La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias aún siguen dejando secuelas, algo que para muchos es sorprendente. En el mundo de las artes, todavía hay muchos cabos sueltos, como bien se demostró en 2012 con la aparición de más de 1.500 obras de artes, robadas o confiscadas por los nazis en el domicilio de Cornelius Gurlitt, en Múnich. El documentalista italiano Claudio Poli se adentra en varios casos que saca a la luz en 'Hitler vs. Picasso y otros artistas modernos', en el que el actor Toni Servillo ejerce de narrador para mostrar el robo de arte por parte de los nazis, así como también la destrucción de obras consideradas "degeneradas" por Hitler.
El documental se adentra en varios casos de robos de piezas de arte por parte de Hitler y colaboradores suyos como Göring, Goebbels y Himmler. A través de la narración de Toni Servillo, se enlazan varios casos de familias que aún reclaman piezas robadas, así como varias situaciones obras recuperadas y los conflictos legales que han surgido a lo largo de la historia. Además, el filme muestra cómo obras de artistas vanguardistas, consideradas "degeneradas" eran o bien vendidas de forma depreciada o bien destruidas.
La obsesiva búsqueda de la gran belleza
Un elemento notable del documental es su carácter didáctico, el filme viene a mostrar una realidad histórica, esencial para las nuevas generaciones. En una de las declaraciones, una historiadora de arte alemana comenta que los jóvenes actuales no quieren saber nada del pasado, porque es desolador. Ahí, justo, reside la importancia de 'Hitler vs. Picasso y otros artistas modernos', en dejar claro que, aunque forme parte del pasado, es necesario recordarlo para valorar el presente y velar por un futuro mejor.
Llama la atención que en el documental se haga referencia a la obsesión por los nazis de robar arte porque son "la gran belleza" y que Poli, justamente, eligiese a Toni Servillo como narrador, el protagonista de 'La gran belleza' de Paolo Sorrentino.
Documental con carácter divulgativo
Su potente mensaje se une a varios casos de cómo marchantes de arte y galeristas de origen judío fueron desposeídos de sus obras, así como también algunos de ellos asesinados durante la Shoah. También se muestra cómo la intromisión en el arte por parte de los nazis provocó que el galerista Paul Rosenberg, marchara a Nueva York y fue uno de los principales impulsores de la compra de arte contemporáneo del MoMa, como también la recuperación de varias piezas y exposición 21 rue La Boétie, hecha en París por su nieta, Anne Sinclair. A ello se suman varias declaraciones de expertos, historiadores, directores de museos e intelectuales. Entre los testimonios, sobrecoge el del historiador judío-alemán Edgar Feuchtwanger, que siendo apenas un niño, fue vecino de Hitler en Múnich.
Su valor como documental sobre memoria histórica es lo que hace que valga la pena su visionado. No obstante, como película cinematográfica, se queda algo detrás al parecerse, en algunos momentos, más un documental para televisión. Pese a ello, se está ante un filme de carácter didáctico cuya labora es imprescindible y necesaria.
Nota: 7
Lo mejor: Su carácter divulgativo y el recordar que no hay que olvidar los errores del pasado.
Lo peor: Le falta sentido cinematográfico.