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CRÍTICA

'Historias de una indecisa': La (imposible) decisión de Juliette

Éric Lavaine dirige 'Historias de una indecisa', protagonizada por Alexandra Lamy, Arnaud Ducret y Jamie Bamber. De los creadores de 'Barbacoa de amigos' y 'Vuelta a casa de mi madre'.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 9 de Marzo 2018 | 09:31
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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La comedia feel-good francesa es la efectividad del cine comercial europeo en España. Son muchas las películas de este tipo que llegan a la cartelera española y varias de ellas han logrado una taquilla más que notable, como 'La familia Bélier', 'Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?' o 'La delicadeza'. En esa línea llega 'Historias de una indecisa', comedia protagonizada por Alexandra Lamy, que ya triunfó en taquilla con 'Vuelta a casa de mi madre', que dirigió Éric Lavaine y que ahora también regresa con la dirección de esta película.

Historias de una indecisa

Juliette está a punto de cumplir los 40 años, pero todavía se comporta como una adolescente. Incapaz de tomar decisiones, algo que parece venirle desde que estuvo en el vientre materno, depende demasiado de su padre y de sus mejores amigas, que son los que verdaderamente toman las decisiones en nombre de ella. Sin embargo, un día conoce a dos hombres encantadores, Paul y Étienne, que son la pareja perfecta, aunque sean completamente opuestos. Debido que en las pasiones del corazón nadie puede tomar una decisión por otro, Juliette se verá obligada a tomar una decisión por primera vez en su vida.

Película divertida y amable. Ideal para pasar un rato agradable en el cine

Éric Lavaine es un director experto en comedias agradables, comerciales y hechas para pasar un agradable momento en el cine. En España lleva ya tres filmes estrenados, 'Barbacoa de amigos', 'Vuelta a casa de mi madre' y ahora 'Historias de una indecisa'. Los tres son producciones muy dignas y modestas en sus ambiciones. En esta ocasión, Alexandra Lamy pasa de tener que volver al nido materno a ser una mujer que aún no ha salido de las faldas de su padre. La actriz es la verdadera alma de la película, sin ella, el filme sería carne de cine romántico alemán de sobremesa.

Historias de una indecisa

Lamy defiende con mucha dignidad una especia de "Bridget Jones" francesa combinada con una "Amélie con mala suerte". Lavaine aprovecha para poner en énfasis las diferencias actuales a la hora de ligar gracias a las nuevas tecnologías. De hecho, la aplicación Tinder es la otra protagonista. Interesante, ya que es una realidad que el cine romántico apenas aborda, cuando se trata de una aplicación para ligar muy utilizada. Y, sí, el filme es completamente canónico, no da opción a sorpresas y los clichés son los que se esperan para una película de este estilo. No obstante, pese a tener un buen inicio, su final, pese a ser previsible, resulta algo decepcionante.

Alexandra Lamy, el alma de la película

Pero, al contrario de lo que se puede pensar, es justo el cumplir con todos los estereotipos del género lo que hace de 'Historias de una indecisa' una película digna de ver. Ofrece lo que se ve, de manera transparente y sin trampas. De hecho, su corta duración y su franqueza logran el efecto deseado, pasar un momento divertido y agradable en una sala de cine. Además, pequeño inciso, bravo por seguir apostando por protagonistas femeninas que ya no son unas veinteañeras y que siguen derrochando energía, con defectos y virtudes, como sucede en la vida real.

Historias de una indecisa

Quizás no sea la gran comedia francesa del año, pero 'Historias de una indecisa' a una propuesta amena, amable e ideal para un momento de desconexión, un filme muy digno y respetuoso con la mente del espectador. Eso sí, no es una película apta para público que espere ver humor inteligente y elitista, para eso ya están otro tipo de producción. Honesta y divertida, imposible no caer rendido ante el carisma de su protagonista.

Nota: 6

Lo mejor: El carisma de Alexandra Lamy, magnífica. Por favor, más de ella.

Lo peor: Es una película muy canónica y previsible. No apta para público sibarita. Su final decepciona.