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CRÍTICA

'Gauguin en Tahití. El paraíso perdido': Conociendo la inspiración

Crítica de 'Gauguin en Tahití: Paraíso perdido', documental de Claudio Poli y parte de la temporada de arte en el cine 2019-2020. Un acercamiento a los últimos años del pintor postimpresionista.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 16 de Febrero 2020 | 13:04
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Continúa la temporada de arte en el cine 2019-2020, que se inició con 'Michelangelo infinito' y continuó con 'Van Gogh en Japón' y 'Tintoretto: Un rebelde en Venecia'. Ahora toca acercarse a la figura del pintor posimpresionista Paul Gauguin, reconocido por el uso experimental del color y su estilo sintetista. Inspiración de grandes artistas como Pablo Picasso o Henri Matisse, se aborda su última etapa creativa, quizás la más fascinante, en el documental 'Gauguin en Tahití. Paraíso perdido', con el que se continúa con la estupenda temporada artística de este año, que continuará con 'Frida Kahlo: ¡Viva la vida!' en marzo y 'La pasión en el arte' en abril.

Gauguin en Tahití

El documental continúa con la apuesta de abrir las galerías de grandes museos del mundo al público, permitiendo gozar de un amplio análisis de expertos, que narran cómo se gestaron las obras y las inspiraciones e influencias. En el caso de este filme, la etapa artística de Gauguin en las islas de la Polinesia Francesa, es, sin duda, un repaso imprescindible para comprender el arte de una las figuras esenciales del posimpresionismo y precursor del estilo sintetista en el arte moderno. Eso sí, cabe recordar que este filme no ambiciona un sello de autor, como fue el caso de los estupendos 'Oscuro y lucientes' o 'El cuadro', teniendo como principal objetivo la divulgación del arte, con un enfoque más periodístico que cinematográfico.

Un acercamiento de las grandes galerías del mundo al público

No obstante, sus imágenes convienen verse en pantalla grande, al contar con importantes escenas en galerías de museos, que en una sala de cine permiten una mayor experiencia de inmersión. En ese sentido, aparecen por primera vez para un proyecto de estilo el Metropolitan Museum of Arts (el Met) de Nueva York, el Museum of Fine Arts de Boston, el National Gallery of Arts de Washington y Art Institute de Chicago. Todos ellos han abierto sus puertas para descubrir las pinturas en el continente oceánico, con las que rompió con las directrices burguesas al mostrar la belleza de los paisajes y las gentes de la isla de Tahití y los alrededores.

Gauguin en Tahití

Con el actor italiano Adriano Giannini como narrador, el filme de Claudio Poli (director del notable documental 'Hitler vs. Picasso y otros artistas modernos') transmite esa pasión que sintió Gauguin durante sus viajes a Tahití, lo que hizo finalmente que se mudase a la isla de la Polinesia, donde falleció a los 54 años, víctima de un infarto, provocado, aunque varios historiadores lo ponen en duda, de la sífilis que padecía. Aunque la película se adentra, especialmente, en lo que sintió Gauguin en ese paraíso perdido, en la forma de retratarlo, en cómo invitó al mundo a conocer esas maravillas de una forma completamente diferente, con una mirada artística, alejada de exostismos, que solamente el haber vivido allí le ayudó a derribar.

Gauguin, artista apasionado por la Polinesia, el paraíso en la Tierra

Para ello, el filme cuenta con la opinión de varios expertos en la materia, como la historiadora Caroline Boyle-Turner; David Haziot, biógrafo de Gauguin; Jean Le Reste, propietario del Manoir de Lezaven; Mary Morton, conservadora del National Gallery de Washington; Estelle Guille des Buttes-Fresneau, directora del Musée de Pont-Aven, o Paul Yeou Chichong, coleccionista de arte.

Gauguin en Tahití

Pero 'Gauguin en Tahití' no solo cuenta con la opinión de expertos de arte, también aparecen en el documental Marcel Tai Gauguin, nieto del célebre pintor; Irene Tehua Tehaamoana, bisnieta del artista; las escritoras Corinne Raybaud y Paule Laudon; Étienne Tehaamoana, alcalde de la comuna Hiva-Oa, perteneciente a las Islas Marquesas, donde falleció Gauguin, o la activista Sunny Moana'ura Walker. Todos ellos aportan una visión personal sobre el legado de Gauguin, como también lo que significó para la Polinesia su arte.

Finalmente, este documental permite acercar al gran público la figura de un artista excepcional, que cumple con su labor divulgativa, así como también permite sentir, aunque sea brevemente, esa pasión que sintió Gauguin por las gentes, la naturaleza y el paisaje de Tahití, que más que paraíso perdido es un paraíso terrenal cuya belleza quedó espléndidamente retratada para la posteridad. Todo ello, por cierto, acompañado por una deliciosa banda sonora, obra del compositor Remo Anzovino.

Nota: 8

Lo mejor: Conocer el arte de Gauguin y la importancia cultural de la Polinesia Francesa.

Lo peor: Es un documental divulgativo, no artístico, aquellos que busquen esa mirada de 'Maria by Callas' o 'La sal de la tierra', se sentirán decepcionados.

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