Helen Mirren abandona la línea biográfica de sus últimos proyectos para introducirse en el rígido uniforme de la intransigente y obcecada coronel Katherine Powel en el último thriller bélico dirigido por Gavin Hood. Y el resultado es más que satisfactorio. 'Espías desde el cielo', cinta que podemos disfrutar en nuestros cines a partir del viernes 13 de mayo, nos ofrece una penetrante (y turbadora) reflexión sobre las estrategias militares empleadas en los conflictos que contaminan y destruyen nuestro presente más reciente.
"La verdad es la primera víctima de la guerra". Con esta reconocible cita arranca esta historia de suspense escrita por Guy Hibbert centrada en los numerosos esfuerzos realizados por un grupo de militares que llevan a cabo una misión secreta británica. ¿Cuál es su objetivo? Acabar con un grupo de fanáticos que han planificado un inminente atentado terrorista en Kenia. Y a fin de cuentas la popular frase sirve para resumir a la perfección el mensaje que se propone transmitir el film: todo conflicto bélico tiende a sustentarse sobre un aparato de censura y propaganda que oculta actuaciones poco éticas.
Con este subtexto como telón de fondo, asistimos al desarrollo de una operación con drones que pone sobre la mesa debates morales y políticos muy necesarios. Desde el punto de vista argumental, el Teniente General Benson (Alan Rickman) y la Coronel Powel (Mirren) se han encargado de colocar un misil encima de los terroristas para evitar daños colaterales, pero numerosos problemas comienzan a entorpecer el plan original. Y es entonces cuando nos topamos con más de una pregunta sin respuesta. ¿Es legítimo atacar a un terrorista que pertenece a un país amigo? ¿qué podemos hacer si una niña inocente se mete dentro del radio establecido para la explosión? ¿qué pasa si el piloto que se encuentra en Las Vegas se niega a disparar por cuestión de principios?
Secretarios, asesores de diversa índole y altos cargos empiezan a experimentar la presión de sus propias decisiones en un escenario en el que la culpa, la falta de ética, las dudas y las inseguridades se convierten en auténticos protagonistas. Y entonces la cinta ofrece (sin detener el alto nivel de tensión alcanzado) una sátira sobre el sector político y su frívolo comportamiento a la hora de decidir sobre la vida o la muerte a miles de kilómetros de sus casas. Una crítica que se desarrolla con ingenio y agudeza gracias a un escenario repleto de personajes que, acostumbrados a no moverse de sus cómodos sillones de cuero, utilizan la videollamada para hablar de grandes dilemas vitales.
Aparte de este poderoso discurso implícito (que solo falla en su desenlace cuando ciertas frases chirriantes subrayan aquello que ya se ha contado en imágenes), Hood también adopta ciertas estrategias atractivas en términos de puesta en escena. Y es que el cineasta sudafricano se muestra hábil e inteligente tras las cámaras explorando ese lado voyeur que todo espectador esconde en su interior. A este respecto, el director saca máximo provecho a ciertas secuencias que adoptan la mirada y el punto de vista de una cámara oculta escondida en un falso escarabajo volador. Se trata de unos episodios que, aunque no alcanzan el clímax emocional logrado en otras cintas como 'La noche más oscura'(recuerden ese estresante y magnífico asalto a la casa de Bin Laden), añaden valor e interés a la obra.
Creación coral
Por otro lado, la película nunca se detiene, avanza segura entre conversaciones de despacho y entretenidas tramas de acción. Un intenso y cargado ambiente sobre el que se mueve un espléndido reparto coral. ¿Qué podemos decir de Helen? Que está estupenda dando vida a esa kamikaze e imbatible militar que tanto se asemeja a nuestra histérica Carrie Mathison de 'Homeland'. Por su parte, Rickman vuelve a estar creíble dando vida uno de esos personajes tan pausados y rígidos que le caracterizaban mientras que otros actores como Monica Dolan, Aaron Paul o Phoebe Fox se encargan de añadir un toque humano y sensible al relato.
A grandes rasgos, podemos decir que 'Espías desde el cielo' nos ofrece una estimulante y didáctica historia sobre los dilemas políticos y morales derivados de los drones. Si bien es cierto que en ocasiones la cinta peca de ofrecer un mensaje un tanto masticado, el material interpretativo y narrativo hacen que la película merezca la pena.
Nota: 7
Lo mejor: El lío burocrático que se genera a raíz de la toma de decisiones.
Lo peor: Algún que otro discurso innecesario con moraleja incluida (el speech final es terrible).
