Remontándonos a la tradición oral de la que provienen los cuentos, hay que tener en cuenta el legado tenebroso y macabro que de estos se ha extraído desde hace siglos. Eso es algo que ya estaba presente tanto en las compilaciones de los Hermanos Grimm como de Charles Perrault, responsables de algunas de las narraciones que con el tiempo derivaron en relatos infantiles, a los que el paso de los años ha ido rebajando el nivel de escabrosidad.
Lo que en un primer momento fueron narraciones donde podían convivir tramas de crueles y despiadadas venganzas, con historias de amor eterno y adoctrinamiento en cuanto a la servidumbre y la moralidad de la mujer y del buen samaritano, acabó totalmente edulcorado (como bien todo el mundo sabe) con la intrusión en la ecuación de Walt Disney y la factoría que convirtió esas leyendas populares en narraciones románticas que enaltecían la amistad y el matrimonio fiel.
Con su tercer largometraje como director, Oz Perkins deja claro que el suyo es uno de los nombres del actual cine de terror y fantástico, pues consigue que su 'Gretel y Hansel' no solo sea una vuelta de tuerca al mítico cuento, sino que también se posicione como una de las películas más sugerentes del género este año, haciendo que nos encontremos ante un oscuro "coming of age" directamente hermanado con el reciente "revival" de la brujería en el cine (el cual incluso abandera, podría decirse), donde están presentes tanto 'La bruja' como la más reciente 'Madre oscura', y que viene a recordar la macabra y reivindicable versión que fue 'Blancanieves. Un cuento de terror' (aquella en la que Sigourney Weaver se metía en la piel de la despiadada madrastra), o incluso las adaptaciones más tétricas del cuento de Barba Azul.
Después de 'February' y 'Soy la bonita criatura que vive en esta casa', Perkins ya puede decir bien claro que la etiqueta de "hijo de" (para quienes no lo sepan, su padre no es otro que Anthony Perkins, el eterno Norman Bates) es algo de lo que ya se puede despojar, pues ha demostrado con creces su tendencia a la autoría dentro de la industria, algo que en el terror (y derivados) siempre es de agradecer.
La versión oscuramente bella del cuento
El hecho de que en esta versión (escrita por Rob Hayes), Gretel tenga más protagonismo que su hermano (algo que ya podemos ver en su título), juega en sintonia con los anteriores films de Perkins, quien en su primera película apostaba por un casting femenino encabezado por Kiernan Shipka y Emma Roberts, mientras que en la segunda era Ruth Wilson la encargada de dar vida a la espectral historia con ecos góticos. Ahora, Sophia Lillis es quien lleva parte del peso de la trama a sus espaldas, labor que comparte con Alice Krige, imponente y ya memorable como bruja en la ficción gracias a su encarnación de la temida y absolutamente reconocible villana de cuento.
Mientras que en el original, los hermanos eran abandonados en el bosque oscuro, por el cual vagarían hasta dar con la casita de chocolate de una aparentemente adorable anciana, en esta, Gretel ejercerá el tutelaje de su hermano pequeño, Hansel (Samuel Leakey), quienes tras haberse encontrado de frente con los horrores de una Europa oscura y que nada tiene que ver con la cierta tendencia a la idealización de lo que supuso el medievo, tras su encuentro con el Cazador (Charles Babalola), se toparán con una cabaña que se alza impasible entre árboles.
Aquí entra en juego una de los aspectos con los que Perkins se desmarca de ciertas tendencias del actual terror mainstream, apostando por una planificación minuciosa de los planos y un diseño de producción de los que harán que una cantidad exorbitante de los planos de la película, puedan ser enmarcados como piezas que anhelan el fantástico y exploran universos macabros. Podemos determinar que 'Gretel y Hansel' se preocupa por dejar seña a la hora de crear una arquitectura del terror y un imaginario propio, el cual bebe de iconografía clásica (también cinematográfica) y que, seguramente, será imitado en la posteridad.
Desde las angulosas construcciones, al uso de la paleta de color y la tonalidad en sus espacios interiores, pasando por la imaginería alrededor de la figura de la bruja, la propuesta se expone desde una perspectiva en la que, más que terror físico, lo que pretende generar (y lo consigue) es un fascinante horror visual, en la que podemos encontrar desde guiños a 'Vampyr, la bruja vampiro' a la Margaret Hamilton de 'El mago de Oz', presentes en el fascinante prólogo (con demoníaca hechicera e iconografía brujeril incluida) que viene a relatar los orígenes de esa aterradora bruja del bosque, quien en su alarde por encontrar la compañía de unos niños con los que jugar, construirá un mundo propio de pesadilla, repleto de claroscuros propios del tenebrismo barroco, entre los que brillan con luz propia Krige y sus ennegrecidos dedos, alzándose como genuina Madre de Tinieblas enfrentada a Gretel, joven que viene a dejar claro que aquello del empoderamiento femenino, ya debería haber estado presente en los cuentos mucho antes de la sumisión a la que quedó relegada la mujer en estos.
Nota: 8
Lo mejor: La bruja de Krige y las imágenes que crea para el recuerdo.
Lo peor: Que dure tan poco y que, al menos aquí, no se haya estrenado en cines.
'Gretel y Hansel' está disponible en Amazon Prime desde el 24 de julio.
