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CRÍTICA

'John Wick: Pacto de sangre': El pasado siempre vuelve... pero esta vez expandido

Llega la segunda parte de 'John Wick', que nos trae nuevamente a la vida del asesino profesional, interpretado por Keanu Reeves. En cines el 21 de abril.

Por Diego Alfonso Pizarro Da Costa 21 de Abril 2017 | 13:58

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En 2014 llegaba a nuestras vidas 'John Wick', encarnado en la piel de Keanu Reeves. Bajo la dirección de Chad Stahelski, podíamos comprobar cómo hay que tener muchísimo cuidado con la persona con la que nos metemos. Presentado al principio como un marido desolado por la pérdida de su mujer y con el único apoyo de su pequeño perro, después nos adentrábamos en un mundo gobernado por las mafias, los ajustes de cuentas, las armas y cómo no, persecuciones a toda velocidad con piruetas espectaculares. Para 2017 volvemos a encontrarnos con nuestro asesino a sueldo amante de los perros con 'John Wick: Pacto de sangre', nuevamente bajo la dirección de Stahelski y con un guion de Derek Kolstad.

Esta vez la premisa se centra en una antigua deuda que John Wick debe saldar, en concreto con Santino D'Antonio. Un pacto de sangre hará que Wick esté bajo sus órdenes y deba acabar con la vida de una persona muy importante dentro del mundo de la mafia. Para ello se trasladará a Roma, donde tras ejecutar su plan de ajuste de cuentas, el asesino profesional se dará cuenta que es el principio de una lucha encarnizada, donde no se podrá fiar de nadie y tendrá que intentar seguir vivo por todos los medios.

 'John Wick: Pacto de sangre'

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, o por lo menos es difícil que estén a la altura de su predecesora. En el caso de 'John Wick' hay que aplaudir que se haya conseguido hacer una continuación que consigue superar con creces a la primera, con una historia trepidante que te deja de principio a fin pegado a la pantalla. El guion ha sabido renovarse y ha tenido cuidado con no volver a repetir la fórmula que ya funcionó en la primera parte, por lo que ya no hace falta mucha más presentación personal de Wick, sino que aprendemos a ver cómo funciona ese universo fuera de lo legal, donde como todo negocio, hay unas reglas. La manera en la que se van hilando los distintos sucesos que llevan a Wick a su desenlace final tienen una coherencia y un hilo narrativo estupendo, que hace que al terminar el film tengamos muchas más ganas de ver sobre este universo. Lo más cuidado ha sido equilibrar las grandes dosis de explosiones, peleas con piruetas imposibles con esa parte más explicativa. Transportar a Wick a otro país como Italia también da un juego diferente, da un soplo de aire a la película y sin duda contrasta con el resto de los lugares que se ven en el film.

Las escenas de acción están muy cuidadas y sobre todo han sabido realizarlas de manera que no parezcan únicamente una sesión de lucir lo bien que queda en pantalla ver cómo explota un coche. Ese sentido y justificación que se les da en pantalla en la mayor parte de ocasiones, hacen que sientas la adrenalina de los personajes, que te emociones con las peleas y te veas totalmente metido en la acción. Esto, sin duda, le da un plus al film, dado que las personas que buscan escenas impresionantes, estarán satisfechas, ya que al igual que se ha cuidado las diferentes tramas que se ven en el film, se ha hecho lo mismo con las secuencias de acción. Al tratarse de este género, no son pocas las escenas que hay, pero cabe decir que en esta ocasión, van de más a menos. La última parte del film, donde ya estamos en el frenesí de este conglomerado de venganzas, es donde se ven las escenas de acción más emocionantes. Este efecto es lo que permite que se pegue el subidón, pero de forma paulatina. Un ejemplo de cómo un film de acción repleto de secuencias explosivas también puede acompañarse de una historia bien realizada.

 'John Wick: Pacto de sangre'

La interpretación de Keanu Reeves como John Wick vuelve a demostrarnos por qué no puede ser otro actor el que interprete al asesino a sueldo. Reeves tiene una conexión con su personaje, que hace que si has visto la primera, sea cómo ver a un viejo conocido. Esta sensación de continuidad en la manera que Reeves conecta con el público es importante, porque pese a haber pasado tres años entre una y otra, la realidad es que esa frialdad y a la vez sentimentalidad de su personaje, lo volvemos a ver en su actuación. Es cierto que el actor también causó un efecto parecido en 'Matrix', por lo que este tipo de héroes de acción encajan en su perfil y le funcionan bastante bien. Lo bueno de este nuevo Wick es que pese a ser todo a mayor escala, no se pierde ese humanismo que se vio en el primer film. Seguimos con ese Wick que no le importa asesinar a 10 hombres en unos minutos, pero se encuentra muy preocupado por su perro.

Se vuelve a ver caras viejas que ya conocimos en el primer film, pero sin duda, las que sorprenden son las que llegan con esta nueva entrega. Riccardo Scamarcio como Santino, se convierte en el nuevo villano del film. La realidad es que el actor italiano, al que hemos podido ver en 'Tengo algo que deciros', a través de su interpretación crea un villano a la altura de la película, que hace a la perfección su papel. El italiano se ve a lo mejor algo opacado por otros actores como Common, el cual sí que es la némesis definitiva de John Wick. La manera en la que el rapero ha sabido llevar a su terreno al personaje y otorgarle naturalidad, hace que se complemente muy bien a la acción. Tal vez una de las que se queda a medio gas es Ruby Rose, la cual se ve exageradamente sobreactuada en algunas partes del film. No ha sabido encontrar el equilibrio y convierte a su Ares a veces en una caricatura típica de este tipo de filmes. Laurence Fishburne tiene un pequeño papel, pero hay que mencionar que la manera en la que lleva sus secuencias, dan ese toque de humor que no desentona y que incluso, aumenta.

 'John Wick: Pacto de sangre'

Pero... no todo es oro lo que reluce

Aun así, 'John Wick. Pacto de sangre' cae en ciertos clichés de este género de acción, lo que sí da un poco sensación en ese momento que no termina de cuajar. Es cierto que, no tira por tierra al film, pero dentro de este universo, también chirrían. Ciertas tramas que son bien llevadas, llegan a un desenlace que puede dar la sensación que ha sido resuelto de una forma muy atribulada, lo que da ese mecanismo de necesitar ahorro de tiempo y quita el ritmo natural de ello. Además, la primera parte de la película, aunque se sabe que es el punto de unión entre el primer film y el segundo, puede llegar a desentonar, al no tener ningún tipo de significado después. Lo que parece que es impuesto por la intención de unir ambas historias, pero queda algo forzado en su engranaje, al luego no tener una conexión, de alguna manera, con lo que sucede en el resto del film.

En conclusión, 'John Wick. Pacto de sangre' lleva a un nuevo nivel a este asesino profesional algo peculiar. Las escenas de acción han conseguido todavía ponernos más los pelos de punta, con grandes dosis de adrenalina y esas ganas de ver peleas dinámicas, que hacen que no defraude como película de acción. A su vez, seguimos viendo una historia que no es maníquea y sólo existen buenos y malos, sino que hay una profundidad dentro de este código entre asesinos. Esta forma de ahondar en el universo de Wick y aumentarlo es lo que hace que haya una innovación y se tenga un buen resultado, que en mi opinión, hace que sea incluso mejor que la primera parte.

Lo mejor: Elevar el nivel del mundo de John Wick y expandirlo.

Lo peor: Ciertas tramas chirrían con el resto de la película.

Nota: 7