Sin duda, la típica frase "la realidad supera a la ficción" es completamente cierta. Es más, en muchos casos son los hechos reales los que inspiración a novelas, obras de teatro y, por supuesto, películas. La increíble odisea del joven Fahim Mohammad, campeón de ajedrez de Francia en 2012 con solo 12 años y refugiado cuyo padre estuvo a punto de ser expulsado del país, ha servido de inspiración para el actor, guionista y director Pierre-François Martin-Laval, que ahora estrena 'Fahim', en la que narra la vida de este joven valiente.
Basada en la biografía 'El rey de Bengala', que el joven Mohammad escribió junto con Xavier Parmentier, su entrenador como ajedrecista, y la escritora Sophie Le Callennec; 'Fahim' narra una historia de supervivencia que, inicialmente, recuerda a 'Slumdog Millionaire' (2008), al ser una historia sobre un joven de origen humilde que logra llegar a la final del icónico programa '¿Quién quiere ser millonario?'. Pero 'Fahim' no narra el increíble ascenso social de un protagonista de clase baja, sino que no duda en mostrar la cruda realidad de la crisis de los refugiados.
Una historia de superación hecha con sumo respeto
No obstante, Pierre-François Martin-Laval acierta en no hacer la historia del joven Mohammad como ejemplo de todas las realidades de refugiados de diferentes países, dejando claro que se trata de una experiencia personal, que no tiene porqué coincidir con la de otros refugiados. No obstante, eso no impide que el director y guionista muestre las dificultades de una realidad inhóspita, con una sociedad hostil hacia ellos. Es más, el realizador acierta al dejar en evidencia cómo entre propios migrantes puede haber boicot, al mostrar cómo en el proceso de asilo, Fahim y su padre acaban en riesgo de ser expulsados por la mala praxis de un traductor sin escrúpulos.
Con lo cual, Martin-Laval consigue un correcto equilibrio entre la denuncia social, la experiencia personal y una historia de superación. El pequeño Fahim y su padre huyen a Francia para que el chico no sea secuestrado (debido a que su padre es disidente político) en su Bangladés natal. Uno de los motivos de su huida es precisamente que el pequeño es un prodigio del ajedrez. Ahí reside otro punto realista de la trama que Martin-Laval sabe retratar con sumo respeto: quien tiene un talento extraordinario tiene más opciones de quedarse en el país receptor.
Lejos de mostrarlo como un privilegio, puesto que Fahim y Nura, su padre, viven un auténtico infierno antes de lograr regularizar su situación legal, Martin-Laval lo muestra con una perspectiva crítica, lo que enriquece el filme. Por otro lado, no hay que olvidar que se trata de una historia de superación, por lo tanto, la cinta tiene los ingredientes necesarios para concienciar pero también para ver el filme desde una perspectiva optimista, lo que enlaza más al filme con la estupenda 'Lion' (2016) que con la citada 'Slumdog Millionaire'.
El pequeño Assad Ahmed conquista con su interpretación
Se consigue esa conexión propia del cine feel-good gracias a sus actores. Gérard Depardieu sorprende con un papel de gruñón adorable, da gusto ver al veterano intérprete en un papel más cercano. A su lado está una estupenda Isabelle Nanty, que aporta una mirada sensata y humana a la cinta. Mención también para el progenitor del protagonista, Mizanur Rahaman, que sabe mostrar las contradicciones de un hombre que busca salir adelante pero que no sabe cómo.
Aunque quien conquistará al público será el joven Assad Ahmed. El pequeño transmite sus emociones de forma muy natural, mostrando cómo Fahim quería ganar el campeonato para ayudar a traer a su familia y también por su propio talento, el joven actor tiene todo el peso dramático y sabe sostenerlo de forma espontánea.
'Fahim' es una historia clásica de superación que sabe tocar las teclas adecuadas para narrar una historia verídica con sumo respeto y admiración hacia sus protagonistas. Un filme que huye de sentimentalismos baratos y que tiene de trasfondo una potente denuncia social, que muestra auténtico compromiso sobre la realidad que expone y que invita a la reflexión. Un ejercicio notable con el que Martin-Laval demuestra que no solo es capaz de realizar comedias ligeras.
Nota: 7
Lo mejor: Assad Ahmed y sus escenas con Gérard Depardieu, una versión ajedrecista de 'Karate Kid'.
Lo peor: El ser una historia basada en hechos reales y con una mirada feel-good no gustará a cierto público.
