El gore en el cine tiene su punto y es, en cierta medida, adictivo. Quieres apartar la mirada de la pantalla pero el morbo de ver correr la sangre te lo impide. Te aficionas a una escabechina de nunca acabar con formas cada vez más originales de hacer sufrir a las víctimas. Es macabro pero, aun así, no quieres evitar el dolor. Si veis 'Al interior', una cinta francesa en la que te clavan unas tijeras varias veces durante el metraje, puede que os suceda esto; mientras que si veis su remake, 'Inside', dirigida por el español Miguel Ángel Vivas, querréis que el sufrimiento se acabe pronto.
La historia envuelve en una pesadilla a Sarah Clark (Rachel Nichols), una mujer embarazada que se ha quedado viuda recientemente y a la que su próxima maternidad la divide en miedos. Es Navidad, no tiene ganas de celebrar las fiestas con nadie pero hay una mujer que opina lo contrario y se presenta en su casa sin querer llamar a la puerta y aporreándola para hacerse notar y asustar. Laura Harring infunde miedo desde que es una sombra hasta que le provoca el parto a Nichols para quedarse con su bebé.
Al igual que el filme original, aunque sin tanto estropicio, la embarazada se refugia en el cuarto de baño de las garras del mal en una noche larga con daños colaterales y contracciones que avecinan el alumbramiento de la niña. 'Inside' no es una película de terror, al contrario de lo que pueda parecer por el diseño de su título. Es un thriller, una de suspense que plantea bien el conflicto entre los dos personajes pero que acaba haciendo daño y provocando incomodidad en la butaca, atascados en un bucle de acciones que se repiten.
Las comparaciones son odiosas
Comparar ambas películas no viene al caso cuando el remake se ha alejado del gore de Alexandre Bustillo y Julen Maury y ha hecho una película pensando en el público mayoritario, una home invasion para el disfrute de cuantos más mejor. El problema es que sin esa violencia extrema, la nueva cinta no encuentra su propia personalidad y recuerda bastante, cuando se enfanga en no dejar morir la acción fácilmente, a esos filmes de la sobremesa con la televisión encendida.
Al contrario que en 'Al interior', llega un punto en el que te cansa ver lo mismo una y otra vez simplemente cambiando alguna que otra localización y las armas de matar, y lo que sucede en la pantalla ya se te antoja sin ningún interés al ser capaz de predecir cuál es el siguiente estado en el que se encontrará una imbatible villana enfundada en su pose de mala malísima.
El guión que firman Jaume Balagueró y Manu Díez, director y guionistas de 'Rec 4: Apocalipsis', no termina de funcionar en pantalla. Lo que sí se nota y se agradece es la mano de Miguel Ángel Vivas en la dirección. La fotografía y la dirección artística mejora con creces lo que podía verse en 'Al interior'. No es ya sólo eso, sino que en 'Inside' se dan algunos encuadres poco usuales y se posiciona la cámara en lugares menos trillados. Hay un cuidado por la imagen que se disfruta y una mezcla y edición de sonido que es la principal contribuyente a generar una atmósfera de miedo.
La actriz protagonista domina su papel desde la inmersión en el dolor, mientras que para la villana interpretada por Harring hay más bien luces y sombras en cuanto a su actuación con momentos un tanto forzados. Un mérito del guión es el punto de vista que se ha encontrado en el remake para reemplazar las imágenes que se ven del feto en el interior de la barriga de la madre en la original y que contribuye a provocar la tensión por caer en manos de la oscura mujer que reclama a su bebé. Podríamos criticar el giro final si no fuera porque es una imposición que viene con el cargo de adaptar una historia con esa premisa y recorrido ya dado. La forma de redondear el desenlace es ya otra historia: una surrealista.
Nota: 4
Lo mejor: Ciertos movimientos de cámara y encuadres, así como la dirección artística y el punto de vista de la protagonista desde el sonido.
Lo peor: Un final que parece que nunca llega.
