una lógica que, al final, roza el absurdo. El tira y afloja entre los personajes se vuelve mucho menos interesantes que en los 90 y más facilón, y el cierre de la película se esfuerza constantemente en provocar un clímax que nunca llega utilizando los trucos fáciles, tanto sonoros como narrativos, del cine de terror.
A las interpretaciones del elenco principal, se suma un aliciente de la cinta original, Sutherland, encarnando al tutor que pone firmes a los interinos que aprenden a lidiar con los pacientes en el hospital. Englobados en el esquema de crear personajes con mucho peso a la espalda, al final los adolescentes son poco creíbles. Qué lástima que haya pasado Halloween porque ésta sería una historia perfecta para ver en el salón de tu casa. En definitiva, un buen día para morir. De la risa.
Nota: 4
Lo mejor: Ver a estos actores protagonistas envueltos en una trama como ésta y lo divertido que resulta, al final, la sucesión de pesadillas que viven los personajes.
Lo peor: Lo facilón de la historia y esa búsqueda de lo dramático que no funciona como en la original al predominar un tono más ligero.