Convertida en una de las grandes estrellas internacionales procedentes de la industria francófona, Charlotte Le Bon se atreve a ponerse detrás de las cámaras. Lo hace con 'Falcon Lake', con la que adapta la novela gráfica 'Une soeur', de Bastien Vivès, que llega a salas comerciales tras un interesante recorrido por diversos festivales. Comenzó en la Quincena de Realizadores del 75 Festival de Cannes; posteriormente pudo verse en la Sección Oficial de la 67 Seminci de Valladolid; prosiguió en el Atlàntida Film Fest y obtuvo un galardón a la mejor dirección novel de la 11ª edición de los Canadian Screen Awards y una nominación a la mejor ópera prima en la 48ª edición de los Premios César.
En su trasvase al cine, Le Bon, quien escribe el guion en colaboración con François Choquet, se lleva a su terreno a la historia. El escenario pasa de estar ambientado en las playas de la Bretaña a las zonas boscosas de Quebec. De esta forma, se remarca la sensación de su protagonista, un chaval de 13 años (que está a punto de cumplir 14) parisino que ha viajado hasta la región canadiense durante sus vacaciones de verano, de 'sentirse de fuera'. Con esa sensación, Le Bon aprovecha para envolver su historia en una atmósfera fantasmagórica que busca marcar una diferencia en esta propuesta.
Y busca marcarla, porque 'Falcon Lake', en realidad, es un relato convencional de despertar adolescente, en el que un chaval de 13 años vive un 'carpe diem' con una joven de 16, tres años mayor que él. Esa diferencia de edad, muy marcada en la etapa adolescente, permite ver con cierto lirismo el inicio del camino hacia la vida adulta. El ambiente de terror viene porque el lago donde el joven Bastien ha ido de vacaciones tiene detrás la leyenda en la que un niño murió ahogado. Le Bon crea así un clima que mantiene al público expectante, especialmente en ciertos momentos en los que da la impresión de que se pasará de un apacible relato de transición a la adolescencia a una cinta de horror.
Interesante ópera prima
Lejos del realismo mágico o de la imagen bucólica, el miedo que propone Le Bon está relacionado con el ser consciente de que se está llegando a la edad adulta y que es un proceso que no se puede parar. Movimiento fascinante, en el que el sonido o la fotografía son los que aprovechan para provocar esa sensación inhóspita. No obstante, eso no quita que se está ante una coming-age movie bastante convencional, aunque resulte interesante cómo Le Bon muestra su perspectiva respecto al despertar sexual masculino (con una especie de 'hermana mayor' como referente).
También puede alabarse cómo Le Bon ha sabido captar el toque autobiográfico de la novela gráfica original, dado que está inspirada en las propias vivencia de Vivès, quien siempre quiso tener una hermana mayor para tener una referencia femenina diferente a la de su propia madre. De hecho, para remarcar ese toque, la directora cambia el nombre del protagonista, originalmente se llamaba Antoine, para pasar a responder al nombre de Bastien, justo el del autor original.
Con estupendas interpretaciones de sus protagonistas, Joseph Engel, reconocido dentro del circuito de cine europeo por ser el hijo de Louis Garrel en 'Un hombre fiel' y 'Un pequeño plan... como salvar el planeta'. A él se suma Sara Montpetit, la magnética Maria Chapdelaine contemporánea, que sirve como una especie de mentora. 'Falcon Lake' es una ópera prima interesante, que funciona como eficaz carta de presentación