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CRÍTICA

'Girasoles silvestres': Las edades del amor

Crítica de 'Girasoles silvestres', dirigida por Jaime Rosales, escrita por Rosales y Bárbara Díez. Protagonizada por Anna Castillo, Oriol Plà, Quim Ávila y Lluís Marqués.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 14 de Octubre 2022 | 09:20
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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'Girasoles silvestres': Las edades del amor

Presentada en la Sección Oficial del pasado 70 Festival de San Sebastián, 'Girasoles silvestres' es la séptima película del cineasta barcelonés Jaime Rosales, quien ofrece su mirada más humana y costumbrista en un largometraje completamente diferente de la cruel fábula que fue la espléndida 'Petra'. Una propuesta que mira antológicamente la vida de una mujer y sus circunstancias.

'Girasoles silvestres', título tremendamente metafórico y que invita a pensar en su doble significado, por un lado, significa amor y admiración, pero, por otro, soberbia. A ello se suma lo silvestre, carente de reglas. Y, en cierta manera, es la descripción propia de cómo se forja cada uno el camino de su propia vida.

Girasoles silvestres

De ahí, que el filme sea la crónica de la evolución de una mujer. Rosales, quien firma el guion junto con Bárbara Díez -habitual colaboradora suya en calidad de productora-, opta por narrarlo a través de sus relaciones sentimentales, en las que deja la evidencia a la masculinidad tóxica. Lo interesante, en este aspecto, es cómo dicha realidad, Rosales la retrata. Lo realiza de forma orgánica, dejando en evidencia cómo ciertos patrones patriarcales preestablecidos continúan siendo una losa en las nuevas generaciones, que reproducen estos modelos.

Rosales lo enmarca en un ambiente obrero, mostrando los errores de una mujer de 22 años, madre de dos hijos, que quedó embarazada siendo apenas una adolescente. De cómo se enamora del chulo del barrio y cómo este cumple los patrones del novio maltratador; de cómo la joven intenta de nuevo vivir con su primer amor, padre de sus hijos, y cómo su inmadurez y su incapacidad para enfrentar sus responsabilidades le hacen volver a la casilla de salida, y, finalmente, un tercer amor que ofrece algo de esperanza en esta dura y realista representación de la masculinidad.

Girasoles silvestres

Uno de los mejores papeles de Anna Castillo

El filme no tiene un ritmo lineal y su división por episodios provoca un ejercicio de elipsis en los que Rosales se mueve como pez en el agua, invitando al público a que complete esos lapsos de tiempo de una relación a otra. Además de dejar en evidencia a una masculinidad que necesita reinventarse -muy evidente es el tercer caso, en el que la incapacidad de expresar lo que siente provoca desconexión en una relación sentimental-; Rosales hace un complejo retrato femenino, con una protagonista magnífica, a la que el cineasta mira con humanidad.

Por supuesto, no había mejor actriz para transmitir esa fuerza y esa fragilidad que Anna Castillo. La intérprete tiene un don innato para transmitir espontaneidad en sus interpretaciones. En el caso de Julia, Castillo configura a una mujer joven con sus virtudes y sus defectos, consciente de cómo sus errores de juventud le han llevado a tomar responsabilidades antes de tiempo y cómo tiene un temor pavoroso a la soledad (un tema constante en la obra del barcelonés, por otro lado). La artista le da una fuerza interior a Julia que evoca a la de Tamara Casellas en 'Ama', figuras maternales muy humanas, que, por supuesto, cometen errores, derrumbando el imposible de la madre perfecta. Catártico es ese momento en el que Julia termina derrumbándose en el episodio final, siendo uno de los mejores momentos no solo del filme, sino de los que Castillo ha tenido en su filmografía.

Girasoles silvestres

El director de 'La soledad' ofrece su rostro más amable con un relato emparentado con el mejor cine de temática social, con el añadido de unas interpretaciones magníficas, pues Castillo viene bien acompañada por nombres como los de Manolo Solo o Carolina Yuste; mención también para las tres caras de lo masculino y sus tormentos -Oriol Plà, Quim Ávila y Lluís Marqués-, quienes dotan a la cinta de una naturalidad mayor, inclusive.

'Girasoles silvestres' es un ejercicio de mantenimiento de Jaime Rosales, más en la línea de 'Hermosa juventud' que de la hipnótica 'Petra'. Un reflejo incómodo de la generación actual de veinteañeros y treintañeros al que, además, se le pueden añadir capas de lecturas relacionadas con el posicionamiento social (no hay que olvidar que sus protagonistas viven en el extrarradio y son de clase trabajadora) que invitan a crear un amplio debate tras su visionado, lo que enriquece la experiencia cinematográfica.

Nota: 8

Lo mejor: La interpretación de Anna Castillo y la naturalidad con la que se desarrollan las historias.

Lo peor: No hubiera estado mal un epílogo a solas de la protagonista.

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