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CRÍTICA

'El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo': La última parada

Crítica de 'El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo', comedia dramática dirigida por Gillies MacKinnon. Protagonizada por Timothy Spall y Phyllis Logan.

Por Miguel Ángel Pizarro Más 18 de Junio 2021 | 09:05
Colaborador de eCartelera. Apasionado del cine y la cultura en general. Cine europeo y de animación, mi especialidad.

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El cine otoñal, ese tipo de películas que van a caballo entre el cine feel-good y el cine de autor. En muchas ocasiones, la comedia que les envuelve sirve como cobertura para un desgarrador drama emocional, títulos como 'La fiesta de despedida', 'Quédate conmigo' o 'Una dama en París' dan buena fe de ello. Cuatro años después de dirigir 'Whisky Galore!', Gillies MacKinnon regresa a la dirección con 'El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo', en la que convierte a Timothy Spall en un gruñón pero entrañable anciano que recorre Gran Bretaña de una punta a otra.

The Last Bus

Primero, toca hacer una breve mención al título. Originalmente, la cinta se titula 'The Last Bus' -'El último bus', traducción literal-. Su título en castellano, de libre interpretación, acerca esta comedia dramática a la cinta sueca 'El abuelo que saltó por la ventana y se largó', haciendo referencia a títulos excesivamente largos que invitan a pensar que la propuesta es más cercana a la comedia. La verdad, lo logra, puesto que, en esa travesía por todo el Reino Unido, de Tom, el nonagenario protagonista vive una serie de situación dignas de la cinta protagonizada por Robert Gustafsson.

Ahora bien, su planteamiento es radicalmente distinto, pues MacKinnon, quien dirige un guion de Joe Ainsworth -quien debuta en un largo tras haber escrito los guiones de series-, no solo apuesta por la comedia para narrar la historia de Tom, sino también utiliza el misterio, puesto que va revelando poco a poco los motivos por los que el protagonista y su esposa, de jóvenes, huyeron desde Cornualles hasta la zona más al norte de Escocia. Mientras, ofrece al público una amable road movie, con la que aprovecha para marcar el contraste entre el Reino Unido de la juventud de Tom y la actualidad, remarcando la importancia de la diversidad, la multiculturalidad o las redes sociales como nuevos agentes sociales británicos.

The Last Bus

Una propuesta feel-good con mirada y trasfondo social y un impecable Timothy Spall

Y es ahí donde se aprecia la esencia británica de la cinta, pues se aleja de otras road movies protagonizadas por personajes maduros como 'Ahora o nunca', 'Un paseo por el bosque' o 'Vivir dos veces', acercándose más, aunque de manera liviana, al cine de Mike Leigh o Peter Cattaneo. Por otro lado, cuenta con un estupendo Timothy Spall, el cual sabe defender y resolver cualquier papel. El intérprete sabe levantar cualquier propuesta, ejemplo de ello han sido títulos recientes como 'La Sra. Lowry e hijo' o 'Nieva en Benidorm'.

Pensando también en ese público maduro fiel a este tipo de producciones, que es realmente el que ha salvado el cine antes del estallido de la pandemia y que será clave para la recuperación y supervivencia de cadenas y cines independientes y de barrio, MacKinnon ha dado un buen salto a este tipo de cine. 'El inglés que cogió la maleta y se fue al fin del mundo' es una cinta feel-good amable, de esas que demuestran que este tipo de cine aún tiene mucha guerra que dar en salas, que reivindica la experiencia de pasar un rato agradable en la gran pantalla.

Nota: 6

Lo mejor: La interpretación de Timothy Spall, como se va revelando el motivo de su viaje a Cornualles.

Lo peor: Los aspectos sociales están tocados de manera demasiado superficial y tiene situaciones algo forzadas y paternalistas.