"Esta historia es un cuento de hadas". Con este mensaje DreamWorks Animation nos da la bienvenida de nuevo a un mundo en el que Pinocho y los tres cerditos pueden montarse un fiestón en la ciénaga de un otro malhumorado cuyo mejor amigo es un asno parlante casado con una dragona. Más de una década llevamos sin pisar ese mundo, y sin ver a uno de los personajes favoritos de la franquicia, el primero en lograr su propio spin-off. Sí, 'El gato con botas: el último deseo' es un cuento de hadas, quizás el mayor cuento de hadas que ha visto la saga. Y también uno de los capítulos más estimulantes de la historia reciente del estudio.
El Gato con Botas vuelve tan enamorado de sí mismo como siempre. El personaje de Antonio Banderas sigue encandilando a las masas y viviendo aventuras sin pensar mucho en las consecuencias. Hasta que un día descubre que ha agotado ocho de sus nueve vidas, por lo que si muere una vez más será el fin. Pero hay una última esperanza: si encuentra la estrella de los deseos que cayó en el Bosque Lúgubre puede pedir que se restablezcan las vidas que ha perdido y volver a ser el temerario espadachín que es leyenda en todo el reino. Pero el camino no será fácil. Le esperan nuevos enemigos y algún que otro inesperado aliado.
Lo primero que salta a la vista cuando empieza la película es el cambio visual que han dado el protagonista y todo su entorno. DreamWorks ha desechado una simple actualización del estilo de animación de la anterior 'El gato con botas' y en su lugar han apostado por una estética que recuerda a acuarelas, infinitamente más bucólica y evocadora que la animación por ordenador más habitual. Aquí se permiten jugar con las texturas, con los tonos y con las figuras para darnos una de las películas más bonitas del estudio, con muchos planos dignos de pararse a admirar en detalle. Los personajes que ya conocíamos resultan completamente reconocibles con estos nuevos aspectos, volviéndose más expresivos (por ejemplo con el brillo de los ojos), y las nuevas incorporaciones encuentran ese equilibrio entre un diseño que encaja con la saga pero que sabe sacar partido a los nuevos visuales, especialmente Ricitos de Oro y el lobo feroz. Nunca la franquicia había resultado tan mágica, estéticamente hablando.
No solo han decidido salirse de las líneas en los diseños de escenarios y personajes, también han reventado el ritmo y los encuadres para darnos escenas frenéticas que parecen salidas de un anime, cambios de color y efectos que cie recuerdan más a las viñetas de un cómic que a una película de 'Shrek'. Es un gran salto cualitativo para un estudio que quiere romper con sus propios cánones. Que una compañía tan consolidada esté apostando por dar libertad creativa a cada título (como pasó con 'Los tipos malos') es una buenísima noticia para el futuro de la animación de Hollywood.
Narrativamente, 'El último deseo' es muy superior a la película previa del Gato con Botas. Tommy Swerdlow, Tom Wheeler y Paul Fisher se ponen existencialistas y hablan de la muerte y de las cosas importantes de la vida, haciendo crecer al protagonista partiendo de sus rasgos más característicos. Aprovechando eso de las nueve vidas que tiene un gato según los cuentos anglosajones (siete en España), Gato pasa de temerario a cobardica, llegando a plantearse abandonar su vida de leyenda y convertirse en un animal de compañía común y corriente. Buscar la salida fácil con ayuda de la magia es algo que le pega mucho, y obviamente es una de las lecciones que tendrá que aprender en el camino en busca de la estrella: los atajos suelen salir mal. Todo englobado en un genial homenaje al spaghetti western de lo más entretenido.
Perros y lobos
No es la primera película para niños que trata el tema de la muerte, pero 'El último deseo' sabe hacerlo de una manera sencilla y entretenida, incidiendo en lo importante de haber tenido una buena vida y haberla compartido con la gente que queremos. En ese sentido destaca Perro como uno de los mejores personajes de la película, y eso que prácticamente todas las caras nuevas son muy destacables. El chihuahua que se hace pasar por gato es la pureza personificada. Un personaje adorable con un espíritu inquebrantable, lo opuesto a Gato. Una mezcla entre el cansinamente encantador Asno y una nube de azúcar que podría haber sido como un dolor de muelas, pero que consigue alcanzar el corazón de Gato, de Kitty, y probablemente el de muchos de nosotros. En contraposición tenemos al malvado lobo feroz, que representa lo más cerca que ha estado Gato de la muerte. Estéticamente es el personaje más resultón de la película, las peleas contra él son muy épicas. Hacía mucho que un villano de una película animada no daba tanto miedito como este, llegamos a sentir el peligro como lo hace Gato cada vez que le oímos silbar. Un villano fantástico.
Y no es el único. La película ha rebuscado en los confines de este mundo de cuentos para encontrar un personaje que fuera de Reino Unido no nos sonará de nada. Jack Horner es el protagonista de una nana tradicional, y su gran talento es haber conseguido sacar una ciruela de una tarta. Esa falta de magia le ha vuelto un obseso de todo lo relacionado con ella, y su gran deseo para la estrella es conseguir toda la magia del reino. Es un niño grande malcriado, el enemigo tontaco para contrastar la intensidad del lobo. Y por otro lado tenemos a Ricitos de Oro y los tres osos, una familia de villanos con una interesantísima historia que nos recuerda que a veces no hace falta buscar muy lejos para encontrar lo que anhelamos. Todos ellos son personajes con evolución, con trasfondo, y todos ellos están estupendamente doblados por actores de doblaje profesionales, que además aparecen bien destacados en los títulos de crédito, como tendría que ser siempre. Banderas sigue dotando a la estrella de la historia de todo el encanto y humor que necesita.
La saga 'Shrek' llevaba muchos años hibernando, pero 'El gato con botas: El último deseo' ha conseguido que recupere ese brillo que quizás no veíamos desde la segunda aventura del ogro, en la que precisamente conocimos a Gato. La película no solo consigue mejorar en prácticamente todo a la primera historia en solitario del personaje, sino que sabe cómo hacer para dar nueva vida a este universo de cuentos, con más de un guiño por el camino y sin perder el sentido del humor. Eso sí, se echa de menos un poco más de la comedia irreverente de las películas del ogro, esta tiene un corte tirando a más infantil a pesar del tema central. Con esta película DreamWorks refleja que no se quieren estancar, que tienen grandes ideas y que podemos esperar cosas muy interesantes de cara a al futuro, sobre todo si han podido resucitar con tanta fuerza una franquicia como esta.
'El gato con botas: El último deseo' ya está en cines.
Nota: 8
Lo mejor: El cambio estético es una preciosidad y encaja perfectamente con la franquicia. Los nuevos personajes, especialmente Perro y el lobo feroz.
Lo peor: El poso existencialista no es el colmo de la originalidad. Podría haber intentado ser un poco más socarrona.