Son cada vez menos las historias de espíritu familiar protagonizadas por una pandilla de niños que llegan a salas comerciales, al menos provenientes de Estados Unidos. Sagas como la de 'Diario de Greg' han pasado a lanzarse directamente en streaming y títulos que evoquen a películas míticas como 'Los Goonies' han sido carne de series ya convertidas en emblemáticas como 'Stranger Things'. De ahí, que propuestas de ese estilo se agradezcan que lleguen a cines, especialmente si son proyectos de nacionalidades distintas.
Es el caso de 'Glassboy', cinta dirigida por Samuele Rossi y que adapta la novela 'Il bambino di vetro' de Patrizio Silei. Una cinta que tiene alma de 'El pequeño Nicolás' o 'Mi hermano persigue dinosaurios', aunque llevado a ese toque propio de las cintas míticas de Spielberg o Zemeckis, al contar con una pandilla y una historia de aventuras, enmarcado en visibilizar una enfermedad como es la hemofilia.
Pino es un niño que ve todo desde su balcón, desde allí presencia cómo los niños de su barrio se divierten, cómo la pandilla liderada por Mavi, una niña locuaz, rivaliza con el grupito de Gianni. El motivo del encierro del muchacho es que padece hemofilia, lo que ha hecho que sus padres hayan optado por mantenerlo a salvo en casa. La cinta muestra los anhelos de libertad del pequeño, encarnado por Andrea Arru, y de cómo desea tener amigos. Con guion del propio Rossi junto con Iosella Porto y Rolando Colla, 'Glassboy' sabe captar los deseos de vivir del niño y de cómo encerrarlo provoca que sea más frágil de lo que la enfermedad lo hace.
Cine familiar con espíritu ochentero y noventero
Por otro lado, intenta mostrar una mirada positiva hacia las personas hemofílicas, cuya esperanza de vida (inclusive con una hemofilia grave) es la misma que la de una persona sin dicho padecimiento. Es más, intenta derrumbar mitos sobre la enfermedad, dado que se puede llevar una vida normal con los tratamientos indicados. Ese ejercicio de pedagogía se combina bien con el esquema canónico del cine de aventuras, cuando los amigos de Pino entran en acción y con una serie de personajes diferentes, todos carismáticos, desde la líder Mavi, hasta Mei Ming, Domingo y Ciccio.
En ese sentido, la cinta evoca tanto a los mentados 'Los Goonies' como a 'Una pandilla de pillos'. Eso permite disfrutar de una cinta con alma familiar, muy honesta y que sabe divertir a la par que visibilizando una realidad no tan lejana. Por supuesto, funciona gracias a una serie de 'villanos' que endulzan la trama. Aquí el malo principal es la abuela de Pino, la nona Helena, cuya intención de internar al pequeño se aleja de cualquier mirada malvada. En ese sentido, el film les da un mayor trasfondo a los adultos, logrando que sea una propuesta en la que se empatiza con los 'malos', especialmente porque no hay 'maldad' como tal, sino una preocupación lógica.
'Glassboy' gustará a aquellos que busquen divertirse con una cinta familiar de espíritu clásico, que traiga recuerdos de este tipo de cine que fue tan prolífico en los años 80 y 90. Además, tiene ese ingrediente extra que es el de tener cierta conciencia social.