Para su séptimo largometraje, el tándem de directores formado por Olivier Nakache y Éric Toledano muestran su faceta más seria. Tras haber conquistado la taquilla de todo el mundo con la entrañable 'Intocable' (2011), la dupla ha ido acercándose más al drama, siendo la comedia 'C'est la vie' (2017) ya un inicio de transición. Con 'Especiales' (2019), Premio del Público en el 68º Festival de San Sebastián y ocho nominaciones a los Premios César, incluyendo a la mejor película.
Si algo saben hacer Nakache y Toledano es hacer un tipo de cine que logra tener una mirada social con un enfoque claramente comercial, ahí estuvo la magia de la ya mentada 'Intocable', de tirar un hecho real y convertirlo en una estupenda fábula cinematográfica. Sin embargo, el tándem parece que ha optado por una mirada mucho más seria para 'Especiales', al narrar una situación con la que hacen una potente denuncia social sobre las carencias de la sanidad pública (y privada) respecto al tratamiento de personas con trastorno del espectro autista.
La película pone énfasis en aquellos casos de máxima gravedad, mostrando las limitaciones de la seguridad social francesa. Ahí entran en acción asociaciones como La Voix des Justes o L'Escale, que sirven de parche para proteger a personas con TEA y escasos recursos económicos. Ante una situación así, Nakache y Toledano optan por un tono solemne, serio, en el que la comedia queda limitada a escenas de luz que sirven para reducir la carga dramática ante situaciones extremas.
Una comprometida mirada social, alejada de cualquier efectismo
De ahí, que pueda decirse que se está ante el largometraje más comprometido de Nakache y Toledano, que también firman el guion, debido a que se alejan de cualquier mensaje feel-good y bienintencionado, limitándose a exponer una situación de desigualdad social, en la que la sanidad pública está desbordada y no cubre casos de extremada gravedad. Sin duda, una crítica velada a la seguridad social francesa, al ser personas con escasos recursos las que no pueden costear tratamientos para sus familiares con TEA, provocando un círculo vicioso en el que las personas con dicho trastorno no logran avanzar. Pues al final es un problema de recursos.
Esto acerca a 'Especiales' más al cine de Thomas Lilti que al usual de la dupla Nakache-Toledano, recordando a 'Hipócrates' (2014) o 'Un doctor en la campiña' (2016), al exponer un problema y ser lo suficientemente inteligente para evitar caer en el discurso fácil, en melodramas propios de la televisión de sobremesa o en maniqueísmos. Mención especial merece la apuesta de los directores de contar con personas con TEA para los personajes que tienen este trastorno (a excepción de Marco Locatelli, que interpreta a Valentin).
Más allá de exponer un problemas social, Nakache y Toledano también rinden tributo a estas asociaciones que ayudan a la sanidad pública, muchas de ellas con pocas subvenciones y también con escasos recursos. Es muy inteligente también mostrar que estas agrupaciones buscan también un ejercicio de reinserción social, al ser buena parte de su personal gente también de origen humilde y trabajador, muchos de ellos de familias inmigrantes.
Dos estrellas que saben mimetizarse con el compromiso social de la cinta
En medio de ello, dos estrellas del cine francés, Vincent Cassel y Reda Kateb. El primero sorprende con una de sus interpretaciones más humanas, cuesta incluso reconocerle, debido a que, a lo largo de su carrera, ha tenido papeles extremos, de villano, de hombre perverso, de seductor. En esta ocasión, Cassel se quita cualquier atisbo de estrella para convertirse en un asistente social con pocos recursos, la transformación es más que convincente. A su lado Reda Kateb, más ducho en este tipo de producciones (ya estuvo en 'Hipócrates' y también apareció en 'Los caballeros blancos'), que continúa consolidándose como una de las principales figuras de la industria cinematográfica gala.
'Especiales' es un notable ejercicio de cine social. Sin artificios, sin discursos moralistas, sin melodramas, exponiendo una situación de desigualdad, con una certera crítica a las carencias de la sanidad pública y el nulo interés en mejorarla por parte del gobierno de turno. El largometraje más redondo, serio y comprometido del tándem Nakache-Toledano.
Nota: 8
Lo mejor: Su mensaje social cala hondo, gracias a su ausencia de moraleja.
Lo peor: Pensar que es una comedia feel-good.
