Bille August ha demostrado varias veces, a lo largo de su filmografía, una capacidad única de transformar novelas en aplaudidos largometrajes. El ejemplo más expositivo es 'Pelle el conquistador', que le impulsó internacionalmente desde su Dinamarca natal. Tras explorar la tóxica relación que la autora Karen Blixen mantuvo con el poeta Thorkild Bjørnvig entre 1948 y 1955 en 'El pacto', ahora el cineasta se atreve con el gran Stefan Zweig, al llevar a la gran pantalla 'La impaciencia del corazón', en la que explora el incómodo rostro que esconde el exceso de piedad.
August, quien firma el guion junto con Greg Latter, lleva a su terreno la novela. Si Zweig mostraba a un joven teniente de caballería austríaco que se entrena en los albores de la Primera Guerra Mundial, August lo convierte en un soldado danés en las mismas condiciones, convirtiendo al noble en nórdico, frente al judío húngaro aristócrata de la ficción original. Cambios que están lejos de ser cosméticos, dado que el cineasta sabe ambientarlos en la realidad danesa, mostrando una adaptación exquisita que ya muestra el cuidado por los detalles del realizador.
El realizador configura un largometraje de época donde las amables conversaciones, los bailes y los posibles romances son un mero arquetipo que sirve para crear un sibilino descenso a los infiernos para su protagonista, Anton, encarnado estupendamente por Esben Smed Jensen, el cual termina preso de su propia corrección política y moral. Lo fascinante es cómo August crea una bola de nieve que se va a haciendo grande pese a las advertencias de aquellos que rodean tanto a la muchacha, Edith, como a él. Aquí se ve una red de medias verdades y mentiras piadosas que van creando una montaña de falsas ilusiones que dejan entrever una tragedia.
Una de las mejores adaptaciones contemporáneas de la obra de Zweig
En esa línea, August sabe transmitir el espíritu opresivo de la novela de Zweig, en la que confrontaba la piedad con el amor y cuánto hay de cada uno. El retorcido final del autor, en el que se muestra la propia paradoja del destino, también se plasma en la versión cinematográfica, siendo una de las mejores adaptaciones recientes de la obra del autor austríaco. Lo es a una combinación de explosión de sentimientos y mirada distante, que crean una ambivalencia inherente en la obra original y que August maneja mejor que en 'El pacto', su film predecesor.
Con un diseño de producción y de vestuario exquisitos, 'La impaciencia del corazón' logra elevarse también por las magistrales interpretaciones de Lars Mikkelsen y Clara Rosager, especialmente esta última con una heroína propia de otro siglo. August huye de los cánones del drama de época contemporáneo y traslada al espectador a una historia propia de inicios de siglo. Un ejercicio que, actualmente, bien podría catalogarse como de atrevido.
Lo mejor: Mantener el espíritu de drama de época de inicios de siglo.
Lo peor: Quizás se vea como una película demasiado fría en ciertos momentos.
