Dos años después de 'Yo, mi mujer y mi mujer muerta', el sevillano Santi Amodeo hace una especie de regreso a los orígenes con 'Las gentiles', largometraje que pudo verse en la Sección Oficial de la 18ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla y que llega ahora a salas comerciales. El cineasta se atreve a abordar la problemática del suicidio en adolescentes y lo hace con un ejercicio de inmersión con el que intenta bajar la mirada e intentar narrar una historia desde una perspectiva joven y actual.
Por avatares del destino, su estreno comercial en salas coincide con una mayor concienciación sobre la salud mental, la depresión y el suicidio, este último comienza a dejar de ser -poco a poco- un tabú. Es más, el suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte entre los adolescentes, lo que lo ha convertido en una auténtica alarma social, pues la subida de muertes autoinfligidas se han debido por las consecuencias derivadas de la pandemia del COVID-19.
Aunque a Amodeo, quien firma el guion junto con Rafael Cobos, le surgió la idea 11 años antes, en un momento en el que las redes sociales ya habían cogido fuerza dentro de la sociedad, eso no quita que lo que narra en 'Las gentiles' siga estando de actualidad. Eso sí, el realizador, ante todo, narra una historia enfocada en primera persona y no busca crear un retrato colectivo de toda una generación, aunque se intuye que algo de intención en esa línea tiene, al configurar un grupo de amigas que han tomado contacto con grupos en redes sociales que se sienten atraídos por el suicidio.
Las actrices protagonistas brillan en esta exploración sobre la adolescencia y el suicidio
Amodeo ambiciona comprender a la generación actual, todo un ejercicio de asertividad que tiene sus frutos, aunque tengan secuencias en las que sea evidente que existe cierta barrera generacional. Al estar rodada en primera persona, Amodeo pone el foco completamente en Ana y su ausencia de vitalidad y deseo de crecer. Es fascinante cómo la cinta va haciendo un viaje cada vez más inmersivo, que convierte la experiencia de lo colectivo a lo puramente individual. A ello hay que sumarle cierta atmósfera poética, que evoca a la mirada romántico del suicidio que tenía, precisamente, la era romántica. Es más, puede verse claramente esa referencia en el guiño que Amodeo hace al retrato de Ofelia de Millais, la dama trágica de Hamlet.
Precisamente, bajo el aura de Ofelia, Amodeo configura un relato en el que se puede ver la peligrosa línea que divide el romantizar el suicidio como una idea inalcanzable o querer llevarla a cabo. A nivel estético, el filme es fascinante, especialmente por estar rodado en 16mm, también sus actuaciones, pues especialmente África de la Cruz y Paula Díaz ejercen como protagonistas y ambas consiguen dar esa sensación de autenticidad, de que se ve a adolescentes reales. No obstante, es cierto que también se produce la sensación de que el filme tiene momentos fascinantes pero que no sabe cómo resolver su espinoso planteamiento, llegando a una resolución que deja cierta sensación de desencanto.
Nota: 6
Lo mejor: Las actuaciones de su joven reparto, que es el que consigue cautivar en este relato adolescente y suicida.
Lo peor: Produce la sensación de que el filme se mete en un jardín del que le es difícil salir.
