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CRÍTICA

La temporada 2 de 'Glow' suelta un gancho más emotivo y cómico que sigue reventando estereotipos

La hermandad del wrestling femenino vuelve este 29 de junio con una segunda temporada más divertida y emocionante. Crítica de los nuevos capítulos de 'Glow'.

Por Sandra Sánchez Guerra 15 de Junio 2018 | 11:45

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'Glow' tenía un tremendo potencial entre manos y el riesgo de no saber qué hacer con ello en una continuación. El desgaste del show era el peligro que acechaba a las luchadoras protagonistas, como la incapacidad de sacar adelante el programa en la ficción. Ha pasado todo lo contrario en la segunda temporada, que se estrena el próximo 29 junio. La serie ha sabido cómo defender el ring y añadir más espectáculo y lucha libre, con un consecuente incremento emotivo y cómico en los nuevos capítulos. Pero lo más importante es que ha sabido trabajar la relación entre Ruth y Debbie, a las que despedimos en la primera temporada en medio de una especie de acercamiento y con la intención de reconstruir su amistad.

La hermandad de 'Glow' está de vuelta y con más fuerza. Después de tomarse unas vacaciones, las protagonistas del programa de wrestling dirigido por Sam Sylvia vuelven a juntarse para continuar con la producción del show después de conseguir realizar el piloto. Los nuevos capítulos son para disfrutar más de los combates, explorar el espectáculo en todas sus formas y explotar las posibilidades que ofrecía desde el principio el universo de 'Glow'. Se acerca a los personajes secundarios y aprovecha ese puntal de telenovela que hay detrás de cada uno para crear momentos televisivos que son tremendamente divertidos.

 Parte de las protagonistas y luchadoras de 'Glow'

Está presente la esencia cómica del arranque multiplicada por dos. Se vuelve más creativa debido a que se tiene que reinventar a cada obstáculo, lo que obliga a dar más espectáculo, tanto fuera como dentro del ring, para que continúe la aventura de las Hermosas Chicas de la Lucha Libre. Como nos tiene acostumbrados, Ruth Wilder (Alison Brie) o, mejor dicho, su alter ego Zoya la Destroya, salva el pellejo del show en más de una ocasión.

Sigue siendo también uno de los mejores alicientes de la serie ver que la visión de negocio la suelen tener ellas, reventando el estereotipo de mujer trabajadora del hogar de la época e hiriendo el orgullo de Sam Sylvia (Marc Maron) y el productor, además de generar tensiones, como las que Liberty Belle desata en estos capítulos. Otro personaje que se lleva todas las miradas en esta temporada es Yolanda (Shakira Barrera), el nuevo fichaje del programa.

Ruth y Debbie, cómo (no) reconstruir una amistad

Sin traicionar el que 'Glow' sea una serie ligera y entretenida, la segunda temporada profundiza también en el conflicto entre Ruth y Debbie (Betty Gilpin), tanto a nivel individual como para hablar de la amistad que las unía. Es desgarrador ver cómo ambas luchadoras intentan, de forma desesperada, recomponerse durante toda la temporada. Muestran el retrato de dos mujeres completamente rotas que tienen como tarea pendiente superar el dolor y continuar viviendo. Debbie se enfrenta al estado en que ha quedado su matrimonio y a mirar por sí misma como no lo hacía antes; mientras Ruth se encuentra en la encrucijada de dejar de castigarse y perdonarse a sí misma.

 Alison Brie y Betty Gilpin ensayando un combate en 'Glow'

En medio de este caos emocional, con ambas intentando encontrar su sitio, también somos testigos de las cenizas de su amistad y el posible resurgir de su relación. De ahí salen escenas maravillosas que ponen en alza la base dramática y la emotividad de esta temporada y, en especial, habrá al menos un momento en el que no podréis evitar llorar gracias a la interpretación de dos estupendas actrices como son Brie y Gilpin. Lo nuevo de 'Glow' es oro principalmente por esto, por cómo desarrolla el personaje de Debbie Eagan, que incluso deja un tanto en la sombra a Alison Brie como principal protagonista.

La serie sigue demostrando que sabe cómo escribir personajes femeninos, algo que no todos los guionistas pueden decir ahora mismo, y hablar de conflicto interior y sororidad. No obstante, no todo es purpurina en la ficción de Netflix, ya que el esfuerzo que hace la nueva temporada por acercarse a los personajes secundarios y darles tramas propias no resulta acertado en todos los casos.

Poniendo como ejemplo a Justine (Britt Baron) y Sam Sylvia, a quienes dejamos con el marrón paternofilial en las manos, se ha creado entre los dos personajes una dinámica disfrutable, aunque en su desenlace decae el entretenimiento. Sin embargo, a última hora, 'Glow' le coge gusto a eso de forzar ciertas cosas en tramas secundarias: un tanto a favor de obra del espectáculo y para hacer avanzar la trama, un tanto por no saber qué hacer con ciertos personajes. Vistazos como el que se da a Bash (Chris Lowell) no aportan demasiado y terminan de forma abrupta.

 El productor de 'Glow' en la ficción, Bash, interpretado por el actor Chris Lowell

Por el contrario, siguiendo a la Reina de los Suburbios, se crea cierta dimensión del personaje con la sombra de la duda cerniéndose sobre el show. A la vez, la serie habla de lo que están consiguiendo estas mujeres, a pesar de todo, encima del ring: atraer a una base de fans con el virtuoso juego del que se aprovecha y ríe de los estereotipos, liberando a sus portadoras.

Nota: 8

Lo mejor: Sabe reinventar las reglas del juego, crear momentos cómicos memorables y continuar como se merece la historia entre Ruth y Debbie.

Lo peor: La parte más naif y forzada de tramas secundarias.

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