De tanto en tanto, la industria cinematográfica española ofrece una serie de títulos dramáticos e intimistas que se fijan en lo cotidiano. Con cineastas veteranos como Icíar Bollaín, Jaime Rosales o Isabel Coixet entre sus máximos ejemplos, filmes recientes como 'La hija de un ladrón', 'El arte de volver', 'La vida era eso' o 'Libertad' han demostrado que en el día a día pueden residir historias que son joyas cinematográficas. En esa línea, llega la ópera prima de Javier Marco, 'Josefina', que llega a salas comerciales tras su paso por la sección Nuevos Directores del 69 Festival de San Sebastián y por la 66ª edición de la Seminci de Valladolid.
La historia de 'Josefina' es aparentemente mundana. Es cómo se cruzan los caminos de Berta, una mujer de mediana edad que visita a su hijo en prisión, y Juan, un apático funcionario de prisiones el cual sale de su ensimismamiento cuando se cruza en la vida de la entregada madre. Con guion de otra debutante en el largo, Belén Sánchez-Arévalo, la cinta es el retrato de la soledad y cómo esta crea extraños 'compañeros de confidencias'.
Una de sus virtudes es cómo convierte actos deliberados en maneras de desarrollar la trama, de cómo un móvil que se cae en un frenazo puede desembocar en una amistad (o una relación sentimental). Marco demuestra mucha sensibilidad y humanidad a la hora de filmar estas secuencias, que basan su principal fuerte en sus actores protagonistas, dos actores en estado de gracia. Por un lado, Emma Suárez, maravillosa en ese papel de mujer que sale adelante pese a la adversidad, es magnífico ver a una protagonista del día a día, un tributo a esas mujeres que levantan solas a sus familias sin pedir siquiera una palabra de agradecimiento.
Una deliciosa ópera prima. Un canto a las historias cotidianas
Junto con una espléndida Suárez, está Roberto Álamo. Acostumbrado a papeles más duros, el actor muestra su vena más sensible y vulnerable, aquella que pudo verse en 'Alegría, tristeza' pero que con 'Josefina' es más profunda. Se agradece que Marco y Sánchez-Arévalo dejan a la libre interpretación el trasfondo y el pasado de los protagonistas, intuyéndose vidas solitarias marcadas por el propio destino. Aunque el dúo protagonista es formidable, con una serie de secuencias no verbales muy poderosas, también destaca el elenco de reparto.
Y que Marco y Sánchez-Arévalo cuidan hasta el más mínimo detalle, con Manolo Solo ofreciendo espontaneidad, igual que Simón Andreu, Belén Ponce de León o Pedro Casablanc. Un caso que llama la atención es el de Miguel Bernardeau, el cual demuestra una contención interpretativa sorprendente y muy alejada del concepto de 'Élite', que lo hizo famoso.
Quizás, a nivel estético, 'Josefina' recuerde a trabajos de Jaime Rosales como 'La soledad' o 'Las horas del día' (su plúmbea fotografía remarca esa sensación melancólica). Sin embargo, Marco demuestra tener una sensibilidad excepcional en lo referente a la construcción de personajes, que evocan una positivad muy alejada de la mirada más nívea del cineasta barcelonés. Ganador del Goya al mejor corto por 'A la cara' -en la que estuvo Sonia Almarcha, la protagonista de la mentada 'La soledad'-, Marco demuestra ser un cineasta costumbrista, de personajes, de historias que en su aparente rutina esconden grandes relatos.
Nota: 7
Lo mejor: Emma Suárez y Roberto Álamo, ambos tienen que estar en la carrera de premios.
Lo peor: Aunque el filme sabe narrar sin decir nada, en algunos momentos se hubiera agradecido que fuese más explícito en sus intenciones.