'Guardianes de la Galaxia' fue uno de los éxitos más sorprendentes del cine reciente de superhéroes. El primero en sorprenderse fue James Gunn, el director y coguionista que puso toda la carne en el asador para presentar al público generalista un grupo de fugitivos espaciales desconocidos que tendrían que salvar el universo a pesar de que ellos preferirían estar robando grandes tesoros para hacerse ricos.
No debería haberle pillado desprevenido: el cine lleva décadas recurriendo a personajes fuera de la ley para crear a sus antihéroes más queridos. Y estos eran los protagonistas de una aventura que podríamos llamar la 'Star Wars' psicodélica. A esto añádele una demostración constante de guiños, referencias y canciones de los 80 y te metes en el bolsillo a un espectador nostálgico que pierde el culo por todo lo que le recuerda mínimamente a su infancia.
Pero lo cierto es que 'Guardianes de la Galaxia' es un peliculón. Gunn cogió la fórmula pulida de Marvel y le aplicó su personal humor y un cariño inagotable por los personajes que tenía que presentar. Y ahí estaba la cima de la Casa de las Ideas en el cine: un reloj suizo con corazón. No se ha vuelto a repetir, aunque los hermanos Joe y Anthony Russo se acercan en sus dos últimas películas sobre el Capitán América.
Hasta 'Guardianes de la Galaxia Vol. 2', en la que el director ha vuelto a imprimir su sello. La secuela repite aciertos y los sabe explotar, sin quemarlos en exceso (con la excepción de Drax, que casi se ha vuelto un chiste plano constante), añadiendo peso a algunos personajes secundarios (Yondu, Nebula) y sumando además nuevos compañeros de viaje. Mantis, un ser capaz de leer los sentimientos y crearlos momentáneamente con el tacto, es uno de los puntos fuertes de la nueva entrega, subrayando la maña de Gunn con esta franquicia.
La alien con cara de insecto es alivio cómico sin dejar de ser un personaje redondo, con sus propias motivaciones y que establece interesantes relaciones con los demás. Es prácticamente imposible no empatizar con los Guardianes de Gunn, pues todos tienen luces y sombras y conflictos internos expuestos con claridad, respeto al espectador y soltura. 'Guardianes de la Galaxia' es una saga que puede emocionarte con un árbol (más o menos) parlante o con un mapache con muy mala leche.
Por rascar quejas, se podría uno lamentar de la duración (más de dos horas) o de la sobredosis de chistes en cada escena. No todos funcionan por igual, pero el humor de Gunn es tan honesto y agudo que se le perdona el exceso. En cuanto al metraje, esta película tiene tantas tramas y tantos personajes con peso que no sabríamos qué cortarle, así que se excusa... además, muchos se quedarán con ganas de más. Incluso contando esas cinco escenas añadidas que se pueden ver durante los créditos. Un número que suena exagerado, pero la verdad es que, dentro de la idiosincrasia, el tono y el ritmo de 'Guardianes de la Galaxia', no es excesivo, o quizá todo exceso es poco.
El reparto cumple sin sorprender. Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista y las voces de Bradley Cooper y Vin Diesel (modificada unos cuantos agudos para arriba ahora que Groot es bebé) repiten papel con la misma soltura. Son Karen Gillan y Michael Rooker, Nebula y Yondu, quienes además de ganar peso en las tramas se llevan el trabajo más dramático y colorido (no sólo literalmente). Por su parte, Kurt Russell y Sylvester Stallone marcan la casilla de actores consagrados que elevan el prestigio de Marvel y de paso se lo llevan crudo haciendo un papel que probablemente podrían haber hecho muchos otros.
En definitiva, Gunn vuelve a conseguir el difícil objetivo de transcender no solo al universo Marvel, sino al cine de superhéroes. Y lo hace con una buena comedia de personajes, una space opera sin complejos, un sinparar de homenajes autoconscientes a la cultura popular, una fiesta de colores y buena música. Un gustazo de película, vaya.
Profundizando en el origen de Star-Lord
La primera 'Guardianes de la Galaxia' contenía en su centro una emotiva historia sobre un grupo de lobos solitarios que formaban una familia improbable. La estabilidad de ese grupo se verá amenazada en la secuela por la distancia, los obstáculos, los enemigos y, más interesante, por ellos mismos.
Pero además del acertado relato de unos individuos que tienen que admitir que quieren y merecen el amor que están recibiendo, este segundo volumen encierra una lección para su protagonista sobre su origen y su desconocido padre. Con la inclusión de estos temas universales, Gunn ha conseguido que su franquicia sea a Marvel lo que Pixar fue a Disney en un momento dado. Tendrán que aprender los demás de él.
Nota: 8
Lo mejor: El cariño y el respeto de Gunn por sus personajes
Lo peor: Quizá a algunos se les haga un embrollo tanto personaje y trama