¿Cómo fusionar el alma hipster con la 'nouvelle vague'? 'Frances Ha' es la respuesta más idónea de la cartelera actual, aunque no la única, recordemos el estreno el mes pasado de la alemana 'Oh boy'. No resulta sorprendente que una vez el movimiento 'mumblecore' parece haber quedado obsoleto, los cineastas con alma gafapasta abracen el estilo de los Truffaut o Godard (blanco y negro incluído), aunque el personaje que da nombre al film nos recuerde también en gran medida a los roles femeninos del primer Woody Allen.
Noah Baumbach ('Una historia de Brooklyn', 'Margot y la boda') es un especialista en tragicomedias sobre la disfuncionalidad familiar. En este caso, coescribe junto a su pareja y protagonista del film -una adorable Greta Gerwig- un film liviano pero no exento de interesantes reflexiones, sobre los desordenes individuales al llegar a un momento vital que parece un punto sin retorno (quizá en este sentido, una versión femenina de su anterior 'Greenberg' que propició el primer encuentro entre director y actriz).
La película aborda la dificultad que supone abandonar el voluntario desorden con el que cierta juventud (urbana, moderna, burguesa, intelectual...) vive su veintena, cuando su edad se acerca a los treinta y parece abocada a tomar las riendas de su vida hacia un punto concreto que hasta entonces no se ha preocupado siquiera por visualizar. Lo hace por supuesto desde una óptica piadosa hacia la actitud 'peterpanesca' de su protagonista, a riesgo de que buena parte de la audiencia salga inmediatamente del film.
Fusión de actriz y personaje
Si uno entra sin embargo en el juego de Baumbach y Gerwig, aceptando el canto a la inmadurez que ambos nos proponen, puede disfrutar de un personaje que cautiva por su inocencia, su descaro y también, por sus fracasos, que curiosamente nos acercan mucho más a ella. La película tiene su absoluto centro en un personaje central que se funde con su protagonista-guionista, intuyéndose fácilmente que hay mucho de la propia actriz en Frances.
Con un tono desenfadado, unos diálogos ingeniosos, varios secundarios bien construídos (la gran amiga de Frances, los compañeros de piso), situaciones embarazosas excelentemente escritas (el desastre de la cena) y un viaje a París nada gratuito y lejos del tópico, 'Frances Ha' va embelesando al espectador en su tono de fábula sobre el alcance de la madurez sin perder la dulce esencia del caos juvenil para el que siempre mantiene una mirada cómplice.
En definitiva, 'Frances Ha' es cine independiente americano accesible y disfrutable para todo espectador que se sienta seducido por un personaje femenino dulcemente caótico en busca de su lugar en el mundo. Una estupenda comedia agridulce, de notable guion, que nos guía con una permanente sonrisa por la temida crisis de los treinta. Realmente encantadora.