En 2017, la directora y animadora Atsuko Ishizuka deslumbró a la crítica cinematográfica con 'No Game, No Life: Zero', adaptación cinematográfica del manga de Yuu Kamiya, de la que ya había dirigido la serie de televisión en 2014. Convertida en una de las figuras femeninas más importantes de la industria de la animación japonesa junto con realizadoras como Mari Okada o Naoko Yamada, ahora se atreve con una historia intimista con '¡Hasta siempre, Don Glees!', uno de los títulos que más sensación ha causado este año en la cartelera japonesa y demostración de cómo el cine de animación que apuesta por el subgénero slice of life es uno de los más interesantes del panorama nipón.
A diferencia de otras producciones como 'A Silent Voice' o 'Quiero comerme tu páncreas', Ishizuka crea una historia completamente original para la gran pantalla. Es más, cuando la producción de la cinta comenzó, se anunció una adaptación al manga que fue publicada desde octubre de 2021 hasta febrero de este año, cuando el filme se estreno en cines japoneses. La cineasta, quien también firma el guion, crea un amable relato de verano, que bebe de títulos emblemáticos como 'Cuenta conmigo' o 'Los Goonies', lo que lo diferencia de títulos similares con 'Fireworks' o 'El himno del corazón'.
Es de agradecer que Ishizuka también se desprenda de cualquier elemento fantástico y aproveche para ensalzar las aventuras de tres amigos en el bosque en el que puede ser el último verano de los tres como pandilla. Sí, la realizadora utiliza varios elementos convencionales propios de este tipo de historias, al ser también un relato sobre el paso de la adolescencia a la adultez. Sin embargo, es gracias al carisma de sus protagonistas lo que hace que se evite caer en zonas comunes de las coming-age movies, sumado con una animación exquisita, cuidada al más mínimo detalle, que deja escenas que son un auténtica ambrosía para la vista, junto con una estupenda banda sonora, compuesta por Yoshiki Fujisawa. Sin olvidar que, aunque ambientada en el presente, tiene cierta alma ochentera.
Personaje con carisma y una animación exquisita que es un deleite para la retina
Aunque sea un relato costumbrista, tiene cierta épica fantástica que evoca al cine de Makoto Shinkai, especialmente a lo relacionado a los destinos cruzados, como irá revelándose conforme vaya desarrollándose la trama. Aquí, Ishizuka muestra que sabe crear películas de personajes que, ayudados por una animación excepcional, son capaces de sostener una historia sobre las dudas existenciales propias de la adolescencia, con el añadido de que los protagonistas son de clase trabajadora y vive en un entorno rural, lo que añade cierta capa de cine social, especialmente a lo relacionado con el contraste con la ciudad, en la que todo el mundo se convierte en un mero número y en el que el sistema es tremendamente competitivo.
Ishizuka demuestra tener una sensibilidad propia para los relatos de personajes, así como también para la historias que no necesitan elementos de fantasía para encandilar. '¡Hasta siempre, Don Glees!' sigue la estela de ese cine de animación japonés que reivindica los pequeños placeres de la vida, con un estilo artesanal con el que se vuelve a recordar que es esa gran industria que apuesta por la animación tradicional y su poder para seguir fascinando y arrasando en taquilla.