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CRÍTICA

'Eugénie Grandet': Balzac y la emancipación de una mujer

Crítica de 'Eugénie Grandet', dirigida y escrita por Marc Dugain. Protagonizada por Joséphine Japy, Olivier Gourmet, Valérie Bonneton y César Domboy. Adaptación de la novela 'Eugenia Grandet', de Balzac.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 21 de Diciembre 2022 | 17:55
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Eugénie Grandet': Balzac y la emancipación de una mujer

Casualidades del destino, en un mismo año, han sido dos cineastas los que han decidido revisitar la obra de Honoré de Balzac. Primero lo hizo Xavier Giannoli con la espléndida 'Las ilusiones perdidas', una de las obras maestras de este 2022 [y el mejor film del año para el que escribe este texto]. El segundo ha sido Marc Dugain, experimentado también en el cine de época, quien se atreve a traer de nuevo a la gran pantalla la magnífica 'Eugenia Grandet', uno de los títulos más importantes de la obra del aclamado autor.

Eugenia Grandet

Su estreno en España se ha hecho con el nombre de 'Eugénie Grandet', rompiendo la tradición de traducir el nombre de su protagonista, cosa que se respeta en la mayor parte de las ediciones en castellano actuales. 'Eugenia Grandet' expone la mentalidad del hombre ambicioso de la época de la Restauración de los Borbones en Francia, tras la caída de Napoleón en 1814 y previo a la Revolución de Julio de 1830. La novela, a pesar de su título, tiene a una heroína que bien podría emparentarse con el Lucien de Rubempré de la mencionada 'Las ilusiones perdidas', al sufrir la pérdida de los ideales relacionados con el amor.

Dugain reinterpreta el espíritu de Balzac de manera más contemporánea que Giannoli, cambiando ese aciago destino de su heroína para aprovecharlo y convertirlo en un canto a la emancipación femenina, empoderando a Eugenia, encarnada por una maravillosa Joséphine Japy, en uno de sus papeles más complejos. La novela daba pie a ello y Dugain sabe mantener parte del espíritu original, especialmente con las figuras del padre de Eugenia, el detestable señor Grandet (con un Olivier Gourmet espléndido); la sufridora madre (con Valérie Bonneton derrochando talento en su vena dramática) y, muy especialmente, en Charles Grandet, primo y pretendiente de la heroína protagonista y que le interpreta César Domboy.

Eugenia Grandet

Domboy sabe transmitir esa aura de joven galán, que seduce y que, aparentemente, guarda buenas intenciones. Sin embargo, como sucede en el libro, finalmente, el caballero termina tornándose en un hombre avaro, calculador, frío y cínico, una contraparte del patriarca Grandet, en lo que Balzac exponía como una forma metafórica de un destino ineludible dentro de las superficiales ambiciones de la sociedad burguesa del siglo XIX, de l que Balzac fue un esmerado cronista.

Eugenia Grandet toma fuerza en esta adaptación con mirada contemporánea

El que se mantengan varios aspectos de la obra original, permiten que Dugain reinterpreta con una lectura feminista a su heroína. Eugenia toma el protagonismo pleno, haciendo honor al título del film. Aquí se ve la mano del cineasta a la hora de darle fuerza interior y rebeldía a protagonistas femeninas de época, pues ya lo hizo en la elegante 'Cambio de reinas'.

Eugenia Grandet

Precisamente, esa vena emancipadora, en la que Eugenia abraza su independencia y la ve como una oportunidad y no como una condena, es lo que eleva a esta versión, en la que Dugain vuelve a hacer alarde de su cuidado por el detalle, con un magnífico diseño de vestuario, confeccionado por Fabio Perrone, con quien ya trabajó en la mencionada 'Cambio de reinas'; con un diseño de producción y decorados espléndidos, obra de Séverine Baehrel y Dévi Tirouvanziam; una fotografía impecable, dirigida por Gilles Porte, así como una música acorde a la época, compuesta por Jeremy Hababou.

Con un apartado técnico exquisito y una correcta reinterpretación de la obra, 'Eugénie Grandet' logra ser esa respuesta contemporánea al clásico de Balzac. Un nuevo éxito que demuestra que el espíritu del célebre autor no solo sigue más vivo que nunca, sino que su obra continúa siendo de rabiosa actualidad.

Nota: 8

Lo mejor: Su apartado técnico es exquisito. La interpretación de Joséphine Japy.

Lo peor: La reinterpretación moderna está bien, pero a Dugain la falta profundidad, esa que sí tuvo 'Las ilusiones perdidas' de Giannoli