La frase de "basado en hechos reales" no es algo cuyo patrimonio únicamente pertenezca a las sobremesas del fin de semana, lugar habitual donde campan a sus anchas los telefilms que bajo su carácter dramático han explotado un sinfín de historias que contienen un ápice de realidad, por aquello de hacerlas más atractivas al público.
Son varios los estrenos que cada año pueden verse en las salas comerciales, algunos con más éxito que otros, cuya historia viene presentada como una suerte de testimonio biográfico y que pretenden tocar las teclas del dramatismo pertinente para llegar a conmover. Si a eso le añadimos la figura de una persona que sirve como activista de determinado movimiento y el rostro de una estrella de primera plana, todo parecerá funcionar bien.
Con estas diatribas, Peter Sollett presenta 'Freeheld' basándose en el cortometraje homónimo de 2007 que dirigió Cynthia Wade y que ganó el Oscar al Mejor Corto Documental y obtuvo una Mención Especial del Jurado en Sundance, entre muchos otros premios. El realizador, de origen neoyorkino, inició su trayectoria en el año 2000 con un cortometraje llamado 'Five feet high and rising' que le valdría el reconocimiento en formato de galardones en Sundance, South by Southwest y Cannes, éxito que repetería con 'Camino a casa', premiada en la Viennale de Venezia de 2003. Lo que parecía un futuro prometedor, se ha visto estancado hasta que volviera a la primera plana del circuito de festivales con esta película, basada en la historia real de Laurel Hester, Detective de la Oficina del Fiscal del Condado de Ocean de Nueva Jersey, quien luchó durante su fase de cáncer terminal para que su pensión quedara en manos de Stacie Andrée, su pareja de hecho.
Su impacto en el movimiento por la igualdad de los derechos del colectivo LGTB fue tan grande que desde 2006, la LEAGUE Foundation (entidad que proporciona ayuda financiera para alumnos LGBT que inician sus estudios de educación superior) entrega la Beca Laurel Hester Memorial de forma anual. Con un guion escrito por Ron Nyswaner ('Philadelphia', 'El velo pintado'), 'Freeheld' pretende homenajear su figura de la forma más cercana posible, cayendo sin poder evitarlo en el subterfugio de lo lacrimógeno en una obra concebida para que una estrella de la categoría de Julianne Moore se luzca como es debido.
Y aquí es donde radica el principal aspecto negativo a destacar de la película, pues más allá de la inmersión de Moore en el personaje, pocas cosas hacen que 'Freeheld' reluzca por su categoría fílmica. Con un empaque visual correcto, parece que Sollett se conforma con filmar una concatenación de secuencias que más allá de aportar su grano de arena al mundo del celuloide, son una suerte de recreación de hechos. Sin menospreciar su carácter reivindicativo para con los momentos narrados, ni la sentimentaloide partitura compuesta por Hans Zimmer consigue estremecer, algo que únicamente logra el impacto visual que provoca la transformación física de Laurel, una Julianne Moore entregada al cien por cien a la causa.
Es por ello que puede situarse 'Freeheld' junto a otros biopics dispuestos a reivindicar figuras clave para el movimiento LGBT como la reciente 'La chica danesa', película con la que comparte el hecho de ser un conglomerado de lugares y situaciones comunes del mundo arquetípico de la lucha del héroe en contra del sistema, fallando por ser carente de cierto espíritu transgresor y no apostando más allá del retrato amable de la historia.
Todos a una
Ellen Page interpreta a Stacie, el amor de Laurel y con quien comparte un proyecto de futuro que se verá truncado por culpa del cáncer, motivo que removerá los cimientos de la corte del fiscal en busca de la igualdad por sus derechos. Sin tratarse de una interpretación mediocre, queda solapada por la luz de Moore, quien incluso interpretando a una enferma terminal consigue brillar sobre el resto de actores.
Michael Shannon y Luke Grimes se ponen en la piel de los dos compañeros de la policía de Laurel quien deciden apoyar su causa, brindando unas correctas actuaciones que funcionan como contraparte masculino a una historia dominada por mujeres y en la que Steve Carell aporta un contrapunto cómico que muchos tacharán de inapropiado por lo que al tono del film se refiere, pues sus apariciones si bien están fundamentadas como el aporte mordaz para conllevar la crítica al sistema, parecen más dominadas por la vertiente cómica del actor que por el alma de su personaje.
'Freeheld', que se alzó con dos premios no oficiales en la pasada edición del Festival de San Sebastián, no será una de las películas del año, pues su aura de telefilm con buen presupuesto es lo que la convierte en un producto que sin bien no pasará a la historia, sirve como retrato de una figura a tener en cuenta dentro del movimiento por la igualdad de derechos LGBT.
Nota: 5
Lo mejor: Julianne Moore.
Lo peor: Pese a que (algunos) no conociéramos la historia real, lo hemos visto todo antes.