El cine de supervivencia tiene la virtud de convertir en una adrenalínica experiencia cinematográfica una situación tremendamente minimalista. Uno de los ejemplos más evidentes y de claro virtuosismo técnico es la fascinante 'Gravity', con la que Alfonso Cuarón convirtió a Sandra Bullock en una astronauta que vivió una angustiosa odisea por volver a la Tierra. Más en la línea de propuestas de serie B, llega la modesta 'Fall', con la que el británico Scott Mann da un giro en su filmografía, al cambiar la acción por el suspense más austero.
A pesar de tener como premisa la historia de dos escaladoras y cómo las dos quedan traumatizadas después de que el marido de una de ellas se despeñase en una escalada; 'Fall' no sigue los patrones propias del cine de género, huyendo de títulos icónicos como 'Máximo riesgo' o 'Límite vertical'. Es más, la cinta apuesta más por el enfoque de supervivencia, acercándose a propuestas recientes como 'A 47 metros' o 'Infierno bajo el agua', haciendo especial hincapié en que los papeles protagonistas son femeninos.
Mann, quien dirige un guion escrito por él mismo y por Jonathan Frank, habitual colaborador en su filmografía, apuesta por crear una experiencia inmersiva, en la que el público sienta el vértigo y la tensión que viven estas dos jóvenes tras haber llegado a lo más alto de una torre de radio de más de 600 metros de altura. En ese aspecto, se nota la apuesta por rodar en exteriores reales, pues las secuencias de la cúspide fueron filmadas realmente en grandes alturas, aunque estas no superan los 30 metros. No obstante, esa apuesta por la realidad le da al filme mayor autenticidad, algo que se agradece en este tipo de producciones.
Propuesta de grandes alturas llena de adrenalina. Una experiencia inmersiva en plena caída libre
Y es que 'Fall' en lo que más destaca es en su apartado técnico. Mann aprovecha su apretado presupuesto del filme (solo costó tres millones de dólares) para provocar sensación que realmente producen aturdimiento y miedo a la caída. Su sonido es espectacular, igual que su diseño de producción y su fotografía. Mann convierte a la torre de radio, inspirada en la KXTV/KOVR Tower de California, en la otra protagonista, en la villana que amenaza con devorar a las dos protagonistas. A ello se suma un buen control de tiempo, llevando a las dos mujeres hasta límites extremos, poniéndoles en una serie de situaciones que añaden tensión y que mantienen al público con la máxima expectación.
Su apartado técnico, que invita a que el filme sea una experiencia sensorial, eleva a 'Fall', que ofrece la oportunidad a Grace Caroline Currey y Virginia Gardner de lucirse con papeles protagónicos con los que hacen un alarde de potencia física que nada tiene que envidiar a los que hicieron Blake Lively en 'Infierno azul' o Shailene Woodley en 'A la deriva'. Mención especial para Jeffrey Dean Morgan, cuya presencia secundaria no impide que tenga su momentos de brillo.
Quizás en lo que más colea 'Fall' es en que tiene una trama arquetípica (se aprecia una especie de catarsis personal y una sutil crítica a la banalización del riesgo debido a la influencia de las redes sociales). Sin embargo, eso no impide disfrutar de un certero thriller de supervivencia, que sabe sacar provecho a un apartado técnico notable y que sabe introducir al público en este viaje lleno de adrenalina y a la adversidad que las dos mujeres deben hacer frente. Una propuesta hecha para el deleite en la gran pantalla, capaz de atrapar completamente al espectador en esta odisea de grandes alturas.
Nota: 7
Lo mejor: Sus exteriores naturales y su sonido.
Lo peor: Su premisa es demasiado escueta, no permite conectar lo suficiente con el sufrimiento extremo que viven las dos protagonistas.