En 2001 Universal Pictures presenta 'The Fast and the Furious', una película sobre carreras ilegales de coches modificados, con actores aún poco conocidos como Paul Walker o un tal Vin Diesel, que algunos recordaban por el el Soldado Caparzo de 'Salvar al soldado Ryan' o el protagonista un año antes de 'Las crónicas de Riddick', pero por poco más. Tal fue el éxito de la cinta que, 12 años después, nos encontramos con su sexta entrega, que vuelve a reunir al grueso de su reparto original, y que se ha convertido en una se las franquicias más exitosas de Universal Pictures y cuyos protagonistas son conocidos mundialmente: Abróchense el cinturón, porque os vais a montar en un bólido llamado 'Fast & Furious 6'.
Justin Lin vuelve a ser el maestro de ceremonias en esta entrega, tras haber dirigido 'Fast & Furious 5', 'Fast & Furious: aún más rápido' y 'A todo gas: Tokyo Race', y de momento será su última, ya que no ha firmado para una séptima parte. Aún así ha puesto toda la carne en el asador, y no ha querido dejar ni un cristal sin romper, ni un coche que llevar al desguace. Lo que destila la dirección de esta película es que Lin sabe qué es lo que el público espera de una entrega de 'Fast & Furious', y no pretende salirse del molde.
La sinopsis oficial de esta nueva entrega numerada de la saga reza: Desde que Dom y Brian consiguieran cien millones de dólares con su atraco en Rio, nuestros héroes han vagado por el mundo. Pero la imposibilidad de volver a casa y vivir para siempre a la fuga les ha dejado una vida incompleta. Mientras, Hobbs ha estado buscando a una organización de conductores mercenarios letales a lo largo de doce países, cuyo líder está acompañado por la que será revelada como el amor de Dom, a la que creían muerta, Letty. La única forma de pararles es sacarles ventaja a nivel de calle, así que Hobbs pide a Dom que forme su propio equipo de élite en Londres. ¿La recompensa? Un indulto completo para todos ellos, para que puedan regresar a casa.
Vin Diesel vuelve a protagonizar la cinta, y hace lo que mejor sabe hacer: sacar músculo, poner su cara estándar y chulear. Su personaje, Dominic Toretto, volverá a soltar sus frases pegadizas, a repartir mamporros por doquier, y en más de una ocasión, querrá hacer levantar al espectador de su butaca y aplaudir la nueva sobrada que se ha sacado de la manga Justin Lin con su personaje.
Paul Walker vuelve a ponerse en la piel de Brian O'Conner, y hemos de admitir, que su personaje ha perdido carisma en cuanto a las primeras entregas, pero aún así, solventa su papel correctamente, aunque se hecha de menos más escenas de acción con él como protagonista, esto ha ido en pro de un imponente Dwayne Johnson, cuya pareja con Diesel se come la pantalla, más aún cuando la acción les une, una autentica gozada que de nuevo, nos hará querer saltar de nuestro asiento y unirnos al espectáculo.
El resto del reparto hace su papel de manera correcta, siguiento a su personaje, desde historias de pseudo-amorosas secundarias hasta momentos de humor, todo ello salpica un guión que deja en bandeja el espectáculo, sin complicarse demasiado, y entre los que destaca una impagable Michelle Rodriguez, que alegrará a los fans de la franquicia y sorprenderá en sus escenas de pelea a más de uno.
Un tanque, un avión... ¿Qué más pedir?
Y es que la acción es tan sobredimensionada y aleatoria que, sinceramente, se convierte en un gozo para el espectador y hace que todos aquellos que vieron la primera parte en su tiempo, vuelvan a sentir por momentos esa emoción ante lo que están viendo. La cuestión es que ahora es más caro conseguirlo, pero de eso no se ha privado Universal Pictures, a la cual no le importa destrozar decenas de coches, hacerlos dar vueltas de campana o aplastarlos con un tanque, escena que por cierto, es para enmarcar por su realización y "fantaseo" varonil.
Porque otra de las cosas que tiene la película es esa enorme carga de testosterona, músculos, explosiones y combustible, que además, deja la imagen femenina (sobre todo de sus actrices protagonistas en una mera excusa para que continúe la acción, y esto las convierte en personajes nada creíbles (es premeditado no nombrar el papel de Elsa Pataky...). Una de las cosas que afea el conjunto de la acción es un montaje de sonido que en momentos tacharía de pésimo, y es que hay escenas donde la música alta, las explosiones, los acelerones, los gritos... Todo se convierte en un caos que simplemente abruma al espectador y no consigue meternos más en la acción, si no querer taparnos los oídos, lo cual es una lástima, porque en serio, tal estruendo llega a ser muy molesto.
Quizás lo más plausible de la película es esa gratuidad de escenas de acción tan sobrecargadas y sin complejos, que hace que el espectador, que sabe lo que quiere, reciba justo lo que estaba buscando, y en tamaño XXL. Todo esto hace que la cinta sea muy divertida, y que esas escenas de transición entre pelea y pelea, persecución y persecución, tiroteo y tiroteo tengan más sentido, y no buscar en el libreto lo que no se es, simplemente, volver a dar las fórmulas de siempre pero a gran escala.
En definitiva, nos encontramos ante un largometraje que no ha escatimado en gastos, que tiene ese plus para el publico español de tener muchas escenas rodadas en las Islas Canarias (¿Vin Diesel y Paul Walker compartiendo una Dorada? ¡Así sí!) y unas situaciones tan sobradamente fantasiosas que en lugar de vergüenza ajena lo que producen es una gran satisfacción al verlas. En resumen, un largometraje del que puedes salir del cine y estar una semana hablando con tus amigos sobre ella, imaginar poder adquirir alguno de los coches que salen, volver a la realidad, y esperar impacientemente una séptima entrega: Universal Pictures, lo has conseguido. Por cierto, no desabrochen sus cinturones y abandonen el cine antes de terminar los créditos, y cuidado, que vienen curvas.