Como bien dijo el propio Ennio Morricone en vida (y se refleja en este documental), para valorar la importancia histórica y el legado de un compositor hay que dejar pasar, como mínimo, dos siglos. No obstante, es imposible no reconocer la carrera del afamado compositor italiano como la de una de las figuras esenciales de la música contemporánea, además de ser un auténtico revolucionario sobre el significado de la composición musical para obras cinematográficas (llegó a firmar más de 500 bandas sonoras, un récord que ninguno de sus coetáneos ha podido realizar). Tras trabajar con un innumerable número de cineastas (la mayor parte de ellos historia del séptimo arte), llega el esperado homenaje al Maestro, fallecido el 6 de julio de 2020, con este largometraje documental realizado por Giuseppe Tornatore, para quien escribió la música de títulos emblemáticos como 'Cinema Paradiso' o 'La leyenda del pianista en el océano'.
No es fácil abarcar una obra tan grande en un documental. Tornatore es consciente de ello y, por eso, opta por un largometraje de ejecución convencional, en el que aparecen una buena parte de profesionales con los que Morricone colaboró en vida, incluyendo declaraciones de figuras que también han fallecido (como Bernardo Bertolucci o Lina Wertmüller), así como la del propio Morricone. A pesar de ser un largometraje convencional desde esa perspectiva, Tornatore le sabe sacar provecho, pues de estos testimonios surgen anécdotas, historias y confesiones que le da un toque intimista al filme, provocando que se sienta que el cineasta invite al público a hacer un breve recorrido por la obra de un compositor inabarcable, quien innovó al conjugar la dodecafonía de las composiciones contemporáneas junto con las ejecuciones melódicas propias de la música popular.
Y en ese recorrido, Tornatore invita a conocer la faceta personal del afamado compositor, desde sus inicios y cómo su padre soñaba en que fuese trompetista, como él (cosa que fue hasta que despertó su vocación como compositor); hasta su consagración como uno de los compositores más relevantes de la música contemporánea y del propio siglo XX, llegando a ser comparado con nombres como Stravinski o Gershwin. Aunque lo que fascina de este trayecto es cómo Tornatore plasma los elementos esenciales que hicieron de Morricone un compositor de vanguardia, cuando se pensaba que estas habían llegado a su cénit décadas antes. Lo hace desde sus inicios como arreglista de canciones a ya sus inicios como compositor para el cine.
Y en esa travesía no falta la Trilogía del Dólar ('Por un puñado de dólares', 'La muerte tenía un precio' y 'El bueno, el feo y el malo'), aquellos que redefinió el wéstern e hizo que su música estuviera unida al género casi de por vida; así como sus bandas sonoras menos conocidas como las de 'Pajaritos y pajarracos', 'El clan de los sicilianos' o 'Los caníbales'. Tampoco falta su impulso en Hollywood, en el que se tratan episodios como la polémica que surgió en los Oscar cuando no ganó la estatuilla por 'La misión'. Surgen anécdotas como la relación de amistad que tuvo con Sergio Leone (hasta el punto de que impidió que Morricone compusiera para 'La naranja mecánica' de Stanley Kubrick) o cómo no estaba a gusto con el tema que eligió Brian De Palma para 'Los intocables de Eliot Ness'.
Un deleite visual y sonoro que rinde tributo al Maestro
Por otro lado, Tornatore también explora un tema que Morricone conoció muy bien, el clasismo que existe dentro de la música, de cómo la élite de la composición y la música culta italiana no reconocieron su trabajo y afán innovador hasta finales de los 80, cuando logró el aplauso unánime con la banda sonora de 'Érase una vez en América'. Tampoco olvida cómo la Academia de Hollywood tardó mucho en enmendar el error de no premiarle por 'La misión', pues aspiró a la estatuilla hasta en cinco ocasiones antes de ser reconocido con un Oscar honorífico en 2007 y cómo luego hizo historia al obtener un galardón competitivo por su trabajo en 'Los odiosos ocho', una banda sonora con la que se 'vengaba' del spaghetti western al ser una música completamente opuesta.
Tornatore aprovecha para deleitar al público con casi tres horas de Morricone, mostrando fragmentos de sus composiciones, de declaraciones y confesiones del propio maestro. Pero un aspecto que sabe explotar es cómo selecciona al gran número de profesionales que aparecen en la cinta y que muestra lo poliédrico que era. El cineasta, quien también aparece delante de la pantalla, reúne en su filme a figuras imprescindibles del séptimo arte como Marco Bellochio, Wong Kar-Wai, Bernardo Bertolucci, Lina Wertmüller, Terrence Malick, Oliver Stone, los hermanos Taviani, Carlo Verdone, Quentin Tarantino, Liliana Cavani, Roland Joffé, Dario Argento, Giuliano Montaldo, Barry Levinson; compositores imprescindibles como John Williams, Hans Zimmer, Mychael Danna o Quincy Jones; cantantes como Bruce Springsteen, Laura Pausini, James Hetfield, Joan Baez, Dulce Pontes o Zucchero o productores como Raffaella Leone, hija del icónico Sergio Leone.
Documental que logra la hazaña de abordar, aunque sea de manera breve, una carrera tan prolífica e inabarcable como la de Morricone. Por más que el propio maestro dijese que debían ser 200 años los que pasasen para ser una figura imprescindible de la tercera arte, es más que evidente que su extenso legado dejará una profunda huella en la historia artística de la Humanidad, algo que puede parecer atrevido y que pocas veces puede comentarse, siendo este uno de esos excepcionales casos.
Nota: 8
Lo mejor: Su capacidad para envolver al público con el arte de Morricone.
Lo peor: Es tan extensa la obra del Maestro, que se siente que hubiera sido necesario un documental bajo otro tipo de formato, pero eso hubiera impedido disfrutar de su música en un lugar tan esencial como una sala de cine.