Muchas veces los relatos aparentemente pequeños pueden ser verdaderas joyas del séptimo arte. El sexto largometraje dirigido por Philippe Faucon, 'Fatima', fue la gran triunfadora de la 41ª edición de los Premios César, alzándose con los galardones a la mejor película, mejor guión adaptado y mejor actriz revelación. Una cuidada y delicada historia que pudo con pesos fuertes como 'Madame Marguerite', 'Dheepan' o 'Mustang'. Una historia que, dada la situación presente, cobra mayor sentido gracias a un mensaje sentido y lleno de esperanza.
Fatima es una mujer musulmana que llegó con 32 años a Francia sin siquiera conocer el idioma. Separada, debe hacerse cargo sola de sus dos hijas. Desde que llegó de su Argelia natal, la mujer se ha ganado la vida trabajando limpiando casas para darles una educación digna a sus hijas. El tiempo pasa y las niñas crecen, la mayor quiere estudiar medicina, la pequeña es una joven rebelde que reniega de parte de sus raíces. Para Fatima será todo un reto, puesto que la universidad de su hija cuesta mucho dinero y apenas sabe el francés para lograr hablar con los profesores de su hija menor y así buscar una solución. Pero Fatima no desistirá.
Admirable franqueza
Aunque parezca una historia conocida, lo cierto es que esta producción está alejada del cine social visto por cineastas que ya han tocado temas similares como ocurrió con Céline Sciamma en 'Girlhood' o, menor medida, Jacques Audiard con 'Dheepan'. También es verdad que la cinta desprende una naturalidad propia del cine de los Hermanos Dardenne pero con menor ambición, lo que paradójicamente hace que su valor aumente considerablemente. Quizás porque Faucon ha creado un filme basado en los propios poemas que escribió Fatima Elayoubi, una mujer con una fuerza de voluntad inquebrantable y que cuyo heroísmo es invisible en una sociedad elitista.
Si algo desprenden los poemas originales de Fatima son una franqueza admirable. No pretende crear banderas, tampoco casa con teorías o movimientos sociales sino que apuesta por la dignidad del día a día de una forma muy espontánea, en la que no debe haber momento para la sensiblería. De hecho, el filme en todo momento huye de maniqueísmos propios del cine social y denuncias ya vistas apostando por la naturalidad de sus personajes, que muestran un mundo femenino distinto y que es un ejemplo no sólo de lo que sucede en la Francia actual sino que podría ser un retrato de la integración de la población musulmana en una sociedad europea, esa que mira con cierto recelo a sus habitantes extranjeros. No obstante, Faucon también incide en evidenciar la falta de comprensión por el otro lado. Eso se muestra a cómo las propias vecinas musulmanas miran con cierto desprecio a Nesrine, la hija mayor que desea convertirse en médico y ser una mujer independiente.
La integración como principal factor
El proceso de adaptación a un país no es fácil, menos si se desconoce el idioma y tiene una cultura completamente distinta. Pero 'Fatima', lejos de incidir en los aspectos más complicados, se centra en una mujer con la que muchas personas se identificaran. Perteneciente a una generación anterior, se trata de una heroína del día a día, que sólo vela por el bienestar de su prole, resaltando que su valor no sólo con madre coraje, sino como elemento indispensable para la sociedad de bienestar, aquella que se comporta de forma ambivalente con ella. Un ejemplo para aquellas mujeres que tuvieron que salir de su país y luchar por sus hijos, sean de Argelia, de Rumanía o de Perú. Mujeres poderosas que pocas veces han logrado ser mostradas en el cine con una naturalidad digna de la fuerza que transmiten.
Más allá de la imagen de una madre coraje, mostrada magistralmente por la debutante Soia Zeroual, 'Fatima' muestra el diálogo entre generaciones de inmigrantes, aquellos que llegaron y aquellos que son sus descendientes y cuya identidad se encuentra entre dos aguas. Todo ello encarnado por un grupo de actrices profesionales y amateur, lo que crea una combinación llena de honestidad con un mensaje fuerte, conciso y esperanzador. Gracias a unas interpretaciones magníficas, a un guión concreto, una duración justa y una dirección equilibrada, 'Fatima' se convierte no sólo en una más que digna ganadora del César a Mejor Película, sino una muestra de buen cine europeo y casi de obligado visionado, una película poderosa y entrañable, cual madre que cuida de sus retoños. Digna heredera de películas como 'Rosetta' o 'Contra la pared'. Magnífica.
Nota: 8
Lo mejor: Todo su conjunto, una película muy bien facturada.
Lo peor: Que se la vea como otra cinta más de cine social, va más allá.