Aunque es una de las cineastas más prolíficas dentro del panorama indie estadounidense, lo cierto es que la filmografía de Kelly Reichardt se ha prodigado poco por España de manera comercial, su anterior título, 'Certain Women: Vidas de mujer' solo se lanzó en formato doméstico. Por ello, la llegada a las salas de 'First Cow', nominada a tres Independent Spirit Awards, mostrada en la Selección Oficial de la 70 Berlinale y ganadora del premio a la mejor película en la sección Albar del FICX 2020, no es solo motivo de celebración sino una auténtica puesta de largo para una cineasta excepcional.
Reichardt es una realizadora a la que le gusta deconstruir la forma de comportarse de sus personajes, rompiendo las barreras de los clichés de géneros como el drama o el romance. No es la primera vez que realiza un wéstern completamente singular, ya lo hizo con la notable 'Meek's Cutoff'. Con 'First Cow' da un paso más allá, al eliminar cualquier atisbo de épica en un tipo de cine muy dado a ello, centrándose de manera particular en la manera de relacionarse de los dos hombres protagonistas, interpretados estupendamente por John Magaro y Orion Lee.
Basada en la novela 'The Half Life' de Jonathan Raymond, el cual coescribe el guion y es habitual colaborador de la cineasta oriunda de Miami, Reichardt elabora un largometraje que combina la fuerza de su certero guion junto con una labor técnica extraordinaria, con máximo cuidado al detalle, con primeros planos y cortos, de forma en la que el público perciba que está ante una propuesta alejada de cualquier gesta propia del género, aquí no hay secuencias panorámicas ni bandas jerarquizadas. Destaca, además, ese Oregón cómplice, escenario donde la cineasta suele rodar.
Una obra excepcional, el mejor logro cinematográfico de una cineasta única
Aunque aprovechando ciertos elementos del cine del Oeste, Reichardt crea un drama intimista en el que apuesta por el retratar una masculinidad diferente que está en medio de un ambiente hostil, violento. Los protagonistas no son los salvajes tramperos, tampoco son los avariciosos buscadores de oro ni colonos con ansias de dominación. Tanto Cookie como King-Lu representa la mirada más prístina de lo que significó el sueño americano, el de la prosperidad. Sin embargo, ambos caen presas de una realidad inhóspita, en un clima tremendamente angustioso en el que van viéndose retazos del capitalismo agresivo del que Estados Unidos hace ahora bandera.
Y es ahí donde está la virtud más grande de 'First Cow', en reivindicar masculinidades diferentes a través de una poderosa relación de amistad y un deseo de prosperidad y bienestar en sintonía con el medio ambiente, esto último evocando a títulos recientes como 'Nomadland', de Chloé Zhao. En medio, surge un tercero, la vaca a la que da nombre la cinta. Elemento foráneo que vuelve a recordar que, aunque sea deconstruido, el filme sigue siendo un wéstern, pues la ganadería bovina es uno de los pilares fundamentales del progreso de la Humanidad.
'First Cow' es un nuevo giro de tuerca al cine del Oeste, como lo fueron en su momento títulos recientes como 'Los hermanos Sisters' de Jacques Audiard o 'Noticias del gran mundo' de Paul Greengrass. Reichardt firma una de sus obras más redondas, mostrando un fragmento de la historia reciente de Estados Unidos. Con una fotografía magnífica, obra de Christopher Blauvelt; un diseño de producción exquisito, de Anthony Gasparro; un montaje confeccionado con mimo y esmero, realizado por la propia cineasta; unas interpretaciones espléndidas y una historia que recoge lo más básico del deseo de prosperidad -no hace falta ganar oro, sino tener una vaca que produzca leche, ingrediente fundamental para el desarrollo-, 'First Cow' es una obra magistral. Una manera contemporánea y en clave femenina de acercarse a un género que demuestra que aún sigue con plena vida.
Nota: 9
Lo mejor: La química entre Magaro y Lee, la manera en la que Reichardt rompe estereotipos sobre la convivencia entre colonos y nativos, su aspecto técnico y cómo busca apostar por una masculinidad distinta dentro de un ambiente tóxico.
Lo peor: Lo ausente que ha estado en la temporada de premios, merecía más reconocimiento.