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CRÍTICA

'Esperando a Dalí' ensalza la excentricidad del artista y retrata el fanatismo loco

El director aúna sus dos pasiones, la cocina vanguardista y la figura de Salvador Dalí, para confeccionar una historia sobre pasiones, revoluciones y enamoramientos.

Por Carlos González Manzano Más 14 de Julio 2023 | 11:00
Periodista crepuscular que vive en las viñetas de Tintín, los mundos de Tolkien y las películas de Ghibli

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'Esperando a Dalí' ensalza la excentricidad del artista y retrata el fanatismo loco

La figura de Salvador Dalí es una de las más controvertidas de siglo XX. Para muchos, un artista que se situó a la vanguardia del surrealismo y logró definir para la posteridad conceptos tan abstractos como el tiempo líquido o las pesadillas oníricas. Para otros muchos también, un aristócrata demasiado cerca del franquismo y salpicado por acusaciones comprometidas en su vida personal. Con todo, fue una personalidad fundamental para configurar y entender la pintura y la escultura del siglo pasado. También el cine, donde llegó a colaborar con Alfred Hitchcock, Walt Disney o Luis Buñuel; su personalidad también ha sido plasmada por Robert Pattinson en 'Sin límites', de Paul Morrison o por Adrien Brody en 'Midnight in Paris', de Woody Allen.

'Esperando a Dalí'

Para David Pujol, Dalí es solo uno de sus grandes ídolos. Ya lo demostró en 2018 cuando publicó 'Salvador Dalí, en busca de la inmortalidad', un documental que ahondaba en la vida y obra del excéntrico artista. También es un fanático de la gastronomía, como de nuevo demuestra un documental, en este caso, 'elBulli, historia de un sueño', sobre el afamado restaurante de Ferrán Adriá y sus innovaciones en los fuegos. Por todo ello, parecía obvio que su nueva película, 'Esperando a Dalí', aunase en una sola película su pasión por la cocina y por el artista catalán.

En ella, Iván Massagué interpreta a un prometedor cocinero que trata de desafiar los conceptos establecidos en cocina mientras que Pol López interpreta a su hermano pequeño, un revolucionario que se mete en líos con la policía franquista (nos situamos en 1974) y provoca que ambos se muden a la Costa Brava para buscar trabajo en un restaurante. Lo encuentran en "El Surreal", local de Jules (José Garcia), cuyo máximo objetivo, en una suerte de álter ego del director, es que Dalí vaya a comer a su restaurante. En la pequeña localidad costera de Cadaqués, este peculiar grupo de amantes de la cocina y de Dalí, se enamorarán, se desengañarán y soñarán en unos años setenta que prometían cambiar el futuro de España para siempre.

'Esperando a Dalí'

Revolución, emplatado y relojes derretidos

A pesar de los dos pilares fundamentales ya mencionados, la cinta de Pujol no se queda solo ahí, sino que los utiliza como base para extender su mano más allá. 'Esperando a Dalí' toma como punto de partida la cocina y como promesa narrativa a Dalí, pero se encarga de retratar momentos históricos y sociológicos que definieron una época. Pujol acierta al retratar el fanatismo como movimiento social de fascinación malsana y obsesión hasta el punto de condicionar tu vida profesional en base a ello. Sin embargo, la propuesta parece diluirse un poco tras darle la razón a esta obcecación.

También, como decimos, se hace eco de las protestas y manifestaciones provenientes de París y bautizadas como 'Mayo del 68' que agitaron la década posterior y supusieron una leve irritación para el régimen de Franco. En la cinta, Paco Tous encarna a un teniente franquista que no duda en mostrar su desprecio hacia todos aquellos hippies extranjeros que se atrevían a entonar un 'Make love, not war' enfrente de los guardias.

'Esperando a Dalí'

Este ambiente de crispación sirve como caldo de cultivo idóneo para que Pujol trace una crítica hacia el elitismo de la gastronomía. A través de Fernando, el personaje de Massagué, desafía la estratificación de la cocina para poner a la misma altura el caviar y la sardina, dando la importancia que merece al producto. Como ya hiciese, 'La vida padre', aquí se enfrentan comida tradicional con comida vanguardista, aunque dura bien poco pues finalmente terminan venciendo los emplatados sofisticados y las técnicas de cocina a base de nitrógeno líquido.

Por desgracia, 'Esperando a Dalí' termina saboteando su esencia de feel-good movie y sus retratos fidedignos de movimientos sociales setenteros debido a ciertos atajos narrativos y conveniencias fáciles en favor de una fluidez constatable. Con todo, es una apuesta disfrutable que aúna el arte de la cocina, la magia del Mediterráneo y los últimos días del franquismo en una invitación dejar que la pasión lleve las riendas. Todo mientras la sombra y presencia de Dalí sobrevuela acechando continuamente, esperando a ser vista, a ser cazada, cual animal mitológico que no se deja encontrar fácilmente.

7

Lo mejor: Retrata con sinceridad el fanatismo. La recreación de la época y la puesta en escena.

Lo peor: El final es predecible. Toma ciertas soluciones fáciles y rápidas.

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