Sin duda, el humor más ácido guarda varios trasfondos en el que se pueden percibir fuertes dosis de crítica social. Michael Showalter lo ha hecho con 'Hello, My Name Is Doris', una comedia dramática que capitanea una incombustible Sally Field, que demuestra por qué es una de las grandes actrices de su generación.
Doris de una mujer de 60 años que acaba de perder a su madre, a la que llevó cuidando toda su vida. Ahora Doris, que vive en el domicilio de su desaparecida progenitora y que padece síndrome de Diógenes, se le viene el mundo encima. Sin embargo, todo cambiará cuando en su trabajo llegue John, un joven ejecutivo de 35 años del que Doris se quedará prendada. Gracias a sus libros de autoayuda y sus novelas rosa, Doris hará todo lo posible para que John se fije en ella.
Una madura soñadora
Lo que parece, al principio, la historia de una extravagante mujer madura que parece una mezcla entre Catherine Frot en 'Odette', Isabelle Huppert en 'Luces de París' y María Pujalte en 'Los misterios de Laura' que desea seducir a un jovencito en plan cougar va mucho más allá al mostrar un personaje muy complejo y con varias capas de lectura y que es defendido magníficamente por Sally Field.
Showalter con el personaje de Doris muestra ese punto en el que vive toda una generación: Entre la madurez y la senectud. Un punto que pocas veces ha estado tan bien retratado en el cine más actual, especialmente con un enfoque femenino. Recientemente se pudieron ver ejemplos similares con 'Grandma' o 'Una madre imperfecta', pero es 'Hello, My Name Is Doris' la crítica más certera y también la más agridulce.
En esta propuesta se ve lo que hay detrás de una mujer "solterona". Una protagonista que carga un angustioso pasado familiar, que se vio obligada a renunciar a su propia vida en pos de cuidar de su pobre madre para que su hermano sí tenga esa vida que ella siempre quiso; una mujer que tiene un trabajo que no le gusta, unos compañeros amablemente hostiles y superficiales y una vida que siente que ha perdido. Lejos de mostrar la parte más pesimista de esta situación, Showalter crea un mensaje positivo, de superación, en una mujer que disfruta de sus 60 años, tanto en la parte buena como en la parte mala.
Lo que se esconde tras la mirada amable
Cierto que su ejecución (clásica comedia romántica con ciertos tintes fantasiosos) y su mensaje (nunca es tarde para vivir) son algo manidos. No obstante, lo interesante de 'Hello, My Name Is Doris' no es tanto cómo se sucede la trama, sino el enfoque con que el realizador lleva a su protagonista. Con Doris, el cineasta evidencia cómo esa sociedad que idolatra la juventud aparca, inconscientemente, las etapas de la madurez, intentando no verlas, siendo Doris un ejemplo entre mujer madura en apariencia pero con una insensatez impropia de su edad. A su lado, un Max Greenfield con sonrisa de marca de dentífrico y que funciona correctamente como partenaire de la veterana actriz.
Con este filme, Showalter muestra una irónica y divertida crítica hacia la superficialidad de las nuevas políticas de empresa, esas que confunden bienestar laboral con esnobismo, el fraude que son las consejos de auto-ayuda de supuestos "entendidos", el desprecio disfrazado de amabilidad de ciertos sectores jóvenes y las relaciones amorosas intergeneracionales, tan inviables como posibles. Todo ello combinado con correctas dosis de humor, junto con el añadido de una actriz excepcional como es Sally Field, que defiende a capa y espada un personaje entrañablemente patético.
No reinventa la rueda, pero 'Hello, My Names Is Doris' es una acertada comedia dramática con sus justas dosis de humor y de romance. Hecha tanto para esa generación que está entre la madurez y la senectud como para esos jóvenes que piensan que para llegar a esa edad falta todavía mucho. Una película arriesgada, loca, atrevida y desconcertante, con una humanidad extraordinaria.
Nota: 7/10
Lo mejor: Sally Field, que derrocha carisma y muestra una de sus mejores interpretaciones.
Lo peor: Su ejecución y su mensaje de superación se han visto ya de la misma forma demasiadas veces.