Dice Andreu Buenafuente que reír es la única salida. Lo es para los problemas cotidianos, para esos que compartimos con el resto en nuestro día a día. Pero sobre todo lo es para los internos, esos a los que tenemos que hacer frente cuando vemos nuestro reflejo. Esta premisa vital la conoce Marc Crehuet, el director de 'El rey tuerto'. Por eso, tras explorarlo en algunos proyectos de menor envergadura, se ha lanzado de lleno a la piscina con 'Espejo, espejo', película que ya está en los cines de toda España.
La cinta está protagonizada por un reparto coral con Natalia de Molina, Santi Millán, Carlos Areces, Malena Alterio, Carlos Bardem, Toni Acosta, Betsy Túrnez, Loles León y hasta Verónica Forqué. Ambientada en la oficina de una empresa de maquillaje, 'Espejo, Espejo' profundiza en cómo sus variopintos personajes dan una imagen exterior que, en el fondo, no se corresponde con lo que llevan dentro. Por eso, cada vez que se encuentran a solas delante de un espejo, el reflejo les recrimina con muy poco tacto sus falsas actitudes y sus inseguridades.
Nuestro mayor aliado, nuestro peor enemigo
En realidad, pese a lo fantástico de los reflejos, esta problemática está estrechamente apegada a la realidad. Si de algo habla 'Espejo, Espejo' es de la dificultad de quererse y aceptarse a uno mismo. También de cómo, para ocultar nuestros defectos, construimos una realidad plagada de postulados engañosos. Ya sea repitiendo hasta la saciedad un moderno discurso de diversidad y libertad como Paula (Natalia de Molina), creyéndonos el rey del mundo como Álvaro (Santi Millán), siendo amables y arrastrados en exceso como Alberto (Carlos Areces) o directamente escondiendo nuestro auténtico yo como Cristina (Malena Alterio).
La gran virtud de la cinta es la capacidad que tiene para conectar con cualquier tipo de espectador. Dependiendo de la personalidad de cada uno, nos veremos más reflejados en un personaje u otro, pero de cualquier manera es bastante fácil percibir que 'Espejo, Espejo' habla, de alguna forma, de nosotros. Y por eso el toque de humor es tan importante en ella. Estos temas universales se han desarrollado en infinidad de historias en todos los estilos de arte posibles. Quizá desde el discurso dramático la propuesta habría sido algo más convencional. Pero solo con el humor se recibe el mensaje como si la pantalla nos hablase directamente.
Es cierto que su guion, su premisa, es inteligente. Pero también se debe señalar que peca de demasiado convencional y tópico. Los personajes no dejan de ser clichés simplificados a lo ridículo. Son reconocibles, pero sus problemas y debates internos no descubrirán ninguna verdad que no sepamos y que no podamos anticipar. La propuesta es agradecida y fresca, pero no rompedora.
Conocerse y liberarse
Eso sí, Crehuet acierta en que no pretende en ningún momento hacer terapia y responder a las dudas que plantea. Representa realidades que llevan a sus personajes a unas consecuencias determinadas por su aceptación o negativa a conocerse a sí mismos. Así, el único aspecto que se atreve a tratar abiertamente y sin tapujos es el de la transexualidad. Uno de los personajes, el de Alterio, descubre que la identidad de género de su reflejo no coincide con la suya. A partir de ahí comienza un viaje de introspección en el que, cuanto más intenta esconderse de sí mismo, más sufre y más descontento está con su vida.
Aquí el mensaje sí es claro. Y muy positivo porque, pese a que 'Espejo, Espejo' es una comedia, se permite el lujo de buscar un punto de vista mucho más emocional y dramático tratándolo desde el absoluto respeto. Además, la interpretación de Alterio logra con este registro ser la más sólida y potente del filme. Se aprecia mucho que es una subtrama que ha sido tratada con mucho mimo para hacerla potente y directa.
'Espejo, Espejo' podría definirse como una comedia muy simpática que no dejará una sobredosis de chistes y carcajadas, pero sí compensa con una historia entretenida y con algo interesante que contar. La propuesta es original, si bien pretende dárselas de demasiado intelectual para lo que acaba resultando finalmente. Pero, aunque en el trazo y reflexión de algunos temas está más certera que en el de otros, su buen ritmo y su mensaje positivo hacen que se deje ver sin problemas.
Nota: 6
Lo mejor: Es una comedia ágil y con mensaje efectivo.
Lo peor: Su moraleja no es tan revolucionaria como se piensa.
