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CRÍTICA

'Hit the Road': La despedida silenciada

Crítica de 'Hit the Road', ópera prima de Panah Panahi, hijo del célebre cineasta Jafar Panahi. Mostrada en la Sección Oficial de la 66ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 14 de Mayo 2022 | 12:15
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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Si hay un cineasta que puso al cine iraní en la élite internacional, ese fue Abbas Kiarostami, cuyo legado permanece vivo a través de cineastas que han tomado el testigo en lo referente a su estilo narrativo y temáticas. Uno de sus pupilos fue Jafar Panahi, disidente político que permanece cautivo en su propio país y que tiene prohibido rodar cualquier tipo de película (aunque lo ha podido hacer de forma ilegal). Conocida su situación por el circuito cinematográfico internacional, tarde o temprano iba a surgir una voz que siguiera sus pasos y, claro está, no había mejor heredero de su cine que su propio vástago, Panah Panahi.

Hit the Road

Panah Panahi estrena en salas comerciales 'Hit the Road', presentado en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes de 2021, así pudo verse en los festivales de Karlovy Vary, Nueva York, São Paulo o la Seminci de Valladolid, así como también obtuvo el galardón al mejor largometraje en los festivales de Londres y Mar de Plata. Panahi hijo muestra ser un digno sucesor de su progenitor, aunque, como todo en la vida, eso no quita que presente también su propia personalidad como cineasta de pleno derecho.

'Hit the Road' tiene alma de road movie, al narrar el viaje en coche de una familia compuesta por el padre, la madre, el hijo mayor, el hijo pequeño y el perro, que van desde Teherán hasta la frontera con Turquía, donde el primogénito tiene pensado exiliarse para evitar ser encarcelado por ser disidente político. Panahi hijo deja intuir los motivos de la huida y la marcha forzosa del primer vástago del clan, pero, realmente, lo que eleva a 'Hit the Road' es el trayecto hasta los límites de la frontera, con el que crea una fábula con un trasfondo dramático que se esconde bajo una cobertura de comedia irónica.

Hit the Road

Así, aprovecha para centrarse en el carácter del resto de la familia, principales protagonistas, retratando a su padre que no puede conducir al tener una pierna escayolada, una madre que está al borde de un ataque de nervios y que muestra un poder extraordinaria de serenidad ante situaciones extremas, un hijo pequeño que es un auténtico terremoto y que aligera el peso del drama al no ser consciente de lo que está sucediendo (provocando así escenas que irritan pero que ayudan a desviar la atención de lo que está ocurriendo) y un perro moribundo cuya agonía termina siendo otra trama central.

Una ópera prima extraordinaria que ofrece una luz de esperanza

De esa forma, 'Hit the Road' aborda cómo el exilio por defender la democracia y la libertad política deja muchas más consecuencias, enfocándose en los familiares que se quedan atrás. Panahi, en cierta forma, homenajea así a su propio progenitor, quien tiene prohibida la salida del país persa; además de rendir tributo a toda una generación de jóvenes que se ven obligados a marcharse ante un estado opresor y teocrático.

Hit the Road

La crítica es frontal, sin complejos, muy propia de Panahi sénior, pero lo que deslumbra es la manera en la que Panahi júnior la ejecuta, dotando al filme de poesía propia, aprovechando largos planos secuencia, así como también planos generales que logran transmitir mejor la sensación de pesadumbre. Finalmente, el cineasta ofrece un lirismo único, con una serie de secuencias que quedan grabadas en la retina, especialmente dos que protagoniza el pequeño Rayan Sarlak, heredero del Giosuè de 'La vida es bella' o del Pepinot de 'Los chicos del coro'.

'Hit the Road' muestra que ese cine iraní disidente que lucha por sobrevivir a pesar de la censura. Un largometraje imprescindible, una ópera prima sublime que convierte a Panah Panahi en uno de los cineasta más prometedores del país persa. Una joya cinematográfica que muestra que esa mirada comprometida por la libertad sigue presente, pese a todo.

Nota: 8

Lo mejor: Las escenas más poéticas de la parte del final son auténtico amor al cine.

Lo peor: Su escasa presencia en salas de cine.

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