La comedia gamberra es uno de los géneros más manidos y de difícil reinvención. Cierto es que existen honrosos ejemplos como 'Malditos vecinos', 'Y de repente tú', incluso 'Juerga hasta el fin'. El caso, es que Jason Moore, tras el éxito de 'Dando la nota', ha querido crear su particular fiestas de descontrol en clave madura y femenina con 'Hermanísimas', que viene amadrinada por dos pesos fuertes de la comedia estadounidense: Tina Fey y Amy Poehler.
Kate y Maura Ellis son dos hermanas de mediana edad que han hecho vidas completamente distintas. Una es madre soltera, completamente irresponsable y muy malhablada. La otra se acaba de divorciar de su marido, trabaja como enfermera y siente la imperiosa necesidad de ayudar siempre a los demás. A ambas se les cae el mundo encima cuando sus padres les comunican que han decidido vender la casa en la que han vivido toda la vida. Las dos se ven obligadas a volver al nido familiar y recoger las cosas que les quedan. En ese momento, cuando empiezan a recordar su adolescencia, ambas deciden montar una fiesta de despedida.
Sólo sonrisas, la carcajada no llega
Paula Bell, guionista habitual de 'Saturday Night Live' debuta en la gran pantalla con esta comedia sobre dos mujeres con una fuerte crisis de los 40. Una propuesta que, realmente, carece de sentido a cada paso que da. El principal motivo de inicio es recuperar algo que nunca sucedió, en este caso el desmelene por parte de la hermana responsable, interpretada por Amy Poehler. Sin embargo, la forma en que se trata no es ni novedosa ni contiene chistes o situaciones que logren sacar algo más que una sonrisa.
Porque ambas derrochan buena química pero dentro de un guión encorsetado y lleno de chistes y bromas que no van más allá de lo pueril. También es cierto que el planteamiento de la cinta provoca que se quieran tocar varios temas. Pretende convertirse en un completo desmadre con una moraleja sobre aceptar el paso del tiempo, madurar y tener una vida adulta. O sea, comedia absurda profunda.
Tina Fey y Amy Poehler brillan pese a todo
El resultado es completamente irregular. Tampoco ayuda su duración, dos horas, lo que provoca que ese aparente desmadre anárquico transmita una sensación de déjà vu. Una mezcla entre 'Resacón en Las Vegas', 'Malditos vecinos' y 'Romy y Michele', en la que el desmadre hasta el extremo, las crisis de mediana edad, las responsabilidades familiares y los clásico tramas del típico instituto estadounidense se mezclan. Parece una versión cuarentona y más mamarracha de películas sobre desfases universitarios y da la sensación que hubiera funcionado mejor no sólo con una duración menor, sino también como sketches en un programa nocturno.
Con lo cual, y pese a que Tina Fey y Amy Poehler son unas de las mejores comediantes del panorama televisivo estadounidense y dejar momentos realmente divertidos en las galas de los Globos de Oro, esta reunión de hermanas es una irregular propuesta con algún momento divertido pero excesivamente larga y con ningún tipo de innovación. Se queda muy lejos de propuestas como las de Judd Apatow o Paul Feig. Sin embargo, al menos están Fey y Poehler que, pese a todo, consiguen que dé gusto verlas completamente desmelenadas y decididas a dar guerra.
Nota: 5/10
Lo mejor: La magnífica química entre Tina Fey y Amy Poehler, sólo por ellas vale la pena verla.
Lo peor: Excesiva duración, chistes sin gracias, el guión no ha encontrado ese punto canalla que sí tuvieron Paul Feig o Amy Schumer.
