El cine de Drake Doremus ha estado muy ligado a las reflexiones sobre la vida en pareja. Desde su ópera prima, 'Moonpie', los problemas sentimentales han sido el tema central de su filmografía, con diferentes perspectivas y géneros -como la mirada millennial de 'Newnesss' o la futurista de 'Equals'- pero siempre narrando la problemática de las relaciones. Efectivamente, su última propuesta, 'Finales, principios', no es una excepción. Un triángulo amoroso en el que Shailene Woodley se debate entre Christian Grey y el Soldado de Invierno, o dicho de otro modo, con Jamie Dornan y Sebastian Stan.
Lo cierto es que 'Finales, principios' lo tenía todo para convertirse en una reflexión en clave femenina sobre la madurez y la importancia de saber elegir en la vida. No obstante, debido a su carácter de semi-improvisación, la narración acaba divagando en ese triángulo amoroso, no quedando claro qué es lo que, en verdad, quiere su protagonista, la cual es incapaz de ser feliz de manera autónoma.
Las interpretaciones, así como su ambientación y su banda sonora son lo más acertado. Es más, podría decirse que son estos puntos los que elevan el resultado final de un drama que busca ser trascendental con un tema de lo más banal. Shailene Woodley transmite a la perfección el sufrimiento de una treintañera que acaba de romper con su novio de toda la vida; poco a poco van explicándose los motivos de la separación, siendo este tema uno de los más interesantes (y uno de los menos explorados, tristemente).
A su lado, dos galanes que le ofrecen dos maneras diferentes de rehacer su vida: uno más estable, el otro más caótico. Ambos defendidos con bastante atino por Dornan y Stan, que le dan un trasfondo mayor a unos personajes que, realmente, son mucho más arquetípicos de lo que Doremus y la coguionista de la cinta, Jardine Libaire, pretenden hacer creer. Para enredar más a esta cinta -aparentemente- indie, ambos son amigos de toda la vida, lo que convierte al drama pretendidamente intimista en un culebrón.
Un melodrama que reniega de su naturaleza
Y ser un culebrón no es algo malo, varias comedias y dramas románticos lo son y hay varios que son icónicos títulos cinematográficos -desde 'La boda de mi mejor amigo' hasta 'Un pequeño favor', pasando por 'Love Actually' o 'El diario de Bridget Jones'- pero el problema que tiene 'Finales, principios' es que busca ser trascendental, alejarse de ese concepto y ofrecer una historia sobre la emancipación femenina, cuando dichas intenciones son falsas. Y es ahí donde el filme patina y de nada sirve tener a tres actores entregados, así como un escenario y música que Andrew Haigh, Isabel Coixet o Michel Gondry hubieran aprovechado mucho mejor.
Pese a tener unas estupendas interpretaciones y un cuidado estético, 'Finales, principios' es el síntoma de que a Doremus le hace falta dejar a un lado las historias de parejas. Es más, podría decirse que es el certificado completo, pues el director viene ya de otros patinazos como 'Zoe' y las citadas 'Equals' y 'Newness'.
Nota: 5
Lo mejor: El trío protagonista, su ambientación y la selección de canciones.
Lo peor: Lo que hubiera podido ser un notable retrato de la emancipación femenina acaba siendo una película banal, con un triángulo amoroso lleno de clichés que busca huir de la comedia romántica para ser un drama intimista. El resultado es muy irregular.